Ramón Ábalo
El rejuntado que significan los partidos y grupúsculos que enfrentan, a como sea, al gobierno nacional se ha lanzado con todo estos últimos días a transitar estos pagos menducos en busca de torcer voluntades para ser gobierno a partir de diciembre, de acuerdo al calendario electoral de octubre. Torcer voluntades, esas visiones que todavía vislumbran que el jaquismo poco tiene que ver con el kirchnerismo cristinista. Y no apuntan mal, porque ya se sabe, entre el justicialismo jaquista hay un abismo político e ideológico con el peronismo kirchnerista, que es lo que pone en trances triunfalistas a la contra, encabezada por el candidato radical a la gobernación, Roberto Iglesias, suponiendo que esa divisoria en el campo de enfrente los catapultará a la victoria.
Esta avanzada contra, como las recientes visitas de la Lilita, Duhalde, Alberto Rodríguez Sáa, y ayer nomás Alfonsín, tiene que ver con que siendo Mendoza la quinta provincia en cantidad de habitantes-votantes, la suponen en un paquete con la ciudad de Macri, con la Santa Fe de Binner y la Córdoba de De la Sota, todas, según encuestas y el voluntarismo anti, los habilita a un optimismo cortoplacista, o sea que de aquí a octubre, con Mendoza incluida, para ellos en la segura segunda vuelta, arrasan.
Ya la ciudad porteña en la bolsa, y la seguridad de que igual ocurrirá con Santa Fe y Córdoba, la sumatoria de Mendoza está en lo más alto de las miradas para las estocadas de todo tipo. Pero no obstante todas las torpezas políticas y de gestión del jaquismo, ese optimismo puede irse al traste, pues todavía no está muerto ni rendido El gran déficit es la falta de referentes de envergadura desde donde pivotear la campaña electoral y todo lo que hace falta para mantener la gobernación. De la dupla de candidatos a los primeros puestos, dos o tres que se destacaban, como Carmona, Ciurca y Adaro, fueron ninguneados a puestos secundarios. Para colmo, el Paco Pérez, el más alto en el podio, tiene un costado que recibe fuertes andanadas, y bien gruesas, por su vinculación - se dice y se afirma - con proyectos mineros que repugnan a una buena parte de mendocinos.
En esa lógica anti no se tiene en cuenta -o tal vez sí - estrategias nacionales y así Mendoza va a convertirse en un campo de batalla como nunca. Vendrán los ministros nacionales, los la ANSES y la AFIP. Y vendrá la Cristina, para dar las estocadas más profundas, que suelen ser letales.
"Siempre estamos en lo de elegir el mal menor", decía un acalorado del todo o nada, pero fue corregido por un destacado miembro del Partido Comunista, partido encolumnado, juntamente con el Partido Solidario y el Humanista, que conforman el combo Nuevo Encuentro, en el cristinismo, metido en un entramado de apoyaturas parciales. El "bolche" dijo, con un dejo de tranquila seguridad: "Cuando comprendamos que la necesaria unidad de los sectores populares se concrete en acción política, entonces será lo mejor. Veamos este mal menor como el camino al futuro. No es cuestión del enemigo, sino de nosotros".
La Quinta Pata, 24 – 07 – 11
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