domingo, 18 de marzo de 2012

¿Y ahora me salís con esta…?

Eduardo Paganini

Un intento de abordaje sobre lo dicho (1) por la presidente argentina sobre las condiciones laborales de los docentes.

Los docentes han escuchado más de una vez, en alguna charla familiar o discusión vecinal, una frase similar a la que integró el discurso presidencial y, en el acto de la escucha, incrementan conocimientos para catalogar, “sacarle la ficha”, al propietario de las palabras: alguien que ataca no parece un aliado.

Entonces… retóricamente hablando ¿qué pasó con CFK? ¿Por qué dijo lo que dijo? Me gustaría trabajar en ese ámbito del sentido, dilucidar las causas que la llevaron a expresar ese eslogan. Y por eslogan entendemos toda frase hecha, en el marco del sentido común , que encierra una visión parcial del mundo como si fuera verdad absoluta. Algo así como la unidad mínima de una cosmovisión o ideología, por lo tanto una frase que podríamos llamar ideologema : no solo dice lo explicitado sino que incorpora, dándolos por sobreentendidos, ingredientes de una mirada determinada, sesgada, de lo referido. Jauretche ha trabajado particularmente en una zona de estas frases en su Manual de zonceras argentinas .

Esta reflexión no es más que un simple borrador, una escueta serie de líneas de acción para una hipotética investigación lingüística. Por ello estamos fuera de la discusión sobre si estuvo bien o mal, si tuvo razón o no, no intentamos contradecir ni demostrar su antítesis. En este caso la idea es tratar de dimensionar, de poder visualizar los móviles de su frase, por eso queda fuera cualquier intento de confirmación, réplica o aclaración, que ya se han dado en tantos foros y ámbitos; esa exclusión se decide no porque carezcan de valor por sí mismos sino porque exceden el objetivo propuesto: el intento de una explicación. De todos modos, sería injusto no mencionar las respuestas que se han dado a través de las redes sociales o bien en las pancartas de las marchas de docentes durante los paros, señales evidentes de que a pesar de todo siguen en pie en el colectivo educativo —afortunadamente— la creatividad y la conciencia del derecho a réplica.
Leer todo el artículo
Breve frase, extenso efecto.
En principio, lo dicho por CFK parece un acontecimiento importante porque marca un punto especial de su trayectoria discursiva: según mi registro, es la primera vez que en su alocución genera confrontación contra un sector que no está identificado con un proyecto alternativo de poder. Efectivamente, el sector laboral docente no participa como tal de los espacios ocupados por la “corpo”, la “opo”, la piratería inglesa, la violación de los derechos humanos, los defensores de “la 125”, los reverendos grupos empresariales, o cualquier otro espacio político o económico manifiestamente adverso a la gestión gubernamental, que son los temas más recurrentes de la temática crítica. Cuantitativamente, esta inauguración alocutoria parece modificar significativamente la actitud del auditorio, que en este particular caso no es más ni menos que gran parte de la ciudadanía, ya que son numerosos los aludidos: entre 2.700.000 y 3.600.000 (los propios docentes, más de 900 mil según la propia CFK, y muchos más los conocedores de sus reales condiciones de trabajo —familiares directos y allegados, aproximadamente, unos 3, 4 per cápita—).
Infortunadamente para la emisión, esa modificación —por lo que se observa hasta ahora— ha causado el surgimiento de una conducta y expresión consecuente de rechazo, que va desde el íntimo quebranto anímico hasta el repudio explícito en la vía pública.
Quien esto escribe desea expresar que no solamente no ignora los datos de la situación laboral del magisterio plasmados en el mismo discurso, sino que los comparte y que puede dar fe de la visible mejora —no solo salarial— lograda en el campo educativo, ¡sobre todo si el escenario tomado como parangón comparativo es la situación pre 2003! Por eso resulta mucho más atractivo tratar de hallar explicaciones al fenómeno descripto, ya que esa corta frase, a pesar de las moderaciones verbales, de los amplios párrafos con sentido contrario, de las extensas decisiones en la política educativa, logra neutralizar sus efectos positivos.

Primer eje de abordaje
Intentando organizar el panorama, hay un primer eje que traza dos campos posibles: lo nuclear/lo periférico . Esto es si la afirmación analizada se constituye en el contenido medular o son argumentaciones secundarias, aclaratorias o explicativas de aquel. Parece fácil descubrir que, en el contexto de un discurso eminentemente de tono político y de balance de gestiones, la finalidad está puesta en impactar favorablemente en el auditorio global señalando aciertos y logros obtenidos para el bien común, el beneficio nacional y no en establecer comparaciones —siempre odiosas según el viejo aserto popular— referidas a condiciones de trabajo diversas. Por ende, la frase detonante estuvo allí como agregado, mero recurso estilístico, a tal punto menor que probablemente se podría haber silenciado, sin que se modificara la esencia argumentativa del discurso. Es más, muchos epígonos hubieran deseado esta alternativa para ahorrar aclaraciones y exégesis.

Segundo eje de abordaje
Otro aspecto para analizar reside en la indagación acerca la conciencia del valor de verdad/falsedad de lo emitido. En este caso, la relación entre los polos no es complementaria como en la anterior contradicción (uno existe porque existe el otro), sino que aquí son excluyentes (si existe uno, no puede existir el otro). En consecuencia, hay dos posibilidades: a) valor de verdad= la frase desde la óptica del emisor, aquí CFK, es expresión de un juicio verdadero y del cual se está absolutamente convencido; b) valor de falsedad= lo dicho no es considerado ni compartido como real o verdadero por el emisor, pero por algunos motivos intrínsecos —probablemente una búsqueda de efecto en los interlocutores o auditorio— no queda explicitada esa puesta en dudas. Resultaría muy difícil comprobar que una persona que posee la enciclopedia de CFK, enriquecida por sus experiencias profesionales, institucionales, y familiares, desconozca los reglamentos, estatutos y leyes laborales de empleados públicos y/o docentes. La resolución es de manual.

Tercer eje de abordaje
En esta etapa de la reflexión, y para poder echar luz en el fenómeno comunicacional, se puede plantear otro dúo dialéctico: lo deliberado/lo espontáneo . Esto es: lo dijo a sabiendas o “se le escapó”, fue un brulote o bien —como diría Marechal— un flatus vocis . Fue producto de un acto racional (donde la mente, el cerebro, el intelecto son el jefe) o de una manifestación irracional (donde el afecto, las emociones, las pasiones mandan). En realidad, este aspecto del tema tiene una categoría de resolución psicosocial y no política, y ahondar en él echaría luz sobre las motivaciones o causas subjetivas que propiciaron la frase, pudiendo abordarse en las matrices de aprendizaje de quien se expresa conjuntamente con la apropiación de la cosmovisión de una condición de clase . La dosis de reproche que obtuvo la frase está más cerca de comprobar que al emitirla no se sopesó concienzudamente sus efectos, esto es, apareció allí como esquirla suelta de alguna diferencia, encono, bronca o cualquier estado de ánimo que saltó, se le chispoteó . Esta probable evidencia de un lapsus en manos de los especialistas de siempre es un sólido crisol para forjar argumentos que pueden erosionar la imagen popular de la mandataria, por ser expresión de un ideologema propio de una clase socioeconómica diferente de los asalariados.

Cuarto eje de abordaje
Para cerrar el terreno de trabajo, se pueden cruzar las hipótesis obtenidas incorporando al otro, al receptor, ingrediente necesario de todo circuito de comunicación. Pero aquí avanzando un poco más, podríamos expandir sus opciones: Interlocutor directo/ oyente aludido : esto es, le habla al que tienen enfrente o por elevación apunta para otras orejas. Esta disquisición no es exclusivamente comunicacional o lingüística, sino que se constituye en un encuadre más politológico, ya que pone el foco en la indagación sobre quiénes son los destinatarios de su frase. Hay una primera respuesta evidente: el magisterio argentino, pero ese conjunto es el reconvenido y todo discurso político busca por definición, esencia y verdad de manual la adhesión, la convocatoria, por lo que se puede presumir que debió haber un guiño cómplice hacia algún otro sector social, presuntamente contrapuesto al amonestado. En una primera aproximación, podría pensarse en una búsqueda de alianza con aquellos sujetos que por diversas razones abrigan enemistad con la probabilidad de largas vacaciones en los maestros, sector difícil de configurar en tanto sector social, pero que deberá estar integrado por otros trabajadores cuyas condiciones de trabajo se presentan como más precarias y desfavorables, o bien por pequeños microempresarios cuya presencia física en la tarea es exigencia para garantizar su funcionamiento (empleados de comercio, peones rurales, obreros industriales, cuentapropistas, trabajadores a comisión directa, a destajo…).

Cierre
Sintetizando, si tomamos los ejes propuestos como rasgos definidores para una tabla descriptiva, tendríamos esta matriz:

Tabla que nos sirve para concluir: fue una frase dicha al pasar, sobre cuyo contenido CFK seguramente no debería estar convencida, pero que de todos modos salió, probablemente para sacarse de encima un encono, una bronca con unos ñatos, metiendo en el medio a otros ñatos, para ganarse el beneplácito de unos terceros ñatos (a saber y en este orden: los dirigentes gremiales, los docentes y los que están o deben estar de acuerdo).
Es decir, una imprudencia.


(1) No digo que sean la panacea, no digo que estén perfectos, pero para trabajadores que gozan de estabilidad frente al resto de los trabajadores, por ejemplo, que cuando no anda la fábrica le cierran la persiana y los echan; por el tiempo que también tienen de cuatro horas frente a la jornada laboral obligatoria de ocho horas para cualquier trabajador; frente a la suerte también, porque siempre fue así y está bien que sea así, de tres meses de vacaciones frente a trabajadores que tienen vacaciones mucho más reducidas; con el esfuerzo que hemos hecho de dotar a nuestros alumnos de netbooks. ¿Cómo es posible que cada vez que nos tengamos que reunir con sus dirigentes siempre tengamos que hablar de salarios y no hablemos de qué pasa con los pibes que no tienen clases. (Aplausos). Esto es lo que yo quiero cambiar de la cultura. Hemos repartido casi 2 millones de netbooks, en una inversión extraordinaria del Estado, a docentes y alumnos para mejorar los procesos educativos.
Por eso yo les pido la colaboración y fundamentalmente la reflexión de los valores que representan, sobre todo porque son los valores de la escuela pública, de la universidad pública.
http://www.taringa.net/posts/info/14175732/Discurso-de-CFK-_Segunda-Parte_-01_03_2012.html



La Quinta Pata, 18 – 03 – 12

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario