domingo, 26 de agosto de 2012

Assange y la cacería de brujas

Évelin Torre

En las últimas semanas, el caso del australiano Julian Assange, ha dejado en evidencia el escandaloso doble standard de Estados Unidos y Gran Bretaña.

El pasado jueves 16, Ecuador otorgó asilo diplomático a Assange por suponer que su vida estaría en peligro en caso de ser extraditado a Suecia, donde es requerido por supuestamente haber cometido crímenes sexuales.

El australiano, fundador de WikiLeaks, la página web que reveló miles de cables secretos estadounidenses, teme que una vez en Suecia pueda ser extraditado a Estados Unidos y juzgado por traición, lo que podría pagar con pena de muerte.

El Departamento de Estado de Estados Unidos emitió un comunicado en el que se afirma que no reconoce el asilo diplomático otorgado por Ecuador a Assange, basándose en que "Estados Unidos no forma parte de la Convención de 1954 de la OEA sobre el asilo diplomático y no reconoce el concepto de asilo diplomático como una cuestión de derecho internacional”. No obstante, hay que recordar que hizo uso, en varias oportunidades, de la inmunidad de sus misiones diplomáticas para proteger a militantes en países considerados no democráticos, como China.

Por su parte, el Reino Unido advirtió que no proporcionará el salvoconducto al australiano, sin alegar motivo alguno.
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Recordemos que la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, que entró en vigor el 24 de abril de 1964, dice en su artículo 22:
“1. Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del estado receptor no podrán entrar en ellos, excepto con el consentimiento del jefe de la misión”
“ 2. El estado receptor tiene especial obligación de tomar todas las medidas apropiadas para proteger la misión contra toda intrusión o daño y prevenir cualquier molestia a la paz de la misión o disminución de su dignidad.”
“3. Los locales de la misión, su mobiliario, las otras propiedades y los medios de transporte de la misión deben ser inmunes a revisión, requisición, ligaduras o ejecuciones. “

El Artículo 30 de la Convención de Viena extiende esa extraterritorialidad inviolable a los locales y jardines de la residencia de la embajada.

Una acusación controvertida
Aunque EEUU busca juzgar a Assange por la filtración de miles de documentos secretos, la razón por la que se ha pedido su extradición es muy distinta. Lo acusaron dos mujeres en Suecia por supuestos delitos sexuales.

El principal es el de violación "en grado menor" de la joven “SW”, mientras dormía y con el agravante de que el sexo fue realizado sin preservativo, según la declaración de esta recogida en la investigación preliminar de la fiscalía sueca.

Según sus abogados, el australiano conoció a dos mujeres, de 25 y 35 años, en una conferencia de prensa en Estocolmo.

Luego, en distintas ocasiones, se consumaron relaciones sexuales consentidas pero no protegidas. En los días sucesivos, siempre según la defensa de Assange, hubo al parecer nuevos “contactos amistosos buscados” por ambas mujeres, que luego “decidieron denunciarlo al descubrir una sobre la otra”.

Estas acusaciones tuvieron varias idas y vueltas. En agosto se cursó una orden de detención, cuando él aún estaba en Suecia. Pero la orden de arresto se retiró en menos de 24 horas, porque la segunda fiscal que llevaba el caso consideró que las acusaciones no se sostenían.

Lo cierto es que las declaraciones de las mujeres son cuestionables, pues una de ellas continuó viviendo con Assange durante una semana, luego de que supuestamente se produjera la violación.

Además, la joven ejerce como periodista en una ONG norteamericana, mantiene desde hace años vínculos con grupos anticastristas y ha sido denunciada por sus contactos con la CIA.

Lo cierto es que el interés de la justicia por el uso del profiláctico en aquellas noches se ha convertido en un problema internacional.

Gran Bretaña no tienen normas similares a las de Suecia, relativas al uso del preservativo en las relaciones íntimas, y el derecho internacional niega la extradición por actos que no son delito en el país anfitrión, por eso sorprende que haya otorgado la extradición contrariando la opinión de su pueblo, de sus juristas y su propia jurisprudencia.

Un futuro incierto
Las denuncias contra Assange son muy inciertas, al igual que su destino. Lo único cierto es que la situación podría mantenerse por mucho tiempo.

Recordemos, por ejemplo, que Héctor Cámpora estuvo casi cuatro años en la embajada de México, Raúl Haya de La Torre estuvo cinco años en la embajada de Colombia en Perú o el Cardenal Jozsef Mindszenty estuvo casi una década en una embajada estadounidense.

Seguramente EEUU y Gran Bretaña tratarán de evitar que ello suceda, pues el imperio debe darle a Assange una condena ejemplar para evitar que todas aquellas personas que hackean los sitios web gubernamentales continúen sacando sus “trapitos sucios al sol”.

El australiano cuenta con el apoyo del pueblo latinoamericano y, de hecho, la OEA aprobó una resolución apoyando a Ecuador ante las amenazas del Reino Unido. También el gobierno ruso se pronunció sobre el caso y pidió respeto para los principios diplomáticos.

Y es importante que así suceda, pues solo la presión internacional sobre Londres puede evitar que se continúen violando los derechos fundamentales de aquellos que ejercen la libertad de expresión.

La Quinta Pata, 26 – 08 – 12

La Quinta Pata

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