sábado, 4 de abril de 2009

X Bienal de La Habana: una plaza fuerte del arte del Tercer Mundo

X Bienal de La Habana

Lorna Bazán

La Habana. Hace una semana se inauguró oficialmente la X Bienal de La Habana bajo el lema Integración y resistencia en la era global y aunque las exposiciones y actividades relacionadas con el evento se mantendrán hasta el 30 de abril, han bastado estos días para catalogarla como un evento determinante para las artes plásticas, no solo cubanas sino de toda Latinoamérica.

En un momento en el cual, según muchos teóricos, el concepto bienal está en crisis, Cuba —como afirma Rubén del Valle, presidente del Consejo Nacional de Artes Plásticas— “persevera en la convicción del protagonismo del arte y los artistas, y en la imprescindible necesidad de propiciar un espacio donde confluyan estéticas, culturas que se mezclen, se nieguen o reafirmen en un terreno físico real. Terreno donde el público sea gestor y participante, actuante de primera línea, destino fundamental de tales empeños.”

Siguiendo ese objetivo La Habana se ha convertido en una gigantesca galería, pues los espacios donde se pueden apreciar las más de 300 obras expuestas están distribuidos geográficamente por toda la ciudad; encabeza la lista el recinto ferial Morro-Cabaña, principal sede del evento, le siguen numerosas instituciones en el centro histórico de la ciudad como el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, el Museo Nacional de Bellas Artes, la Fototeca de Cuba, el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, la Galería de la Biblioteca Rubén Martínez Villena, el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, el Centro Hispanoamericano de Cultura, y se suman otras en el Vedado como la Casa de las Américas, el Pabellón Cuba, la Galería Habana y el Centro Cultural Bertolt Brecht, amén de las intervenciones en dos comunidades de la ciudad: Cojímar y San Agustín.

Si hubiese que destacar las dos características principales de esta edición de la Bienal serían en primer lugar la alta participación internacional —pues se cuenta con obras de artistas provenientes de 54 países— y en segunda instancia su carácter abierto y plural evidenciado en la posibilidad de diálogo entre artistas, no solo de tan diversas procedencias, sino también de diferentes generaciones, lenguajes y tendencias.
Leer todo el artículo
“Sobrevivientes”, Roberto FabeloAunque oficialmente se inauguró el viernes 27 de marzo, la Bienal había tenido desde antes algunas “anunciaciones” que prefiguraban la calidad y el impacto que tendría este evento de las artes plásticas. Una exposición de Servando Cabrera, Antonia Eiriz y Tomás Sánchez —La conciencia del testigo— inaugurada en la Casa Museo Servando el jueves 19, fue el disparo de arrancada de las innumerables muestras colaterales. El lunes 23 de marzo tuvo lugar la apertura del taller Grabaciones e impresiones: música, palabra e imagen del destacado artista puertorriqueño Antonio Martorell. Muy activo resultó el jueves 26, cuando se inauguraron cuatro exposiciones en el Museo de Bellas Artes: Resistencia y Libertad, de Wifredo Lam, Raúl Martínez y José Bedia; La enmienda que hay en mí, de Carlos Garaicoa; Lost, de Esterio Segura y Sobrevivientes, de Roberto Fabelo.

La presencia internacional volvió a hacerse sentir a partir del viernes 27 cuando abrió sus puertas oficialmente la Bienal y se inauguraron varios perfomances y video arte de artistas de Brasil, Colombia, Australia y Argentina. Una exposición de Luis Camnitzer, de Uruguay, acompañada por otra de Hervé Fischer, de Canadá y una tercera de Sue Williamson, de Sudáfrica, así como la primera expo homenaje que se le realiza a Shigeo Fukuda fuera de Japón luego de su muerte, abrieron las compuertas de la Bienal el sábado 28.

“Cabeza y búcaro con flores”, Manuel MendiveComo una avalancha se sucedieron entonces en los diferentes espacios de la ciudad exposiciones de artistas de todo el continente: el brasileño Paulo Bruscky, el colombiano Fernell Franco, el mexicano Guillermo Gómez Peña y el argentino León Ferrari, junto a los cubanos Manuel Mendive y Alexis Leyva Machado (Kcho) son algunos de los nombres que en esos días resultaron noticias. Un evento teórico donde se analizaron los problemas generales que enfrentan el arte y los artistas en la actualidad, a partir de postulados generales o casos específicos, estuvo sesionando en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes desde el martes 31 de marzo hasta el viernes 3 de abril.

Cuando en 1984 surgió la Primera Bienal de La Habana, lo hizo, al decir de Rubén del Valle, “como escenario para propiciar zonas de encuentro entre los creadores del Caribe y América Latina, abriendo las puertas a un nuevo tipo de confrontación, reflexión estética e ideológica, y a la posibilidad de afirmarse como intérpretes de una realidad geográfica, histórica y cultural común, resquebrajada por el coloniaje intelectual”, con lo que “se favorecía una nueva forma de percepción de nuestras creaciones desde una óptica discrepante, paralela a la que regía el mainstream.”

Siguiendo esta línea de pensamiento, el propio tema de estas jornadas, Integración y resistencia en la era global, ha pretendido tornarse en una suerte de síntesis de los temas abordados en las anteriores ediciones. Tal como lo soñó Fidel al inaugurar la primera Bienal, esta ha conseguido convertirse en un referente para los acontecimientos de su tipo, un evento alternativo, con sus propias dinámicas, que se ha erigido en una plaza fuerte del arte del Tercer Mundo.

La Jiribilla, 04 – 04 – 09

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario