sábado, 6 de septiembre de 2008

Tapar el sol con la mano

Pino Solanas

Aníbal Fernández no apareció en escena para hablar sobre la crisis ferroviaria y el malestar de sus pasajeros, sino para hacer el trabajo sucio.

Los incidentes de ayer no sólo han evidenciado el estado miserable del sistema ferroviario, sino que han permitido mostrar el oportunismo del polémico ministro de Justicia y Seguridad Aníbal Fernández.

El oscuro funcionario no apareció en escena para hablar sobre la eterna crisis ferroviaria y el malestar de sus pasajeros, sino para hacer el trabajo sucio. Su mejor argumento se concentró en responsabilizar a distintas organizaciones políticas, entre las que apuntó a Proyecto Sur, la organización que me postuló como candidato a presidente en octubre pasado.

Con sus acusaciones Fernández busca disminuir el impacto de la denuncia que significa mi documental La próxima estación, la película que estrené ayer y que relata cómo fue vaciado el sistema ferroviario. Los trenes se incendian todas las semanas y lo que no puede ocultar Fernández es la obscena complicidad entre los concesionarios de los trenes y el secretario de Transporte Ricardo Jaime, algo que se puede comprobar en los extraordinarios sobreprecios que pagará el Estado por los arreglos de los vagones.

Los concesionarios los repararán, pero nos los facturarán por partida doble. No es casual que lo primero que comunicó la concesionaria fue el costo de los vagones incendiados. El país necesita la reconstrucción del sistema ferroviario y, aunque resulte doloroso para muchos, hay que comprender que Kirchner en vez de reconstruir los trenes propone crear un tren bala que nos endeudará por 30 años.

Crítica Digital 06 – 09 – 08

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario