domingo, 26 de junio de 2011

Canales de televisión en español de la gusanera en Estados Unidos

Alfredo Saavedra

Dolor de cabeza tras dolor de cabeza han causado a los empresarios y empleados serviles de los canales de televisión en español, pertenecientes a la disidencia cubana en los Estados Unidos, los resultados electorales presidenciales en Latinoamérica proyectando la iniciativa gubernamental a las opciones de plataformas progresistas.

Nueva comprobación de ese quebranto de salud para la televisión en español estadounidense, ha sido el reciente triunfo del candidato Ollanta Humala, del Partido Nacionalista del Perú, una instancia autodenominada de centro izquierda, de todos modos inaceptable para los cubanos de la contra. La enviada del canal Univisión, con base en Miami, dentro del típico formato de esa empresa, al entrevistar al presidente electo, de manera insolente y con visible irritación le preguntó que “si pensaba hacer un gobierno igual al de Chávez” (Sic). El entrevistado respondió con mesura ratificando su posición de independencia para la ejecución de su programa de gobierno.

Los enviados de Univisión se han caracterizado por su papel de emisarios de la empresa que los emplea, más en función policíaca que periodística, dentro de la política anticomunista de ese canal y su similar Telemundo, que arrastran rencores por herencia, desde el triunfo de la revolución cubana hace medio siglo. Ese movimiento produjo el éxodo de la oligarquía criolla y sus acólitos, estableciéndose en Miami, de forma particular, donde de esa manera quedó fundada lo que se dio en llamar la gusanera del exilio.

Aunque los “patriarcas” de ese exilio, entre ellos el potentado Más Canosa, que reclamaría de por vida una exorbitante propiedad naviera en la isla, al parecer ya finados, entre sus herederos inmediatos están los propietarios de los mencionados canales de televisión, empeñados en inmiscuirse en la política de Latinoamérica. Para esa finalidad, lanzan desde esos medios una ofensiva contra los proyectos democráticos y progresistas de los países de la región, que en los último tiempos han formado un amplio cuadro geográfico de nuevos gobiernos de izquierda.

Los espacios informativos de esos canales, en práctica de un periodismo chapucero que sigue la pauta de la derecha oficial estadounidense y la de los intereses de esas empresas, se obstinan en difamar a los gobiernos latinoamericanos definidos dentro de los procesos de independencia imperialista. Los gobiernos de Chávez, en Venezuela, de Correa en Ecuador, de Morales en Bolivia y Ortega en Nicaragua son blanco, por medio de corresponsales adiestrados para servir los intereses de sus empleadores, de esa ofensiva empeñada en destacar los berrinches de la oposición marrullera en esos países.
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Aunque no es particular de los mencionados canales esa política de agresión, lo es también de los programas de la BBC en español, estos se particularizan no solo por su obstinación fascistoide sino también por su falta de calidad profesional en la producción de sus programas. Noticieros como el denominado Primer Impacto, de Univisión, hacen un periodismo elemental, provinciano, sin ningún positivo aporte cultural. Con una redacción trasnochada, no han desarrollado una dinámica que los haga diferentes y siguen estancados en sus pautas permanentes.

Al dar noticia sobre los sucesos recientes en Vancouver, que desembocaron en desórdenes públicos originados luego de un evento deportivo, una locutora del mencionado noticiero dijo “hubo disturbios en las calles de Canadá” dando una deplorable demostración de su ignorancia en materia de geografía, por lo que esas jóvenes anunciadoras no deberían promocionarse como periodistas si no aprovechan la oportunidad de corregir las calamidades de la redacción.

Así también, en otro programa de noticias, en el mismo canal, el locutor presentado como periodista, al comentar la foto que circuló el mundo sobre el beso en la calle de una pareja de novios, durante los mencionados sucesos en Vancouver, convirtió la noticia en una nota esencialmente sexista, omitiendo el hecho de que la escena fue resultado de las consecuencias de la acción policíaca en esa ciudad canadiense, sobre transeúntes que circulaban en momentos de producirse el disturbio.

La verdad es que la pareja, formada por el joven Scott Jones y la señorita Alex Thomas, fue atropellada por la policía que trataba de controlar la situación. En los empellones de los policías, la muchacha cayó al pavimento y presa de pánico gemía muy asustada. Su novio creyéndola lesionada se inclinó para ayudarla a levantarse y en el proceso la consoló con un beso, en un acto de ternura y no de intención sexual, como lo insinuaría la nota de Univisión, en eco de otras publicaciones similares.

Independiente de las deficiencias de sus noticieros, los canales mencionados no han logrado su propósito de cambiar la actitud del público frente a los procesos electorales en Latinoamérica y por el contrario, para desazón de la decadente contrarrevolución cubana en los Estados Unidos, con excepción de las derechas que hacen gobierno en países como México y Chile, el conjunto de la mayoría de naciones latinas del continente, se impulsan futuristas con proyectos políticos renovadores.

La Quinta Pata, 26 – 06 – 11

La Quinta Pata

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