domingo, 14 de junio de 2009

Es la bandera de la patria mía...

Patria mía

Carlos Campana

En junio de 1820, pobre y olvidado, moría Manuel Belgrano, el general que ideó nuestro símbolo nacional. A 189 años de su creación, teñida de mitos, la insignia recorre su propia leyenda. Curiosidades y secretos.

El 20 de Junio se celebra en todo el país el Día de la Bandera, en memoria a que ese mismo día moría, en 1820, pobre y olvidado, su creador: el general Manuel Belgrano.

Por mucho tiempo se creyó que el legado dejado por Belgrano había sido celeste y blanco pero tiempo después se descubrió que la bandera que posiblemente flameó en Rosario, contenía los colores invertidos. No es extraño: también nuestra actual bandera provincial o Bandera de los Andes, persiste rodeada de mitos que hoy vamos a desentrañar.

Biografía en blanco y celeste
Son varios los historiadores que tienen una opinión distinta con respecto a los colores de la enseña patria.

Muchos, consideran que el general Belgrano no especificó en ninguna oportunidad cómo debían estar distribuidos los colores ni cuántas franjas la debían componer. Al crearla sólo dijo: “Blanca y celeste”, como dando a entender que el blanco prevalecía sobre el azul.

Recién en 1816, durante la declaración de la Independencia, la bandera fue adoptada oficialmente como símbolo de las entonces Provincias Unidas del Río de la Plata, por el Congreso General Constituyente de San Miguel de Tucumán.

Así decía el decreto del 20 de julio de ese año: “Elevadas las Provincias Unidas en Sud-América al rango de una Nación, después de la declaratoria solemne de su independencia, será su peculiar distintivo la bandera celeste y blanca que se ha usado hasta el presente, y se usará en lo sucesivo exclusivamente en los exércitos, buques y fortalezas, en clase de bandera menor, ínterin, decretada al término de las presentes discusiones la forma de gobierno más conveniente al territorio, se fixen conforme á ella los geroglíficos de la bandera nacional mayor. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación”.

Un insólito descubrimiento
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Siempre se creyó que la bandera creada por Belgrano era celeste y blanca, pero a fines del siglo XIX, un insólito descubrimiento sembró muchas dudas acerca de los colores patrios que en principio tenía la insignia nacional.

Cuentan que en 1883, el padre Primo Arrieta, presbítero de la parroquia de Potosí, acaso en medio del aseo de las capillas, sacó los cuadros más antiguos que estaban en el altar mayor y encontró dos banderas clavadas en la pared, ocultas por un cuadro. Eran paños de seda que estaban escondidos y así permanecieron guardados por espacio de setenta años.

Una de ellas era de color blanca con una franja celeste en el centro manchada de sangre.

El cura Arrieta consultó con los capilleros más antiguos, quienes le informaron que en su niñez, época del rey, supieron escuchar sobre una batalla en Charawuitu, en la que tuvo actuación “nuestro curita” (se referían al padre Aranívar); al perder la batalla, sus amigos fueron perseguidos y se refugiaron entre ellos, llegaron a veces en forma incógnita hasta el pueblo de Macha. Él fue el que trajo estas banderas y las colocó allí, y desde entonces nadie las había tocado. Esto le relataron los capilleros al cura.

En 1813, Belgrano ordenó la retirada, al ser perseguidos por los realistas. En un desesperado intento de conservar la enseña patria, envió al coronel Cornelio Zelaya a retaguardia con órdenes secretas de llegar hasta el pueblo de Macha, donde Belgrano tenía amigos, pero se encontraron de frente con el invasor y no les quedó otra alternativa que quedar en Titiri, anexo al curato de Macha, donde era guardián el patriota padre Aranívar.

Fue él, de hecho, quien escondió las banderas detrás del cuadro que estaba al costado del modesto altar frontero a la entrada. A partir de entonces, no se nombró más a la bandera.

Hasta su aparición en 1885
El mito entre la bandera nacional y la provincial

Desde 1992, los mendocinos (según la Ley provincial N° 5.930) hemos adoptado a la Bandera de los Andes como estandarte provincial. Insignia que, como la bandera nacional, también tiene una historia diferente a las que nos contaron.

Cuenta la tradición que la Bandera de los Andes nació durante la cena de Navidad de 1816, cuando el General San Martín desafió a su esposa Remedios, junto a sus cuatro damas amigas, a confeccionar una bandera antes del 5 de enero de 1817. El desafío fue tomado en cuenta por las patricias y comenzaron con la tarea encomendada.

Lo cierto es que la Bandera de los Andes fue creada por una resolución del gobierno de las Provincias Unidas del Sud, después de la declaración de Independencia en agosto de 1816, y no por una iniciativa del Libertador.

Es importante destacar dos hechos que han sido mal interpretados por algunos de los historiadores en lo que respecta a la participación de las Patricias Mendocinas, ya que es innegable que doña Remedios de Escalada de San Martín, junto con Laureana Ferrari, fueron a recorrer las tiendas de la ciudad de Mendoza en busca de la tela apropiada para confeccionar la Bandera de los Andes.

La tradición dicta que se confeccionó gracias a las donaciones que realizaron aquellas Damas, quienes contribuyeron con joyas. Pero fueron las monjas del Monasterio de María, quienes tuvieron el honor de confeccionar y bordar parte de la bandera.

Se cree, además, que los bordados y la confección de aquella insignia fueron hechos por la R. M. Espínola y que la R. M. Godoy distribuyó y decoró dicha insignia, la que aplicó las piedras preciosas donadas, dándole mayor brillo, esplendor y grandeza.

Por último, se consigna que la R. M. Correas fue la encomendada de bordar la cinta blanca, celeste y blanca (y no celeste, blanca, celeste) que en forma de moño ata a las 2 ramas de laureles y son las únicas que están bordadas en la sarga de la bandera a la cual se le colocaron 6 esmeraldas que donaron las religiosas.

Para concluir, es importante destacar la nota dirigida a la madre priora del Monasterio de la Buena Enseñanza, fechada el día 15 de enero de 1817 y firmada por el general San Martín. En ella, el Libertador agradece la intervención de estas monjas en la confección de la bandera.

Los Andes, 14 – 06 – 09

La Quinta Pata

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