domingo, 20 de mayo de 2012

Los sobresaltos del Paco Pérez

Agustín Sur

Una semana atrás el Paco Pérez, gobernador mendocino, asistió a la Fiesta de la Ganadería que hicieron – como todos los años – los nativos de General Alvear. Las jugosas porciones de asados de chivitos y otras menudencias del gourmet de la burguesía lugareña, fue el marco para los pedidos que los de abajo le hacen al de arriba. Hablo desde lo institucional, porque en verdad, desde lo estrictamente económico, es al revés, porque los de abajo son los que suelen tener la manija del poder crematístico, mientras que los gobernadores apenas si pueden conformar a tiros y troyanos – maestras, judiciales, estatales de todo nivel, municipales, ONGs, enfermeros, médicos y parteras – con la exhausta caja estatal. Pero aquí, en General Alvear, los discursos de práctica también fueron tales, mientras que los llamados asambleístas del agua – mucho que ver con la minería - los que prodigaron más fuertemente sus reclamos en contra de lo que ya estiman que el gobierno de Pérez va a significar para esta problemática que se desarrolla entre los titubeos oficiales y los reclamos maniqueístas de los anti.

Mientras que la euforia de los primeros días por la re-estatización de YPF se diluye por el paso del tiempo y que en esto – del pasar, del transcurrir – aparece el rictus de la duda por escudriñar la verdad verdadera, se manifiestan, como ya es una constante histórica, los mazazos de la criminalidad y la respuesta de "mano dura" desde las alturas oficialistas. Convengamos al respecto que esta temática es para los gobiernos el bocado más duro y amargo de digerir. Y como no se da pie con bola, aprovechan los sectores más reaccionarios para instalar paulatinamente que es mejor vivir enrejado como forma de resistir a la inseguridad, lo que significa perder la noción de lo que el valor libertad es a la esencia del ser humano. Desnaturalizar esta noción le viene de perillas a los que vociferan por un apocalipsis ya, lo que no es sino la militancia ideológica por el terror y el miedo, remedando a los que nos legaron la cultura de la muerte mediante el terrorismo de estado. No es simple añoranza. Aquel pasado fue la destrucción de la identidad argentina y latinoamericana, la entrega de los recursos naturales y la soberanía económica e institucional.

La cotidianeidad de los mendocinos no constituye un drama desde la economía doméstica, pero la especulación de los precios y el desabastecimiento golpean al humor colectivo y se cuela por los pasillos oficiales. Las herramientas para enfrentar esta situación las tiene, es cierto, el poder político nacional. Pero al aparecer el problema en las góndolas a las que acuden los mendocinos, se convierte en otro dolor de cabeza para el oficialismo local. Los sobresaltos del Paco Pérez no devienen de un clima realmente dramático, pero le conviene actuar con dinamismo y sin tonos grises en lo a decidir.

La Quinta Pata, 20 – 05 – 12

La Quinta Pata

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