Ramón Ábalo
Son decenas de los más de miles de mendocinos que fueron víctimas de los genocidas del 76. Aquellos aparecen en un listado que fue descubierto en ámbitos del edificio Cóndor de la Fuerza Aérea y que dio a conocer el gobierno la semana pasada por intermedio del ministro de Defensa, Agustín Rossi, y en la que aparecen algo más de 300 intelectuales, artistas y periodistas, muchos de ellos de esta provincia.
El ministro resaltó, además, que el hallazgo lo fue por la pista que dio Mario Miguel Callejo, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea. Rossi afirmó que "demuestran -los legajos y carpetas- el sustento doctrinario e ideológico de la Junta Militar" que señalaban como "peligrosas y respondía a sus acciones y antecedentes ideológicos marxistas...que hacen aconsejable su no ingreso y/o permanencia en la administración pública y que tampoco se le debe prestar colaboración desde el Estado". Para mayor "seguridad de ese Estado" muchos de ellos fueron posteriormente victimizados en los campos de concentración clandestinos con la tortura, la violación de las mujeres, el asesinato y la desaparición. En la lista se menciona a 331 artistas y periodistas, entre ellos a Norma Aleandro, Héctor Alterio, Osvaldo Bayer, Julio Cortázar, Horacio Guaraní, Víctor Heredia, Federico Luppi, Osvaldo Pugliese, Mercedes Sosa, María Elena Walsh.
Algunos mendocinos
La mayoría de los mendocinos que aparecen en la lista negra son tildados también de marxista y comunistas. Algunos de ellos son los artistas plásticos Carlos Alonso, Bermúdez, Scalco, el poeta Armando Tejada Gómez, el cineasta, cantante y compositor Leonardo Favio, que era peronista. También el actor Luis Politi, sin militancia reconocida, y Ciro Bustos, plástico y que posteriormente acompañó al Che en sus proyectos libertarios en Salta y Bolivia.
Pero una lista más extensa y dramática, son los miles de mendocinos/nas que sufrieron la bestialidad de la dictadura cívico-militar, inclusivo desde antes cuando ya se estructuraba el diseño del terrorismo de Estado en todo el continente para imponer los designios del imperialismo yanqui en cuanto a imponer el neolibealismo. Ya en 1972, en San Juan son detenidos y desaparecidos el matrimonio Verd-Palacio, él, Marcelo Verd, sanjuanino y ella Sara Eugenia Palacio, mendocina, y tuvo todas las caacterísticas que años después sería una constante durante todo el ciclo nefasto de la dictadura. Fue claro, por algunas investigaciones propias y de otros sectores, que el hecho se debió al entonces jefe de inteligencia del Ejército en Mendoza, el teniente coronel Carlos Néstor Bulacios.
Asesinatos, secuestros y desapariciones, torturas, humillaciones, exilio y persecución fue la artillería que se disparó a intelectuales, artistas, profesionales, docentes, estudiantes, sindicalistas. Fueron víctimas propiciatorias en el altar donde los genocidas apuraban su vocación necrofílica. En ese listado están Ander Egg, Luis Politti, Mauricio López, Prieto Castillo, Onofe Segovia, Cora Cejas, Enrique Dussel, Armando Tejada Gómez, Susana Bermejillo, Antonio Di Benedetto, Jorge Bonnardell, Marcos Garcetti, >Julio Rìos, Alfredo Guevara, Fuad Toum, Roberto Chediak, Carlos Owens, Jorge Fornés, Pupi Ternavacio, María Ternavacio, Angel Bustelo, Benito Marianetti, Roberto V`´elez, Juan Manuel y Eduardo Valverde, Laura Botella, Enrique Sobisch, Arturo Roig, Antonio García y Héctor Brizuela, Miguel Longo, Ricardo Puga, Oscar Guidone, Vicente Nardi, Martha Rosa Aguero, Isabel Pérez, Jorge Pérez, Albino Pérez, Juan Ramón Salomón, Rodolfo Mahilos, Héctor Jofré, Florencia Aramburu, Fernando Rule, Lucy Allegrini, José Lozano, Lila De Marinis, Pablo Seydel, Graciela Ledda, Rosa Gómez, Luz Faingold, Osvaldo Sabino Rosales, y muchos, muchos más.
El ministro Rossi resaltó la decisión del jefe aeronáutico de darle la información al gobierno, lo que es inédito en esta larga y dramática historia del terrorismo de Estado. Si miramos con un dejo de optimismo institucional, tenemos que pensar que ese acto está marcando una nueva actitud ideológica de sectores de las fuerzas armadas. Es para tenerlo en cuenta.
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