domingo, 20 de mayo de 2012

Echemos a los yanquis de América Latina

Ramón Ábalo

Hace unos siete años atrás, los mendocinos logramos abortar al que se denominaba Águila III, nada menos que un operativo aéreo-militar de tropas yanquis con efectivos de la IV Brigada del arma aérea argentina, con asiento aquí en Mendoza. La reacción en contra de ese verdadero avasallamiento al espíritu antiimperialista que prima en nuestro país, se instaló con fuerza en gran parte del pueblo mendocino. Se hicieron manifestaciones a diario, la difusión de lo que significaba ese ejercicio e inclusive se apeló, por parte de algunos organizadores de la protesta, a los efectivos de la IV Brigada, con respuestas positivas del sector de aviadores. Y en otro nivel de la organización de la protesta, incluso se proyectaban acciones directamente dirigidas a la materialidad del proyecto, es decir a los actores humanos, como asimismo a la misma base en El Plumerillo.

Finalmente el operativo no se hizo y fue – sigue siendo – un hito de trascendencia incluso internacional, que, entre otros perfiles, marca aquello que venimos afirmando con igual fuerza: el mito de que los mendocinos, los de abajo, somos conservadores. Para nada, pero lo que nos interesa es denunciar, una vez más, lo que se está tramando con la complicidad del gobernador chaqueño, Jorge Capitanich, hombre muy cercano al kirchnerismo. Los organismos de derechos humanos de aquella provincia y otras organizaciones políticas y sociales han levantado la voz contra lo que es vergonzosamente visible en el mandatario: su vinculación con la embajada de Estados Unidos para organizar un operativo militar conjunto y, claro, una segura base militar yanqui.

Ya empezó la invasión: Por lo menos 47 bases militares yanquis están en funcionamiento, o en construcción vinculadas a las vías aéreas y marítimas con la IV Flota estadounidense, entre ellas merecen especial atención las bases con grandes pistas de aterrizajes, distribuidas estratégicamente en el territorio latinoamericano. Son Soto Cano, en Palmenoro, Honduras; Palanquero, en Colombia: mariscal Estigarribia, en Paraguay: en las Malvinas (Argentina) y en la Isla Asunción, en el Atlántico Sur.

El Impenetrable – la selva y el monte chaqueños – ya ha sido avasallado y penetrado por la oligarquía sojera, y lo será también por la avanzada militar yanqui, de acuerdo a lo que se ha denunciado. El pueblo chaqueño, con rica historia de luchas populares, seguramente que se movilizará para evitar el emprendimiento antinacional y antipopular. Capitanich, es todo lo contrario de esta identidad, aunque se diga peronista.

La Quinta Pata, 20 – 05 – 12

La Quinta Pata

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