Ramón Ábalo
Es tal la fuerza ética de los organismos de derechos humanos de la Argentina, que ningún improperio ni calumnia han logrado oscurecer la nobleza de su tarea. Hace un tiempo atrás fue aquello de "los derechos humanos defienden a los delincuentes" y no menos incisivo aquello de "los abogados de derechos humanos hacían de ellos una pyme" (empresa). Y claro, todo ello devenía de las usinas oficialistas – y de las otras – las que nos tenían por "contras" en cuanto cotidianamente nos enfrentábamos a sus políticas cómplices o de omisión.
Después del 2005, ya en la era kirchnerista, aparecieron con fuerza, las políticas nacionales sobre la temática que contaron con una no menos fuerte apoyatura de los organismos por las cuales venían luchando, sin pausas desde 1975. Y en la medida que esas políticas entraron "in crescendo" las apoyaturas siempre estuvieron presentes. Como lo reafirma un documento dado a conocer por los organismos mendocinos esta última semana, se infiere una apuesta a las propuestas del flamante gobierno del Paco Pérez. En parte de dicho documento, se afirma: "...expresamos nuestro explícito apoyo a las medidas que se implementan, y a las que se intentan implementar por la gestión del recientemente asumido gobierno..." Y se puntualizan esas apoyaturas a: "La protocolización de las funciones del personal penitenciario – la filmación de las requisas y traslados – la jerarquización de la oficina de derechos humanos a cargo de la doctora María José Ubaldini, la protección de derechos y promoción de derechos de género – la designación de la doctora Romina Ronda en la subsecretaría de justicia – la confirmación del doctor Salomón Sarmiento en la Dirección General del Servicio Penitenciario – la decisión de poner en marcha la Ley de la comisión provincial por la memoria - la decisión de materializar la conformación del comité contra la tortura, tratas crueles y degradantes - " Y en los párrafos siguientes se afirma: "Son medidas que son acompañadas por un inmenso avance cultural de nuestra sociedad, producto de varias décadas de luchas de una gran cantidad de militantes, intelectuales, jóvenes comprometidos, funcionarios de los gobiernos nacional y provincial; jueces, funcionarios judiciales, padres, madres, abuelas, e hijos de desaparecidos – simples ciudadanos que quieren una democracia respetuosa de los derechos humanos".
En la discusión del documento se estimó necesario esta apoyatura, lográndose este consenso sin problema alguno. No obstante un compañero soltó: "qué joda...esto de apoyar al gobierno cuando siempre...o casi siempre, hemos sido contra…" lo que provocó otras humoradas, pero quedando en claro que estas apoyaturas tienen límites en la misma temática: la cuestión de los derechos humanos, su lucha y sus logros, no ha sido ni es condicional a ningún "coto de caza".
La Quinta Pata, 29 – 01 – 12
No hay comentarios :
Publicar un comentario