martes, 8 de septiembre de 2009

Nicolino, la leyenda continúa

Sergio Faría

Se cumplen hoy cuatro años de la muerte del boxeador más importante que dio Mendoza: el Intocable.

Tenía 66 años cuando pasó a ser definitivamente una leyenda. Hace unos días se cumplieron 70 años de su nacimiento, pero hoy se conmemoran 4 años de la muerte del deportista más significativo de Mendoza de todos los tiempos: Nicolino Locche.

El Intocable para el mundo del boxeo, y cuando decimos mundo hablamos de que su figura llegó a ser admirada internacionalmente, por esa característica inusual de boxear, un monumento del arte de la defensa.

Con movimientos de una técnica depurada y exquisita que terminaron inspirando a muchos, inclusive hoy a la mentada escuela cubana de boxeo amateur, que tiene mucho de Locche. Algo que reconoció en su momento el actual entrenador de la Selección argentina, el cubano Sarbelio Fuentes. Con el paso del tiempo, Nicolino le dejó marcado ese sello inobjetable de “for export” al boxeo mendocino. Un valor del que muchos hacen alarde.

Mendoza, naturalmente siempre tuvo boxeadores de gran escuela, el gran Pascualito Pérez, primer campeón mundial (mosca) que tuvo la Argentina y medalla de oro olímpica, además de otras innumerables conquistas; Cirilo Gil (inspirador absoluto del Intocable), Carlos Aro, “Aconcagua” Ahumada, Juan Aguilar, El Cholo González, Hugo Pastor Corro (campeón mundial de los mediano AMB y CMB), el inolvidable Mario “Cirujano” Ortiz, Roberto Alfaro, Ramón Balbino Soria, Gustavo Ballas (mendocino por adopción), Pablo Chacón y hoy, hasta el mismo Juan Carlos Reveco, titular AMB interino de los minimosca; pero fue Locche quien le puso vuelo a toda esa mística que nacía en los gimnasios que conducían los hermanos Mora, don Paco Bermúdez o don Diego Corrientes, por nombrar algunos. Sin olvidar a Carlos Suárez, un eje fundamental.

Nicolino nació en Campo los Andes, Tunuyán, el 2 de setiembre de 1939. Era el menor de 6 hermanos de dos inmigrantes italianos, Felipe Locche y Nicolina Di Vendittis. Tras el fallecimiento de su papá, cuando Nico sólo tenía 7 años, para ese entonces la familia de Locche ya se había instalado en Mendoza, cerca del zanjón de los Ciruelos.

Pese a su corta edad se ganaba la vida en trabajos alternativos hasta que un año más tarde descubrió el boxeo de la mano de su amigo de la infancia, Luis Lorenzo, varios años mayor que él. Lorenzo fue quien lo presentó a don Paco Bermúdez en el mítico Mocoroa Boxing Club.
Leer todo el artículo
Su primera pelea amateur fue en un hangar del aeropuerto El Plumerillo. Tenía 9 años y pesaba 37 kilos, donde le ganó por puntos al “Bebe” Fara, quien curiosamente falleció pocos días después de Locche.

Ese día comenzó a escribirse la historia de Nicolino, quien como amateur realizó 122 combates, donde conoció la derrota en 5 ocasiones, por puntos. Sus vencedores fueron Carlos Aro, Julio Palavecino, Ernesto Miranda, Simón Ríos y Carlos Barloa. Este último fue uno de sus grandes amigos y acompañó hasta sus últimos días al pupilo de don Paco.

A los 19 años, el 11 de diciembre de 1958 realizó su primera pelea como profesional, cuando venció al sanjuanino Luis Roque García, en fallo unánime. El primero de diciembre de 1961 ganó el título argentino de los livianos tras superar a Pedro Benelli y luego lo perdería frente a Abel Laudonio, en noviembre del ’64. Ya en esos años comenzaría su romance con el público del Luna Park. El mítico estadio que Nicolino se cansó de colmar.

Con una carrera ascendente y admirable, el 12 de diciembre de 1968 y con 29 años, al igual que Pascualito Pérez, se consagró campeón mundial de los welter al derrotar por abandono en el décimo round a Paul Fuji, en una pelea memorable, que aún hoy hace erizar la piel con sólo recordarla. Una escultura a la belleza boxística, de las fintas, el visteo, la cintura, la defensa y un ataque casi inofensivo pero absolutamente efectivo.

Ese día Locche comenzó a construir su propia leyenda y enamoró al boxeo mundial con su elegancia y gracia sobre un ring.

Después vendrían sus cinco defensas frente al venezolano Antonio “Morocho” Hernández, Joao Henrique, Adolfo Pruit, el español Domingo Barrera Corpas y una de las más excepcionales frente a Antonio Cervantes (Kid Pambelé) en el Luna Park. Noches de asombro y magia absoluta.

Nicolino, después perdería el título en Panamá, frente Alfonso Frazer, el 10 de marzo de 1972.

Sumó un total de 136 combates profesionales, 117 fueron triunfos, de los cuales 14 por la vía rápida. Perdió en 4 oportunidades y empató en otras 14 y una quedó sin decisión.

Una leyenda boxística que creció con el paso del tiempo y que deslumbró sobre un cuadrilátero.

Tenía 66 años Nicolino cuando falleció. Y era íntimo amigo del cigarrillo, ese que no se le cayó hasta el día de su muerte de entre sus dedos.

Los Andes, 07 – 09 – 09

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario