Noticias- Mendoza: La visita de Kirchner a Mendoza

La señal más clara de la Nación de su satisfacción por el alejamiento de Carlos Rico de sus funciones de gobierno la constituye la visita de Néstor Kirchner a la provincia. Ya habían venido los ministros Randazzo y Tedesco, pero la llegada del ex presidente como líder del Partido Justicialista demuestra con solidez que hay seriedad en el deseo de recomponer la relación.

Celso Jaque lo necesita, esencialmente debido al modo elegido de encarar su gestión caracterizada por una deficiencia notable: la carencia de reflejos rápidos para enfrentar situaciones puntuales. La gente del PJ local – alienada en cierta forma de la administración de gobierno hasta hace poco por la alianza de este último con el Partido Demócrata – se viene esforzando en los últimos días por hacerle creer a todo el mundo que aquí no ha pasado nada. Adolfo Bermejo, por ejemplo, manifestó que la llegada de Kirchner es un mérito de la actitud consecuente que ha mostrado el partido en Mendoza. En verdad la consecuencia del gobierno local comenzó con la salida de Aguinaga y más que nada por eso viene Kirchner.

El ex mandatario es un dirigente agradecido, le gusta el lenguaje de las señales fuertes y, además, él mismo recibirá los beneficios de un PJ mendocino unido y encuadrado detrás de él.
Leer todo el artículo - CerrarEn tanto que los amagues del PJ vernáculo de retobársele al gobernador – más que por convicción contra Rico por la mala impresión que estaba dejando el gobierno en la opinión pública mendocina en materia de promesas electorales incumplidas – se han terminado de disipar. Borrón, cuenta nueva y pasado de factura: Mendoza fue una llamada de atención, un aviso, junto a los triunfos del justicialismo en San Juan, Córdoba, Chaco y Chubut, así se marcó una tendencia nacional que ha permitido esta renovación partidaria, apuntó el maipucino Bermejo. Convengamos que de renovación no tiene mucho este PJ ortodoxo. Sin embargo se debe reconocer que es lo que hay, que ganaron las elecciones de octubre y por lo tanto cuentan con ciertas prerrogativas. Como cruzar una invitación sutil y limitada a los que abandonaron el redil (los concertadores): Aquellos peronistas que fueron por afuera [en los comicios de octubre] pueden volver. Nunca se pensó en echar a nadie. Todos tienen oportunidad de volver pero ocupando cada uno su lugar, que es el que les dio la ciudadanía en las últimas elecciones. Ahora que se solucionó el aspecto dirigencial en Seguridad y que el referente principal de los concertadores peronistas está de parabienes con el aparato justicialista de Mendoza, es momento de fumar la pipa de la paz.

Kirchner lo entiende y a partir de esta lógica casi estrictamente electoral se ha volcado a comandar lo que considera un factor de poder capaz de respaldarlo en los avatares políticos del proyecto que comparte con su esposa, la presidente Cristina Fernández.

Los Andes, Uno y MDZ Online auguran que el aparato pejotista movilizará entre 4.000 y 6.000 peronistas al acto a celebrarse bajo el tinglado del club Andes Talleres. Un espacio amplio pero cerrado, como todos los que viene eligiendo el kirchnerismo para la celebración de sus liturgias. ¿Habrá globos?

Uno señala que el Gobierno provincial necesita relanzar su gestión, sacudida por la salida del PD. Otros indicarían que precisamente con la salida del PD se cerró un antagonismo poderoso, el de la Nación, y que es a partir de ahora que todo marchará viento en popa. Si Kirchner se ha ocupado hasta de los preocupados radicales K, quienes el miércoles 23 se reunieron en la Casa Rosada con Alberto Fernández y al día siguiente el vicepresidente Julio Cobos visitó al mismo Kirchner en sus oficinas de Puerto Madero. Estas son obvias señales, también fuertes, a sus aliados de que la concertación aún vive, aunque él se haya puesto a conducir el viejo PJ.

Mientras tanto, los aliados por izquierda del kirchnerismo – los Libres del Sur locales – se encuentran abocados junto a agrupaciones afines a apuntalar el Movimiento por la Distribución de la Riqueza en pleno centro mendocino. Por ahora están lejos, bien lejos, del ajedrez politiquero que Néstor Kirchner trata de armar con la rancia ortodoxia del aparato pejotista.

Redacción: La Quinta Pata

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