domingo, 19 de febrero de 2012

¿Oportunidad o explotación?

Clara Marcela Franco Cadavid

Ese personaje que llegó a mi vida de manera intempestiva con más de medio siglo encima y luego de recorrer el mundo, a decirme que le daba miedo todo. Ese amigo que la vida, el universo o como lo quieran llamar me regaló y hasta el día de hoy no sé cuál es su nombre real quiere que les cuente lo terrible que es ser un inmigrante sudamericano en Suramérica. No obstante creo que soy de las que salió bien librada con eso de la fisonomía y el color de piel necesarios para ser menos explotada que los demás.

Hace más de un año que llegué a Buenos Aires porque mi corazón me lo ordenó y creo que siempre hay que ir adonde el corazón te lleve. Tengo una buena educación, estudios profesionales, experiencia en los sectores privado y público. Mis empleos anteriores me permitieron alguna vez conocer una pequeña parte de este paraíso criollo y entonces entendí que los habitantes de todos estos países que rodean al mío (Colombia) y los que están un poco más allá son básicamente lo mismo. Personas con corazones gigantes, almas de hierro, soñadores de igualdad, genios empíricos la gran mayoría, con almas de trotamundos que siempre esperan volver al terruño, a sus raíces de las que se alejaron no porque les fastidiaran, sino más bien para comprobar que nunca se sentirán tan cómodos como en casa.
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Actualmente trabajo como mesera en una heladería – cafetería en Palermo (uno de los barrios de moda en el Buenos Aires de hoy) estoy 9, 10 y hasta 11 horas al día, siete días a la semana, siempre con horarios diferentes, un único uniforme desgastado por el uso, el abuso y la lavandina; heredado por mis antecesores y sin previo lavado. Con un salario menos que justo teniendo en cuenta el costo de vida de una capital como esta y que siempre llega después de la ya clásica pelea con mi arrendataria. No tengo una tarea establecida pese a mi cargo; lavo platos, baños, vidrios, hago de niñera, administradora, encargada de turno y hasta psicóloga de mi jefa. Descanso 4 días al mes cuando se puede pues vivo en la esquina del negocio y cuando alguien falta a trabajar en esos días (que es casi siempre) me llaman para cubrirlo; pedido imposible de declinar y no obtengo remuneración adicional. Como si esto no fuera suficiente un domingo al mes la jornada laboral se extiende de 10:00 a 24:00 y por el mismo precio.

Mi salario asciende más o menos y dependiendo de la economía nacional a unos $500 dólares americanos al mes, lo que no resulta muy alentador cuando eres extranjero y debes buscar alquileres temporarios porque no cuentas con “Garantía de Capital” (que en muchos casos no se cuenta con ella ni en el país de origen) estos lugares habitacionales no los encuentras por menos de $550 dólares americanos mensuales y para poder entrar a vivir en ellos debes pagar el equivalente a un mes de alquiler, un mes de depósito y un mes de comisión para la inmobiliaria ($1650 dólares americanos). Todo esto traduce que no solo tienes que comer, desplazarte, vestirte y sobrevivir; tienes que ahorrar para conseguir un lugar dónde dormir.

Muchos se preguntarán ¿porqué quedarse para ser explotada de semejante manera pudiendo volver a mi país y vivir mucho más cómodamente? Es simple, vengo de una raza que no se da por vencida, que busca cada día una razón para seguir creyendo, vengo de gente humilde y trabajadora que nunca deja de soñar. Soy suramericana, de esas que cuando el cuerpo no puede más el espíritu brota y te recuerda que vales más de lo que crees, que tienes una hermosa familia que siempre y a pesar de todo van a estar esperándote con los brazos abiertos y un buen café. Eso es lo que me da fuerza y me permite levantarme cada día con la frente en alto. Finalmente no le estoy robando nada a nadie, con el sudor de mi frente estoy ganando el pan que pongo en mi boca y en la de mi familia y eso me hace merecedora de respeto.

Creo que este trabajo es solo uno de los escalones que me llevarán a donde quiera que deba llegar y mientras eso pasa me da la oportunidad de conocer la cultura de este país al que amo profundamente, me da herramientas para construir mis relatos, me regala personajes reales que se convierten en fantásticos en mis escritos y me permite hacer amigos de esos con los que nunca te vuelves a ver pero que en una conversación lograron arreglar el mundo y permanecerán en mi recuerdo. Por eso creo que de alguna manera tiene sentido ser explotada por un tiempo.

La Quinta Pata, 19 – 02 – 12

La Quinta Pata

9 comentarios :

Anónimo dijo...

Muy buen artículo, describe sin pelos en la lengua lo que tiene que vivir una persona en un país extraño, y con la ilusión de alcanzar sus sueños por encima de todo.

juan camilo franco dijo...

ES un articulo donde se plasma la realidad de miles de personas que dejan sus raíces atrás, unas por buscar un sueño y otras por huirle a la realidad, personas como la que escribió este artículo deberían publicar más seguido para que nosotros los lectores pudiésemos ver la realidad desde el punto de vista de los directos implicados inmersos en la sociedad latinoamericana.
Felicitaciones hermanita.

Juan Felipe Castaño Lara dijo...

Excelente artículo, de una muy buena periodista, de un cerebro fugado de esta Colombia que como muchos otros de nuestros paises no reconoce su talento hasta que lo admira en el exterior. Pero ante todo, un artículo de una bella persona cuyo timón es su corazón. Te adoro.

Anónimo dijo...

Que orgullosa me siento de ver una Colombiana haciendo historia en otro pais.

Anónimo dijo...

Felicidades Por el artículo, muy claro y ademas lleno de sentimientos de un gran número de personas que pasamos por eso!!!

Muchas Felicidades y un abrazo!!!

Atte. Rodrigo de México

Sandra López dijo...

Que buen artículo, muy profundo y con la capacidad de introducirlo a uno como lector en la vida de la protagonista de esta historia.
Es la realidad que viven muchas personas, pero la perseverancia es la que hace la diferencia en cada una.

Jorge Ramiro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge Ramiro dijo...

a mi me costó mucho adaptarme a la argentina. soy de chile y al principio trabaje en Alquiler Departamentos Buenos Aires, pero despues conseguí un trabajo en diseño gráfico. Ya hace seis años que estoy y me va bien.

Jorge Ramiro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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