Darío Felman, nacido en Mendoza el 25/10/1951 y cosechador de varias copas (Metropolitano y Nacional ’76, Libertadores, ’77, Intercontinental ’77 con Boca; Copa del Rey ’79, Recopa de Europa ‘79/80, Supercopa de Europa ’80 con Valencia) jugó en Gimnasia y Esgrima de Mendoza, entre 1970/73 (regresó en 1984) y en Independiente Rivadavia el bienio 1973/74 para luego pasar casi 4 años por Boca Juniors y marchar a España con el Valencia.
Se despide de su público el 6/9/1977 luego de haber jugado la primera Final de la Copa Libertadores de ese año, en el que su equipo venció al brasileño Cruzeiro por 1 a 0.
Después de tantos silbidos y goles errados en silencio. Después de tanto banco y camiseta titular que va y viene.
Después de tanta ciudad abrumándole el alma y críticas frías. Después de tanto, llegó esta noche.
Nunca, hasta hace un tiempo atrás, tuvo la certeza de lo que realmente había evolucionado como jugador. No tenía la medida aproximada de lo que ahora significaba para su equipo y la hinchada. Quizás no lo sabía ni siquiera antes de salir a la cancha esta noche.
Entonces, cuando el rugido de su gente se le desencadenó en las manos y le creció en el estómago como una tormenta. Y la tormenta le agitó el pecho. Sólo entonces lo comprendió todo.
Por eso, como él mismo lo confesó después, quiso entregar hasta el último resto. Pretendía que cada desborde suyo fuera gol de Boca, arriesgó la pierna, marcó el arranque de Nelinho. Fue una de las figuras deslumbrantes en esa primera media hora de gran categoría que produjo Boca. Todavía sigue ahí, mirando sin ver, agotado en un banco del vestuario. Lo último que dijo fue que estaba muy triste porque se tenía que ir de Boca.
Pero era inútil tratar de convencerlo, tal vez mañana, otro día. ¿O acaso no se dio cuenta cuando las cuatro tribunas cantaron para él? ¿O no vio los brazos extendidos, las caras apretadas? Pero no, estaba mareado, algo le pasaba. Insistía con que era su despedida. Porque Felman cree que se va. No sabe que acaba de nacer y morir en la Boca.
El Gráfico, 8 de septiembre de 1977 (Cortesía de Eduardo Hugo Paganini)
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