domingo, 16 de septiembre de 2012

Determinación latinoamericana impidió asalto inglés a embajada de Ecuador

Alfredo Saavedra

Aunque los acontecimientos recientes en varios países musulmanes con el ataque a embajadas estadounidenses podrían cambiar el panorama de seguridad para la diplomacia mundial, la acción de la OEA a finales de agosto impidió que Gran Bretaña cometiera una agresión contra la embajada de Ecuador en Londres, gracias a la solidaridad de los países de América Latina.

Hasta el momento pareciera que ese intento de penetrar la autoridad inglesa de forma violenta al recinto diplomático de Ecuador en Londres, ha quedado en suspenso debido a la reacción en contra de esa eventualidad por parte de varias naciones del mundo, excluyendo a Canadá y Estados Unidos que no obstante pertenecer al Organismo de Estados Americanos, rehusaron adherirse a la resolución del 24 de agosto por la cual la mencionada entidad condenó la amenaza inglesa de penetrar a esa embajada para aprehender a Julián Assange, fundador de WikiLeaks.

Como se sabe, el señor Assange buscó asilo en la embajada ecuatoriana tras la amenaza de ser capturado y deportado a Suecia, donde se le sigue un juicio por supuesto abuso sexual, fabricado según opinión generalizada, en una conspiración que se dice tiene origen en Estados Unidos, a donde sería llevado para meterlo a la cárcel y, según también opinión generalizada, hacerlo terminar en el cadalso, pues la intención final sería ejecutarlo, de acuerdo con diabólica especulación, con lo que se consumaría una presunta venganza del gobierno estadounidense.

Venganza que, como es del dominio público, se le tiene reservada al creador de WikiLeaks por lo que se considera temeraria acción de haber revelado, mediante trabajo de manipulación cibernética, un alud de documentos dentro de la categoría de secretos y que pusieron al descubierto las maniobras de ese gobierno en perjuicio de intereses generales a nivel mundial.
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La falta de adhesión del gobierno canadiense para la resolución de OEA, ha sido criticada por articulistas como el señor Harry Sterling, experto en el tema pues sirvió en el pasado puestos en la diplomacia canadiense en varios países de Latinoamérica. Dice el analista Sterling que no obstante que la OEA estableció claramente que Inglaterra no tiene ningún derecho de penetrar a ninguna embajada conforme la Convención de Viena, el gobierno de Stephen Harper, primer ministro de Canadá, dijo que la OEA no es el foro adecuado para discutir el tema, un subterfugio para apoyar a los Estados Unidos.

No fue esta la primera vez que Harper se opone a resoluciones de la OEA, pues según lo señala el articulista Sterling, durante la conferencia de ese organismo en Colombia, hace algunos meses, tomó la iniciativa, apoyada por supuesto por el presidente estadounidense Barack Obama, de oponerse a invitar a Cuba para participar en conferencias de ese tipo en el futuro.

Como esa iniciativa tuvo el apoyo unánime de los demás miembros de la organización, varios representantes latinoamericanos opinaron que Canadá y Estados Unidos al no tener nada en común con los intereses de las otras naciones del hemisferio lo mejor sería que se retiraran de ese organismo. La repercusión de las actitudes del primer ministro canadiense en su evidente adhesión a la política de Estados Unidos y su no disimulada conducta de incondicional apoyo unilateral a Israel, asegura Sterling, ha dado como resultado que la aspiración de Canadá para pasar a formar parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se ha visto frustrada.

Por de momento parece que en el caso del señor Assange, su asilo tiene un relativo margen de seguridad por el estado de vigilancia de la OEA, pero debido, como se apuntó ya, a los últimos acontecimientos en el Medio Oriente, con el agravante del antecedente del asalto a la embajada británica en Irán, hacen envolver en la incertidumbre todo pronóstico de buenos resultados para el futuro.

La Quinta Pata

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