domingo, 15 de agosto de 2010

Piantavotos, truchos y berretas

Hugo De Marinis

Esta semana ocurrió quizá el hecho más trascendente para la oposición en los últimos tiempos. Nada de Indec o la cuestión glaciares. La oposición se sacó de encima a su figura más nociva y piantavotos.

Se recordará que Eduardo Aliverti, en el importante “6, 7, 8” del domingo 8 de agosto – en el que estuvo el ex director del Buenos Aires Herald, Robert Cox – le espetó al cantor Carlos Barragán de modo un tanto terminante en un momento intrascendente del programa, que Elisa Carrió no hacía política, sino que no la construía, o algo muy por el estilo. Barragán quiso intervenir pero el vozarrón de Aliverti lo paró en seco con esa opinión que olió a inexorable no obstante su desacierto: ¿quién sentenció que “no construir” es no hacer política en nuestro país? Vista nuestra historia reciente, ¿hace falta explayarse?

En el mismo programa, pero el jueves 12, al que asistieron José Pablo Feinmann y Juan Manuel Abal Medina (h), este último – locuaz y conocedor – concibió una idea canchera para calificar a la derecha vernácula: “trucha y berreta.” La comparación con otras similares de América Latina no fue justamente precisa (verbigracia, la derecha gráfica colombiana), pero de omitir esto último, su agudeza se celebra.

Sin embargo la derecha de acá quiere aprender y aunque berreta no desea ser tan trucha. Por ahí hasta el clarinesco Héctor Magnetto tuvo algo que ver con todo esto, es decir, con apurar el alejamiento de la piantavotos Carrió. Ahora solo les restaría, a truchos y berretas, desembarazarse de otros impresentables como Duhalde, Cobos, Macri, De Narváez, Solá, Biolcati y alguno que otro del radicalismo o del PJ, y el camino para enfrentar este frágil modelo que nos gobierna y que tanto detestan, se les presentaría allanado. De esa forma quedarían menos truchos y quizá menos berretas y piantavotos también.

Ricardo Alfonsín (h) y Hermes Binner no pintan mal. El problema es los que se les van poner a pechar por detrás. Y no es que detrás del modelo de gestión presente haya personajes inmaculados. El asunto consistiría en controlar sus apetencias desmedidas, como más o menos sucede con la actual administración. Aquí, una equivocación de un vocero del gobierno: Aníbal Fernández en vez de afirmar que Carrió "no tiene todas sus facultades mentales" debería haber gritado “que se quede, que se quede, por lo que más quieran, que se quede.”

¿Tendrá el binomio transparente y modosito que se vislumbra en el horizonte electoral – Alfonsín/ Binner –lo que se requiere para resistir a la jauría? ¿Podrán permanecer preservados de emitir furcios y realizar acciones piantavotos? ¿Se mantendrán progresistas? “Gran prou- ble- ma” para el gobierno, diría Robert Cox, si se responde por la afirmativa a estos interrogantes.

La Quinta Pata, 15 – 08 – 10

La Quinta Pata

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