martes, 21 de octubre de 2008

Niña mapuche de 10 años pide asilo político en continente que exportó la injusticia

Chile.Tiene sólo 10 años y ya sabe que cuando vienen los carabineros debe esconderse. Ha estado detenida, ha visto cómo golpean a sus padres, tiene a casi toda su familia en la cárcel y sueña que la policía la agrede o se la lleva. Antes de que sus pesadillas se hicieran realidad, la familia Cadin Calfunao decidió enviar a su hija menor a Ginebra. Hoy está en Europa, buscando refugio y comenzando a vivir como niña.

"Mi sueño siempre ha sido tener una muñeca y un coche", dijo Relmutray a su tía Flor Calfunao en Ginebra. Y eso fue lo que compró con el dinero regalado por sus nuevos compañeros de curso que no habían alcanzado a comprarle un regalo antes de que la niña llegara desde Chile a su nuevo colegio suizo. "Nosotros no teníamos para juguetes. Ahora está feliz con su coche y su muñeca. Ahí uno se da cuenta de que allá está empezando a ser niña", dice Juana Calfunao, su madre que se encuentra detenida en la cárcel de mujeres de Temuco.

El 9 de septiembre, Relmutray (10) viajó a Ginebra junto a su tía Flor, para pedir asilo político. "Existen abundantes antecedentes que indican que Relmutray ha vivido o presenciado desde su nacimiento un persistente clima de tensión y hostigamiento de parte de la policía. “Ha presenciado y sufrido personalmente tratos inhumanos, crueles y degradantes", dice la declaración firmada por Reynaldo Mariqueo, werken mapuche ante la ONU. El 16 de septiembre, Mariqueo presentó el caso de Relmutray Cadin Calfunao ante el organismo internacional, el 24 del mismo mes su tía Flor entregó los documentos a otros organismos de derechos humanos y solicitarán formalmente el asilo político ante el Gobierno suizo.
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El sueño era recurrente: carabineros de fuerzas especiales la agredían y se la llevaban detenida. Cuando estaba en Chile, a la "Relmu" como le dicen sus cercanos se le repetía esa pesadilla. Hoy, en Ginebra, sueña que a su mamá la entierran viva y con su hermano Jorge en silla de ruedas. El miedo persiste. "Ella se siente feliz, pero sigue asustada. Siente que va a estar durmiendo y va a llegar la policía a buscarla. Yo le dije que no, que por eso la mandé a ese lugar, que duerma tranquila, que es un lugar seguro, que la quiero mucho y que va a estar bien", relata Juana, que ha recibido llamados desde Suiza mientras está presa.

La lonco Juana Calfunao no es la única que se encuentra detenida en su familia. El werken Antonio Cadin el papá de Relmutray y su hermano Jorge (24) también están privados de libertad. Waikilaf (27), el hijo mayor, salió en libertad hace unos meses, pero puede volver a caer en cualquier momento. Hasta ese día, su hermana Carolina (20 años) se tuvo que hacer cargo de asistir a su familia presa y de cuidar a Relmutray, que en vez de ir a jugar a un parque se la pasaba de cárcel en cárcel.
"Hay una violencia y una persecución sistemática de parte del Estado hacia la familia Cadin Calfunao, porque siempre han manifestado sus conflictos territoriales y han tratado de defenderse. Si hay una vulneración sistemática de los derechos humanos de toda una familia, y ahora hay un niño que está en posible posición de vulneración de derechos, por lo que está pidiendo asilo, lo mínimo que tiene que hacer Chile es responder y prestar las medidas necesarias para que no se vulneren sus derechos", argumenta Hernando Silva, coordinador del área jurídica del Observatorio Ciudadano, ex Observatorio de los Pueblos Indígenas.
Al respecto, el subsecretario de Interior, Felipe Harboe, señala que "en Chile existe un Estado de derecho que es respetado, por lo que no se reúnen los requisitos para que alguien solicite refugio político". Y agrega que si Suiza pide los informes correspondientes a Chile, "nosotros haremos ver nuestra posición al respecto y entregaremos la información".

