sábado, 23 de agosto de 2008

Repensar el pasado para el proyecto del presente

Parte importante del encuentro fue el merecido homenaje al filósofo local Arturo Roig.

Javier Cusimano

Hace tan sólo una semana destacados pensadores de América Latina y Francia se reunieron en Mendoza por un objetivo conjunto: repensar el siglo XIX y distinguir al filósofo Arturo Roig.

En un iluminante ensayo sobre la desolación, Héctor Schmucler dice que habitamos una época en que los principios robustos parecen diluidos, en los que se festeja la expansión del pensamiento tenue, el reinado de lo efímero y la defección de la memoria. Días, en fin, celebratorios del mercado como medida de todas las cosas y como clave articuladora de la existencia social e individual.

En estos tiempos, algunos espíritus prefieren el reposo de ver y oír siempre lo mismo postergando indefinidamente la verdad.

Otros, en cambio, se arriesgan a afirmaciones, optan y a partir de la apuesta, se lanzan a una búsqueda incesante, a una apertura "a otra cosa" porque, en definitiva, lo que está en juego es el sentido del vivir.

Tal apertura y búsqueda es la que se dio en Mendoza los días 13, 14 y 15 de agosto pasado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo y en el Centro Científico Tecnológico de Mendoza - Conicet.

Con el apoyo conjunto de instituciones nacionales e internacionales, durante esos días se llevó a cabo un Coloquio Internacional denominado: "Repensando el siglo XIX desde América Latina y Francia".

Este coloquio tuvo por objeto reunir a especialistas de América Latina y Europa para revisar y recuperar críticamente el pasado filosófico e histórico, a la luz de las preocupaciones y proyectos del presente.
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Además, se propuso distinguir al filósofo Arturo Andrés Roig por su trayectoria intelectual y por sus aportes teórico-metodológicos en el campo de la historia de las ideas, la filosofía latinoamericana y los estudios sobre la cultura francesa en el Río de la Plata.

A la jornada asistieron investigadores y especialistas destacados de diferentes procedencias. Así, las ponencias contaron con el aporte de filósofos provenientes de Francia, Italia y Alemania, como así también con la contribución de pensadores de naciones latinoamericanas tales como México, Ecuador, Brasil, Uruguay, Chile, Perú y Venezuela.

De la Argentina, por supuesto, asistieron un número relevante de intelectuales de todos los puntos del país, con un porcentaje significativo de docentes e investigadores mendocinos.

La audiencia estuvo compuesta por estudiantes de distintas facultades, periodistas, profesores, miembros de organizaciones no gubernamentales y público general.

Todos reunidos hicieron posible un espacio de escucha y conversación en el que se desplegaron distintos puntos de vista en un diálogo común.

La breve jornada permitió que se expusieran las posiciones que desde América Latina se están levantando frente a los desafíos que representa, para la periferia y para el ser humano, la configuración mundial actual.

Arturo Somoza, rector de la UNCuyo, destacó la necesidad de réplica de estos encuentros y de su importancia para la política y cultura de la Argentina, sesgada por la ceguera.

El coloquio, estructurado desde diferentes ejes temáticos, permitió abrir el debate en una gran cantidad de cuestiones de importancia para la comprensión de la coyuntura actual de América Latina.

Así, se abordaron diversos problemas: democracia, educación, exclusión, utopía, actores sociales, conflictividad política, etc., en todos los casos poniendo la lupa principalmente en la necesidad de reconstruir la memoria, de recuperar y mantener vigentes los proyectos emancipatorios, de transformar un presente que no conforma y construir un futuro mejor, "otro".

Para Horacio González, director actual de la Biblioteca Nacional, no existe nada más iluminante para un futuro diferente que una comunidad pensándose a sí misma.

Un homenaje merecido
Sin duda la figura de Arturo Roig daba sentido al evento. Un intelectual inquieto y luchador, montado a su Rocinante como el Quijote, logró penetrar con su pluma y la profundidad de sus planteamientos en toda una generación de pensadores, transformándose -luego de una larga aventura- si no en el mayor, al menos en uno de los más altos referentes del pensamiento latinoamericano.

Si bien los fines del coloquio trascendían el homenaje, los sueños y esperanzas del filósofo mendocino atravesaron el encuentro. Ante la calurosa demostración de afecto de los presentes, Roig sólo respondía diciendo: "Me da vergüenza tanto homenaje, por momentos me siento incómodo. Sólo hice lo que creí que tenía que hacer".

