domingo, 27 de noviembre de 2011

Manual de instrucciones para funcionarios. Capítulo: las entrevistas

Eduardo Hugo Paganini

Inevitablemente uno lee los diarios, escucha las radios y ve la tv menduca… y entonces día a día recibe una caterva de opiniones de funcionarios y gobernantes que por su homogeneidad parecen ser producto de una matriz verbal imperativa: “hablá mucho, decí poco y hacelo mal”.

La observación sostenida en el tiempo de los discursos e intervenciones oratorias de ese prototipo social, al que todo argentino medio aspira, llamado funcionario público (ellos, los distraídos), permite sospechar que existe un libro secreto y de uso reservado para este espécimen en el que consta un conjunto de instrucciones para efectuar declaraciones al público (nosotros, los giles). Es altamente probable que dicho instructivo diga cosas como las siguientes:

- Recuerde siempre que el objetivo no es defender la verdad sino lograr efectos de convencimiento en el auditorio (real o virtual).

- Mantenga un timbre monocorde, monótono, sin alteraciones de intensidad ni de tono, con frases largas y complicadas. Ello redundará en la ausencia de interés para seguir su discurso.

- Cuando la monotonía está garantizada, se debe ingresar en la inconsistencia con digresiones interruptas, referencias incompletas, citas de autoridad enigmáticas. Reforzada esta estrategia comunicacional con complicaciones sintácticas y con sutiles deformaciones semánticas, el auditorio se reducirá en más de un 60%.

- Si por una de esas cosas milagrosas, llega usted a advertir una ironía, interprétela lisa y llanamente como una frase directa y contéstela como tal. Esto le dará mayor cantidad de argumentos para defender la propia postura y dejará al otro como desinformado.

- Las declaraciones no deben ser cortas, salvo que llamen a reunión de gabinete, a sesión ordinaria, o sea la hora de la siesta. Resulta muy fértil la aparición de comentarios secundarios, que permitan abrir otro tema, sin mayor importancia, en el discurso, por ejemplo: inauguramos el alumbrado de diez cuadras en la villa cabecera, donde aún pueden verse nuestros gauchos cuyanos con sus aperos y vestimentas típicas, y no porque sea día festivo. A propósito, allí pude conversar con un hombre de edad avanzada que me decía…etc. etc.
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- También son eficaces las enumeraciones y encadenamientos de hechos que logran que una frase corta se transforme en un largo párrafo cansador; así, en vez de decir el trámite se está desarrollando es muy conveniente explicitarlo: … de esto que usted me pregunta, ya hace días que el ministro presentó el tema al señor director del área correspondiente, quien finalizó el proyecto de común acuerdo con los profesionales idóneos que le dieron al mismo las garantías de viabilidad correspondiente, y luego fue presentado ante el subsecretario responsable para ponerlo en tiempo y forma en la mesa de entradas del ente regulador que seguramente estará analizándolo para que, dentro de muy poco tiempo, lo eleve al organismo pertinente.

- Nunca, ¡nunca!, la voluntad del funcionario tendrá la potencia suficiente para resolver un conflicto. Como Prometeo encadenado, serán factores superiores a sus fuerzas quienes los dobleguen: los fondos nacionales que no llegan, la oposición con su juego sucio y espurio, el interminable gasto público, la banca nacional/internacional [sugerimos asesoramiento antes de optar], la demanda que sobrepasa/la oferta que no llega [ídem ant.], la ley de convertibilidad, promoción / indexación/ discapacidad/ financiamiento/ raigambre/ demencia/ etc. etc. [ídem ant.]. Frente al reclamo, la denuncia y la queja flagrantes cualquier nimiedad debe ser superior a sus esfuerzos.

- Cuando se le exponga un problema se debe optar claramente por una de las dos alternativas, solo una: aceptación o bien, negación.

- Si decide aceptar la existencia del mencionado problema, podrá recurrir a técnicas de aletargamiento con frases del tipo: estamos en eso..., hemos dispuesto la constitución de una comisión para…, estamos trabajando para…, el tema ya ha sido presentado a la comisión parlamentaria correspondiente, en sustancia el origen y por ende la resolución le corresponde al ámbito municipal/ provincial/ nacional/ privado/ internacional/…[selecciónese una opción] y debe agregar: de todos modos, nos hemos hecho cargo del asunto y…

- Si decide negar la existencia del mencionado problema, lo deberá sostener firmemente en el tiempo y recurrir a frases como: “no me consta”, “no hemos recibido denuncia alguna”, “el señor/doctor Fulano parecería faltar a la verdad cuando afirma que…, yo no estaba en ese momento en la provincia…, …por lo que me he anoticiado jamás ingresó un expediente como el que se está mencionando, se equivoca el señor/doctor Fulano al decir lo que dice seguramente porque desconoce en profundidad el tema, en realidad, habría que ver cuáles son los intereses espurios que subyacen en esos comentarios, que no le hacen bien a Mendoza.

- Remitir siempre a frases propias del sentido común más tradicional posible, que logrará el agrado del público acrítico: es cosa de hombres, en esto, Mendoza es pionera/ única/ está a la cabeza, gracias a Dios y a la Virgen, …por lo menos…, acá somos todos hombres de bien/católicos/gente de trabajo/bien argentinos/familias bien constituidas…, ojalá le vaya bien a él/ella [gobernante criticado] porque entonces me va a ir bien a mí, que largue el chupi y le va ir mejor, por qué no van a laburar, acá hace falta mano dura, antes estábamos mejor, yo con los milicos nunca tuve problemas, Fulano es un capo: labura en Buenos Aires, los chilenos a mí no me desagradan pero…, soy nacido/a y criado/a en estos pagos, estas son las cuestiones que me enojan, si hacemos caso a esas críticas vamos a terminar como los sanjuaninos, no creo que la Iglesia vea con buenos ojos esas modificaciones, no he hablado aún con [nombre de pila del político/a que esté bien posicionado en el ranking de aceptación pública] pero conociéndolo/a bien sé que su opinión coincide con la mía…, el tipo roba pero algo hace”, etc. etc.

- Cuando las palabras no alcancen hay otras vías: el borramiento visual (cf. el gobernador la quincena anterior a las elecciones), la partida en comisión oficial (el récord: el Pilo, dentro de poco cumple los 20 años de viaje), el salto de la medianera institucional (ej: Adaro de novel ministro a integrante de la suprema corte—acá fue salto con garrocha—), volver al boliche y desentenderse (Gabriel Fidel, Julio Cobos), el cambio de camiseta (corta nómina opositora en exportación y larga lista oficialista en importación).

- Por último, recuerde que el objetivo es la perduración y la suma de viáticos y prebendas. Cuanta más claridad, menos guita.


La Quinta Pata, 27 – 11 – 11

La Quinta Pata

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