Agustín Sur
Este último sábado estuvo en General Alvear, para la Fiesta de la ganadería de zonas áridas, que se festeja en ese Departamento mendocino al sur de la provincia. El Paco Pérez, gobernador, tuvo algunos inconvenientes desde voces disconformes, pero finalmente, después de los discursos pertinentes y un masivo y jugoso asado de chivitos, producto propio de la región. Pero antes de la comilona, o entre medio, habló el presidente de la Cámara de comercio y ganadería de Alvear, Miguel Santolín, quien no dejó de pasar la ocasión para pedir y cuestionar al gobierno, rubricado por una silbatina que tenía olor a rechazo al mandatario. Pero el Paco no se amilanó y con decisión vocal comenzó su discurso con una temeraria afirmación: "Mendoza está mejor que ayer, gracias al proceso social, político y económico de esta década ganada... soy optimista por naturaleza y acostumbro a ver el vaso medio lleno. Ayer (por el viernes) se realizó la subasta con los precios más altos de los últimos tiempos. Esto quiere decir que se ha mejorado en genética, en calidad. Esto es trabajo y es competencia. La producción bovina de Mendoza no tiene nada que envidiarle a la de la pampa húmeda".
Y cuando ya parecía que los cuestionamientos opacaban a los aplausos que no aparecían, el gobernador sacó pecho, y dijo sin modestia: "El desafío es llegar a la fase industrial de la cadena pecuaria. Esta es la forma de crear valor agregado y empleo genuino. Con fondos provenientes de la ley federal de carnes y lácteos y los aportes de la nación, tendremos cinco millones de pesos para la finalización del matadero de ganado mayor y menor de Alvear". Los aplausos se oyeron estruendosamente esta vez y los silbidos y los enojos desaparecieron como por encanto. Claro, el encanto devino del Paco con cinco millones de pesos. Y algo más, ya que a la industrialización mediante el matadero-frigorífico, se sumará y se completaría con la optimización del riego intra-finca y un plan de inversión en rutas y caminos. Para culminar la buena racha, Pérez recibió una muy buena calificación, como si estuviera ante mesas gastronómicas-académicas, el presidente productor Santolín le dijo: "Si cumple con todo lo que prometió, le ponemos un 8, lo que cerró la jornada con aplausos unánimes y regocijados.
No son pocos los malos humores que acumula la población, pero cuando aparecen estos anuncios de la gestión oficial, regresa el bueno. Es para que los funcionarios, desde el gobernador para abajo, lo tengan en cuenta, ya que los silbidos no son consecuencias de la volubilidad de la masa sino de lo que perciben, con razón, del déficit de dicha gestión. Mejor, indudablemente, son los aplausos.
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