domingo, 2 de septiembre de 2012

El pueblo huarpe ya no existe, según ciertos historiadores

Prosiguiendo con la temática abordada por “La Quinta Pata”, El Baúl rescata hoy un artículo periodístico de más de una década atrás en el que se plantea la problemática huarpe y en el que se reflejan algunos puntos de vista. No dejan de ser interesantes las voces contrapuestas y sus argumentaciones, sobre todo el tono doctrinario de los “especialistas”.
Eduardo Paganini

Verónica Gordillo

Una discusión histórica que compromete la causa de los puesteros
Dicen que a fines del siglo XVIII desaparecieron. Y que su cultura se perdió. Sin embargo, los puesteros se remiten a su antepasado aborigen para reclamar las tierras

Para un grupo de historiadores mendocinos el pueblo huarpe ya no existe. Dicen que desapareció a fines del siglo XVIII y que es imposible rescatar esa cultura porque se perdió su lengua, sus costumbres y su forma de vida.
Para los historiadores algunos se enfilaron detrás de esta lucha, para conseguir ampararse bajo las leyes que defienden a los indígenas. Creen que los lugareños de Lavalle tienen que ser dueños de sus tierras, porque habitan desde siempre el desierto.
Desde hace tiempo la discusión se escucha en ámbitos académicos, y aunque los defensores de ambas posturas se han reunido, lo cierto es que cada uno permanece en una vereda distinta.
Pero esto no se reduce a una discusión de café entre estudiosos. Cada parte basa su postura en documentos históricos y en estudios que significan dinero y horas de trabajo.
En los últimos meses, el tema se reavivó cuando los descendientes de los huarpes se organizaron en 11 comunidades para reclamar los títulos de sus tierras y pedir respeto por su cultura.
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“La documentación nos hace pensar qué lejos estamos de poder considerar la existencia de un pueblo huarpe, de una cultura huarpe a esta altura de las circunstancias y de nuestra historia provincial”, explicó Adolfo Omar Cueto, profesor de historia de Mendoza de la Universidad Nacional de Cuyo.
Los estudiosos que no creen en la supervivencia de un pueblo huarpe, no niegan que pueda existir alguna persona que genéticamente tenga descendencia, pero dicen que esto no implica la existencia de un “pueblo” o de una “cultura”.
“No podemos afirmar que no exista algún individuo o grupo de personas que puedan acreditar su descendencia (1) huarpe. Pero el concepto de pueblo significa que hay una cultura, una lengua, una serie de tradiciones de usos y de costumbres”, recalcó Cueto.
Según el profesor, cuando los españoles pusieron en práctica la encomienda muchos huarpes escaparon al sur y llegaron a una gran fusión con puelches y pehuenches. A esto se suma que la zona de las lagunas fue de gran tránsito y que allí se refugiaron extranjeros y personas buscadas por la ley, lo que desencadenó un importante proceso de mestizaje.
El arqueólogo y profesor de la UN-Cuyo, Alejandro García, aseguró que para demostrar la existencia de los huarpes hay que rescatar algunos elementos como la lengua, sus costumbres y un reconocimiento interno y externo de que son una comunidad indígena.
“La lengua es un tamiz, hace ver la realidad de una manera determinada. Si esa lengua se pierde en realidad se está perdiendo un modo de ver la vida, es lo que define a cada comunidad”, explicó el especialista.
En cuanto al reconocimiento, el profesor explicó que tiene ser permanente y a través de los años para ser valedero.

