domingo, 3 de julio de 2011

Luis Benítez, el buscador

Alejandro Frias

A propósito de la publicación de su primera antología en inglés, conversamos con el poeta argentino sobre este y otros temas.

Que los textos de Luis Benítez sean traducidos a otros idiomas y publicados en el extranjero no es, a esta altura, noticia. Pero sí lo es en el caso de A heron in Buenos Aires. Selected poems (Una garza en Buenos Aires. Poemas escogidos) –editorial Ravenna Press–, la primera antología del autor publicada en inglés, una compilación realizada y traducida por Cooper Renner y que desde este mes está disponible en cualquier lugar del mundo a través de www.ravennapress.com o Amazon.com.
A heron in Buenos Aires. Selected Poems contiene una treintena de poemas representativos de la obra de Benítez, tanto de las estéticas por las que ha transitado como de los temas que lo llaman a la observación y la reflexión.
La movilidad en la palabra de Benítez hace de esta antología una suerte de vereda por la que el lector transita las discusiones con la ciencia, la filosofía, la historia y las sociedades que lleva adelante el poeta, dando al volumen una integridad que cumple con su función de extractar una extensa obra sin que esta pierda su esencia.
Una compilación siempre es un riesgo para el autor, pero, en este caso, la selección hecha por el poeta Cooper Renner conforma una excelente muestra tanto para quienes se acercan por primera vez a la obra de Benítez como para quienes ya la conocen.

Un autor sin credos literarios
A propósito de la publicación de A heron in Buenos Aires. Selected Poems, dialogamos con Luis Benítez, en una charla en la que se explayó sobre aspectos de la antología y de su obra en general.

- ¿Estuviste cerca de la selección de poemas?
- Relativamente. La selección y la traducción corrieron por cuenta de Cooper Renner, quien tomó textos que yo le proporcioné y también algunos incluidos en revistas norteamericanas e inglesas donde yo publico desde comienzos de los noventa, e incluso tomó traducciones que se habían hecho y las mejoró comparadas con el original en español que yo le proporcioné. Es un trabajo realmente meritorio el de este poeta norteamericano y excelente traductor, porque recurrió a una cantidad de material muy grande, si tomamos en cuenta que mi obra es mediana en cuanto a extensión pero con muchas versiones, porque las han manejado otros traductores, y el trabajo de Renner fue una suerte de síntesis.

- Por lo que decís, estás conforme con el trabajo.
- Absolutamente. Cooper Renner es un extraordinario traductor y además un poeta de gran talento. El problema con la traducción de poesía es que es un trabajo muy arduo, por la misma característica del género. Lo preferible siempre es que el traductor sea también poeta, porque hay códigos y formas de expresión que no son propias de la prosa.

- Y más en el caso del estilo tuyo, que tiene que ver mucho con imágenes y con adjetivaciones muy fuertes e importantes para el poema en sí.
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- Claro, y además porque nuestra lengua utiliza el sujeto tácito, cosa que no hace la lengua inglesa, en donde el sujeto tiene que estar presente en la oración continuamente, y entonces eso hace muy difícil la traducción. Pero con el trabajo de Renner yo quedé muy conforme, lo mismo que la editora, Kathryn Rantala, que es poeta también y la gestora de todo esto.

- La antología parece un conjunto de textos escritos para un libro en particular, lo que da una idea de la integridad de tu poesía.
- Sí. Mi poesía abarca hasta este momento diez títulos, algunos publicados en Argentina y otros en el exterior, como Venezuela o México, y las temáticas que recorre esta obra son diversas, así como los puntos de vista del autor. Yo creo que el trabajo de Cooper Renner ha sido en ese sentido también doblemente meritorio, porque logró sintetizar el trabajo de 30 años en un volumen que tiene menos de 70 páginas.

- La crítica te ve a vos como a un poeta de la generación de 1980 en Argentina, ¿pero en qué lugar te ubicarías vos ahora respecto de las nuevas tendencias poéticas?
- Bueno, yo, en realidad, a lo largo de estos treinta años, nunca me sentí muy identificado con las corrientes. Te imaginarás que en tres décadas vi ascender y descender muchas corrientes. En los comienzos de los ochenta predominaban el neobarroco y el neorromanticismo, posteriormente vino algo que se llamó neoobjetivismo, y yo no adscribí a ninguna de ellas, porque pertenezco a un grupo, dentro de lo que es la poesía del 80 en Argentina, que la crítica denomina “los independientes”, es decir, autores que, sin adherir a los credos ni a las banderías estéticas de nuestra generación, buscamos un estilo propio, que es una búsqueda, si se quiere, más difícil. Eso hizo que no tuviera mucha relación con esas corrientes. El saldo es que esos movimientos que había en un comienzo desaparecieron y lo que quedó fue la obra de autores individuales que estaban o no involucrados con esas corrientes.

- A la vez, esta independencia te permite acceder a la narrativa y al ensayo.
- Exactamente. Mi obra se compone en 50 por ciento aproximadamente de libros de poesía, pero también abordé la novela, el cuento y el ensayo literario. Sucede que se trata de ideas que aparecen y que a medida que se van perfilando en la imaginación, que van buscando su forma de expresión, se encuentran mejor en un género que en otro, y a veces hay transformaciones. Una idea que tenés y que suponés que es para un cuento, de pronto, porque abarca más, te das cuenta de que corresponde a una novela, y en el caso de la poesía, muchas veces una idea que tenés y que sirve para un ensayo, cabe en el breve texto, breve en comparación con la longitud de un ensayo, de un poema.

- En el caso de esta antología, hay textos que son claramente surgidos para poesías y mantenidos ahí, como Esta mañana escribí dos poemas, y hay otros que se nota que elegiste ponerlos en poema, como el mismísimo Una garza en Buenos Aires.
- Y ese caso en particular, el de Una garza en Buenos Aires, hubiera dado para una narración. Es un poema en donde los elementos narrativos están muy presentes. Ese poema lo inspiró una garza real que estaba en un estanque del Jardín Japonés. Ahí me encontré con esa garza que vaya uno a saber de dónde había venido, y la contemplación del animal en un entorno artificial inspiró el poema, pero tranquilamente podría haber sucedido que eso derivara en un relato.

- Tu último libro de poesía fue Manhattan song, después vino una compilación de ensayos y antes de eso la publicación de la obra completa en formato virtual. ¿Qué estás preparando para después de A heron in Buenos Aires. Selected poems?
- Estoy trabajando desde hace años con una novela y con un nuevo libro de poemas que por el momento se llama Las imaginaciones. Algunos de esos poemas fueron incluidos por Cooper Renner en esta antología. Ahora, soy alguien que corrige bastante lo que hace, y a veces necesito dejarlo uno o dos años en barbecho para después retomarlo. En ocasiones no cambio nada, y otras veces cambio todo. En definitiva, lo que está en preparativas es este nuevo libro que lleva el título tentativo de Las imaginaciones.

La Quinta Pata, 03 – 07 – 11

La Quinta Pata

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