Sumados a los momentos de reflexión, pudieron vivirse experiencias conmovedoras, una de ellas fue el encuentro de Arturo Roig con viejos amigos. Podía vérselo sonriendo y abrazando a cada uno de los expositores venidos desde lejos, a quienes se notaba hacía tiempo no veía.

Amigos que quizás conoció cuando debió huir del país en momentos de la dictadura militar. Decenas de anécdotas se dieron a conocer, cada una de ellas se colaba entre alguna explicación o en alguna charla.

Pero quizás el hecho más conmovedor se produjo en la Biblioteca Central de la UNCuyo. El día viernes 15, el filósofo Arturo Roig donó a esta sede de estudios la colección de libros de su biblioteca en el Ecuador.

En el acto estuvo presente el embajador de Ecuador, Francisco Proaño Arandi, la cónsul de Ecuador, Bernardita R. K. de Battiston y el rector de la Universidad del Ecuador, Enrique Ayala Mora, entre otras personalidades nacionales.

Los presentes destacaron la trayectoria del filósofo mendocino en tierras ecuatorianas y su proficua labor de difusión de los estudios latinoamericanos y ecuatorianos.

Sobre América Latina
¿Qué tienen de común Miranda, Simón Bolívar, José Martí, Alberdi, Mariátegui y el Che, por nombrar sólo algunos de los personajes latinoamericanos que recorren las páginas de nuestra historia? Unos dirán que se trata sólo de pensadores políticos, de grandes personalidades históricas alejadas en el tiempo. Otros irán más lejos y verán en ellos figuras que lucharon por la autorreivindicación de América Latina como unidad que comparte una identidad cultural. Para los primeros, estos próceres son parte del pasado; para los segundos, permiten construir el presente.

Según Arturo Roig estos hombres, por su grado de compromiso con la realidad social americana y por su extraordinaria capacidad para materializar y plasmar las condiciones de su época en el nivel simbólico, han articulado los avatares de nuestra historia.

Roig interpreta la historia latinoamericana como un proceso de búsqueda y construcción de la propia identidad emprendido por el hombre latinoamericano, desde la violencia de la "destrucción de las Indias" hasta el presente. Esta identidad es definida y redefinida continuamente en la historia a partir de la construcción discursiva de un "nosotros los latinoamericanos".

En el fondo la preocupación más importante de Arturo Roig es la de poder definir una filosofía latinoamericana distinta a la europea, es decir, una filosofía propia. Desde la conquista, América es construida y definida por el hombre europeo en su necesidad de visualizarse a sí mismo como civilizador y dominador legítimo.

El filósofo mendocino intentará entonces alejarse del conocimiento exportado y ajeno a nuestras necesidades reales o, en el mejor de los casos, tomarlo pero para reescribir una filosofía en función de nuestros propios anhelos y temores.

Para Roig, es posible definir una filosofía propia, y la encuentra en el discurso de los pensadores políticos que han recorrido nuestro continente. En cada momento histórico el nosotros latinoamericano posee comienzos y recomienzos. De manera que la historicidad de América Latina está atravesada por luchas, fracasos e interrupciones, pero también está marcada por victorias y renacimientos.

El hombre latinoamericano ha puesto en juego un permanente -aunque interrumpido- esfuerzo de apropiación creadora y superadora, en cuyo desarrollo se ha operado la inversión teórica y práctica del discurso colonialista europeo.

Una vigorosa producción
La obra de Arturo Roig resulta una tarea casi inabordable por la magnitud de su producción. Se estima que alrededor de 300 títulos, entre libros y artículos componen la bibliografía escrita por el filósofo.

Su pluma recorre diversas áreas temáticas, períodos y autores, que ha investigado desde el campo estricto de la filosofía, la historia de las ideas, el pensamiento social, pedagógico o los análisis institucionales y regionales.

El estudio de su obra es altamente complejo y difícil por la profundidad de su análisis y reflexión. Su pensamiento constituye una original articulación entre un humanismo universalista y una especial preocupación por América Latina.

Entre sus libros más conocidos, cabe citar Teoría y Crítica del Pensamiento Latinoamericano (1981), Bolivarismo y Filosofía Latinoamericana (1984), Rostro y Filosofía de América Latina (1993), Ética del Poder y Moralidad de la Protesta (2002), El Pensamiento Latinoamericano y su Aventura (1994).

Actualmente trabaja en torno a los conceptos de esperanza, utopía, sueños e ilusiones. Al respecto Arturo comentaba: "Es necesario seguir soñando y luchando por mundos mejores y además tener la voluntad de llevar adelante estos proyectos, sin perder nunca la esperanza".

Los Andes, 23 – 08 – 08

La Quinta Pata

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