Puerta de escape
"El problema de Relmutray es producto de las tierras y de que nosotros estamos detenidos", explica la lonco Juana Calfunao. Un camino construido en 1946 por el Ministerio de Obras Públicas es el que tiene a esta familia enfrentada con el Estado chileno desde ese entonces. El título de merced, que data de 1913, les da la propiedad de esos terrenos en la comuna de Cunco. Según la familia, las tierras donde se construyó el camino nunca fueron expropiadas ni pagadas, por lo que siguen siendo de ellos. Según el MOP, esas tierras fueron expropiadas de manera legal.

El año 1999 la familia pidió en tribunales la demarcación del terreno, pero según ellos nunca les dieron respuesta. Justo después de eso, la empresa Frontel instaló 20 postes de luz en el camino. El año 2005, con ramas, piedras y carteles, comenzaron a impedir el paso de vehículos por el camino y los tribunales comenzaron a enjuiciarlos por desórdenes públicos. Desde entonces, toda la familia ha estado entrando y saliendo de las dependencias de Gendarmería.

"Los niños mapuches son los más afectados por los allanamientos, junto a los ancianos. Cuando se realizan los allanamientos, con orden de los fiscales, lo hacen de una manera violenta y sufren esta violencia: la utilización de gases lacrimógenos, daño psicológico porque les dicen indios de mierda o ven cómo le pegan a sus familiares. Incluso hay casos en que se actúa violentamente sobre niños", asegura Hernando Silva.

Así también lo demuestra un informe sobre la comunidad José Guiñón, de Ercilla, que realizó el servicio de siquiatría del Hospital de Angol en 2004. "Son niños que han presentado y presentan algún tipo de sintomatología somática asociada al conflicto territorial y judicial; ya sea dolores de cabeza, ojos enrojecidos, sueño poco reparador, cansancio, pesadillas, dolores de estómago, todo esto es ocasional. Presentan, además, baja en rendimiento escolar, problemas de concentración, dificultades en las relaciones interpersonales y resentimiento, entre otros. Todo esto sumado a la vulneración y al contexto en el cual se encuentran inmersos aumenta los factores de riesgo en su desarrollo y les hace vivir una vida diferente de la llevada por otros niños de su edad y condición social", dice el informe.

El documento detalla algunos casos. Por ejemplo, el de Jorge, un niño de 15 años que ha sido golpeado innumerables veces por Carabineros y que incluso en una oportunidad fue detenido; o el de Freddy, de 13 años, que fue amenazado con un arma de fuego. Matías y Jeisi, aunque no han sido agredidos físicamente, han visto cómo golpean y amenazan a su madre, sin poder defenderla.

Por esta razón, organismos de derechos humanos han manifestado su preocupación al respecto. Uno de ellos es el Comité de Derechos del Niño de la ONU, que en 2007 recomendó al Estado de Chile "asegurar que los niños y jóvenes indígenas no sean víctimas de brutalidad policial".

Fuente: Memoria Indígena.blogspot.com

La Quinta Pata

1 comentario :

David Maturana Céspedes dijo...

Desde hace algunos años vengo informándome por la prensa, lo que ocurre con el pueblo mapuche, dicho sea de paso una prensa que está a favor del capitalismo puro y de la hegemonía del poder.
No obstante, cómo será de grave que igual en las ediciones se logra percibir el atropello a los hermanos y hermanas Mapuche.
Las personas pueden estar presas por insultar y mal tratar a integrantes de la justicia, pero tantos años es un verdadero atropello.
Los inteligentes que no tienen medidas de seguridad, que también es importante considerar al diseñar los tribunales en los juicios orales.
Sin dudas donde existe agresión hay heridas sin curar y muchas heridas le han provocado al pueblo Mapuche y lo lamento mucho.
Que bien que la niña solicite ayuda a otros países, países que tienen más conciencia del Derecho Jurídico y las protecciones contemplada para los pueblos originarios.
Por su puesto que en la niña está vulnerable socialmente y es víctima de un sistema político que sistemáticamente está en contra, si estuviéramos en otra época estoy seguro que esos fiscales agredidos les hubieran mandado a cazar y comido sus corazones.
Reciba mis saludos, mi aprecio, mi solidaridad Relmutray Cadin, también a su familia y por su intermedio a todo el pueblo mapuche y ojala Suiza le entregue el asilo político que Ud. solicita, la felicito por su valentía y la admiro.
Supongo que en el exterior conocen que los pueblos originarios no tienen garantías constitucionales como las que cualquiera de nosotros tiene, sino como se explican estos castigos tan severos. ¡ Si tienen conciencia dejen libre a su familia!

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