En la otra vereda
Del otro lado, los integrantes de las 11 comunidades huarpes sostienen que son descendientes de indígenas. Y basan este argumento en el lugar que habitan y en los recuerdos de sus abuelos que hablaban de sus antepasados indios.
Hace 23 años un cura italiano llegó al desierto de Lavalle y se convirtió en el defensor de los puesteros. Benito Sellitto los ayudó a organizarse y buscó documentación para demostrar la existencia del pueblo huarpe.
El padre, a través de actas de bautismo y de documentos de la época, intentó demostrar que los indígenas existían. Y no se quedó quieto, llevó los documentos ante los historiadores pero luego de largas discusiones no lograron ponerse de acuerdo.
La respuesta de los profesores no se hizo esperar. Dijeron que en ningún documento se habla de huarpes, sino de indios en general, por lo cual la mención puede estar referida a cualquier comunidad, de las muchas que tocaron la zona.
La profesora de historia especializada en antropología, Olga Rodríguez, sostiene la postura del investigador mexicano Guillermo Bomfil Batalla, que habla de la autopercepción.
“Los investigadores son los que analizan la realidad no la construyen. Los puesteros lavallinos se están reconociendo como indios, se asumen indios, desde su asentamiento y su descendencia”, explicó la especialista.
Para Rodríguez los indios son “una categoría social que se reconceptualiza desde ellos mismos”. Y cree que los teóricos no tienen derecho a adjudicarles categorías, sino analizar sus argumentos.
“Ellos son los únicos que tienen derecho a definirse como indio. Lo único que se puede decir es que ellos se han autoconvocado, han decidido reasumirse como huarpe y están buscando el protagonismo histórico y creo que no debemos silenciarlos”.

(1) En respeto a la corrección lingüística, debió decir ascendencia. [Nota del Compilador]

La lengua: el eje de una cultura

Uno de los puntos que más discusiones genera entre los especialistas es la lengua de los huarpes, que hablaban el Milcayac en Mendoza y el Allentiac en San Juan.
La intención de las comunidades huarpes es recuperar su lengua, que hoy nadie habla.
El profesor Omar Cueto aseguró que hay documentación necesaria para recuperar la lengua, como diccionarios y escritos religiosos. Sin embargo se preguntó si esto es beneficioso teniendo en cuenta que no se puede recuperar la fonética.
“La pregunta es si vamos a hablar como hablaban ellos, porque no vamos a recuperar lo típico y tradicional que es la pronunciación, quizás esto hacía mucho a la diferencia entre el Milcayac y el Allentiac”.
Cueto también se preguntó cuál es el sentido de rescatar una lengua huarpe. “¿La vamos a transformar en una lengua que aprendan los mendocinos en la escuela?, porque yo entiendo el bilingüismo guaraní porque es una lengua que se sigue hablando en forma doméstica”, aseguró.
Para Cueto si algo se quiere rescatar es porque “ya no existe”. Y recalcó que si no existe una lengua que identificó a un pueblo, cabe preguntar dónde está el pueblo.
El arqueólogo Alejandro García mantiene una postura parecida. Cree que no sería correcto ensayar traducciones, porque existe el riesgo de “equivocar mucho el sentido que tenía para los indígenas”.
Para la especialista Olga Rodríguez, es comprensible que la lengua haya desaparecido porque es lo primero que atacaban los colonizadores al llegar. “No es de extrañar que hoy no se hable el huarpe, porque eliminaron la comunicación para eliminar la estructura”.
Rodríguez dijo que no han encontrado ninguna persona que hable el huarpe y que los descendientes solo están intentando recuperar algunos vocablos del idioma de sus mayores.

Diario Los Andes, Sección Sociedad, martes 25 de abril de 2000.

Baulero: Eduardo Paganini

La Quinta Pata

5 comentarios :

Arte Sana dijo...

MUY INTERESANTE EL ARTICULO, COMO HAGO PARA COMUNICARME ON ALGUNO DE USTEDES, NECEISTO RECBAR MAS INFO SOBRE HUARPES PARA UN PROYECTO CULTURAL EN UNA ESCUELA

Arte Sana dijo...

MUY INTERESANTE EL ARTICULO, COMO HAGO PARA COMUNICARME ON ALGUNO DE USTEDES, NECEISTO RECBAR MAS INFO SOBRE HUARPES PARA UN PROYECTO CULTURAL EN UNA ESCUELA

La 5ta pata net dijo...

Mandanos un mensaje con tu dirección a la revista y nos ponemos en contacto,
LQP

Anónimo dijo...

Los nativos del secano lavallino vivieron desde simepre alli, nunca abandonaron sus tierras, por mas perguidos que fueron en la colonización, se escondieron en distintos lugares en la zona rotando por dicho secano.
No son estraterreste que depues aparecieron ahi...
A los Huarpes los han negado y los siguen negando... Juan C. N.

Anónimo dijo...

Al sr Historiador Prof Cueto, deberia aprender historia real (Ir y vivir la historia, conocer la realidad de una cultura) no tener una posturia ideoligica. Esta claro que la historia oficial,no imparcial.
Juan C. N.

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