Ramón Ábalo
En nuestra entrega del domingo 12 del corriente, reiterábamos la denuncia de Clarisa Escolano, del Colectivo Plaza de Mayo (Buenos Aires), apuntando a que la firma Chañares Herrado, dedicada a la explotación petrolera en Mendoza, tenía como directivos a personajes acusados de delitos de lesa humanidad. Dichos personajes son Luis Alfredo Zarattini, actual titular de la firma, y Héctor Corrés, apoderado y abogado de la dicha firma, ambos involucrados y condenados por delitos durante la dictadura. Se alzaron con la prórroga de la concesión de explotación petrolera en Mendoza, hasta el año 2021, cuya firma, en nombre del estado provincial, la puso Paco Pérez poco antes de asumir como gobernador, pues era ministro de Infraestructura…
Siempre siguiendo la denuncia de Clarisa Escolano, la firma por la empresa la puso Luis Alfredo Zarattini, acompañado por Rodolfo Steiner, accionista principal y yerno de Héctor Lapeyrade, ya fallecido, y el primer titular de Chañares. El control de la empresa sigue en manos de familiares dueños de bodegas y tierras ganaderas. Leyrado fue procesado por encubrimiento agravado, delito con una pena de dos a seis años de prisión, por ayudar a burlar a la justicia durante catorce meses al teniente coronel Julián "el Laucha" Corrés, procesado por crímenes de lesa humanidad, por 47 secuestros, 38 torturas, 17 homicidios y siete desapariciones forzadas, en el área de Bahía Blanca.
“'El Laucha' fue preso en la unidad carcelaria de Marcos Paz por su actuación en el Cuerpo V de Ejército, acusado de manejar la picana en la mesa de torturas del centro denominado La Escuelita...La primera detención de Corrés, el 3 de abril del 2008, se produjo cuando salía de la firma de su padrino Lapeyrade (la mismísima puerta de Chañares Herrados), en calle Córdoba 1390, Capital Federal.”
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