domingo, 2 de septiembre de 2012

Buscadores de fantasmas, ¿gente sin oficio ni beneficio?

Alfredo Saavedra

La gente que se ocupa de esta actividad, publicitada como una investigación seria, tiene ocupaciones formales y el tiempo dedicado a lo que puede considerarse un pasatiempo con fines “científicos” es robado a sus compromisos de trabajo habituales que incluso no tienen nada que ver con los negocios de ultratumba.

La semana pasada el prestigioso diario The Toronto Star, dio noticia de las actividades de un equipo de “cazadores de fantasmas” del cual forman parte las mujeres Kim Hadfield, Kimberley Valstar y Leah Hurst y el señor Jeff Sharpe, entre otros, quienes en estos días participarán en una jornada de búsqueda de almas “del otro mundo” o los efectos de su presencia en inmuebles abandonados, mediante ruidos de objetos en movimiento, expresiones de lamentación o de alegría, todo lo cual es considerado fenómeno paranormal.

La mencionada búsqueda se realiza en una amplia área del sector conocido como Gran Toronto, que comprende varias grandes e importantes ciudades en el corazón de la provincia de Ontario, principal provincia de Canadá. El equipo que ahora entrará en acción tiene su centro de operaciones en la tranquila ciudad de Milton, al oeste de la ciudad de Toronto. Han declarado a la prensa que cuentan con un muy sofisticado equipo que, entre otras cosas, comprende cámaras de video, aparatos de grabación de bandas sonoras, artefactos electrónicos para detectar campos electromagnéticos y otros, asociados con las “almas del más allá”.

Es tal la formalidad que se acreditan los exploradores del mundo de los muertos, que como están ocupados también en sus trabajos regulares, han sacado un anuncio ofreciendo empleo de tiempo completo a persona que tenga el temple de entrar sola a lugares supuestamente habitados por fantasmas, debiendo hacerlo de preferencia por la noche en condiciones precarias de alumbrado y sin ninguna asistencia humana. Su trabajo consistirá en monitorear ruidos extraños, movimientos anormales y todo lo que pueda asociarse con la presencia de lo que puede suponerse fantasmagórico. Aunque el sueldo de doce dólares por hora no parece muy atractivo, hasta finales de la semana ya se habían presentado unas 50 solicitudes para ocupar la posición.
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Los miembros del equipo ahora en acción, pertenecen a la organización denominada Halton Paranormal Group, pues están ubicados en la región geográfica de ese nombre. Aseguran que su actividad no tiene fines lucrativos y que los fondos para financiar sus equipos provienen de donaciones. Ahora están en capacidad de patrocinar el empleo para un “cazador de fantasmas” principiante, gracias al financiamiento que dará una compañía de filmación que, no muy con el agrado de la organización, según se informa, intentará hacer una documental de la búsqueda de los espíritus de los que ya hicieron el “viaje sin retorno”.

El grupo afirma que su intención en la “cacería de fantasmas” no tiene fines especulativos ni para avalar lo que se puede considerar superchería y más bien la tarea tiene fines investigativos para desbaratar toda evidencia y en todo caso basarse en la experiencia de lo paranormal a fin de dar aportes para el estudio de ese fenómeno.

El trabajo rutinario del grupo, ahora comprometido en una nueva investigación, consiste en rastrear durante un lapso de varias horas, con el equipo correspondiente, para detectar la presencia de algún espíritu, que se hacen sentir a través de la apertura de puertas o haciéndolas sonar al cerrarlas con violencia, la exhalación de murmuraciones y hasta expresiones que pueden consistir en decir ¡fuera de aquí!, según lo declaró Kimberly Valstar, miembro del grupo ahora en acción.

Dijo la joven que el martes pasado estuvieron en la mansión Acton Town, donde se ha reportado la presencia de un espíritu llamado Jimmy. Una habitante en el pasado de ese lugar, Kay Dills, dijo que Jimmy Robertson fue un residente allí por muchos años y quien murió en 1960 pero que su presencia en espíritu se hace sentir siempre en ese edificio mediante pasos o voces leves que hacen pensar que siempre hay alguien ahí, aunque no haya nadie. Kathleen, hija de Kay Dills, quien ha tenido a su cargo la mansión Acton Town, edificación considerada sitio histórico, dice que conoció al tal Jimmy en vida y que está segura que es su espíritu el que pulula por ese lugar.

Los escépticos dicen que todo lo relacionado con fantasmas es un fraude, aunque los teósofos aseguren que es una realidad. El mago Harry Houdini, aficionado al espiritismo, aseguró a su esposa que después de morir se comunicaría con ella. Tras la muerte del famoso escapista, la señora Houdini se gastó una fortuna en viajes y encuentros con famosos espiritistas, tratando de comunicarse con su extinto marido, sin haberlo logrado nunca.

La Quinta Pata

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