sábado, 27 de diciembre de 2008

Alejo Carpentier y la ciudad de las columnas

Alejo Carpentier

Miguel Gerardo Valdés Pérez

Este año, entre otras efemérides necesarias de recordar, se cumple el 104 aniversario del natalicio de Alejo Carpentier. Nació en La Habana, el 26 de diciembre de 1904, ciudad donde cursó sus primeros grados. A la edad de doce años marchó a París con sus padres. En la capital francesa, además de estudiar en el Liceo Jeanson de Sailly, se inició en los estudios musicales, vocación que más tarde le permitiría investigar y escribir sobre la música popular cubana.

A su regreso a Cuba, matriculó arquitectura y comenzó su labor como periodista. Su participación en movimientos de izquierda lo obligó a regresar a París como exiliado político. Más tarde visitó México, Haití y Venezuela; lugares donde se nutre de las tradiciones y las vivencias que decidirán la visión americanista que conformarán y delinearán el rasgo más distintivo de toda su narrativa.

La influencia que recibió del poeta y crítico francés André Breton no lo encasilló en los lineamientos del surrealismo; por el contrario, desde una posición crítica a las limitaciones de esa teoría, desarrolló su peculiar manera de interpretar la realidad del continente americano, desde lo medularmente autóctono y lo mítico. Estos recursos le permitieron imprimirle a su producción literaria la aureola de lo Real Maravilloso que ha caracterizado y distinguido sus novelas y que sobresale con fuerza en algunas como El reino de este mundo (1949) —escrita tras un viaje a Haití—, en la que aparecen personajes como Henri Christopher y algunos importantes pasajes de la Revolución Haitiana.

En Los pasos perdidos (1953) —considerada como su obra maestra— afloran sus experiencias en el Amazonas; y en Guerra del tiempo (1958), la violencia del tiránico régimen político que sacudió a la isla de Cuba en la década del cincuenta. En 1962 publica El siglo de las luces, donde tres personajes protagónicos viven las experiencias de la Revolución Francesa. Algunos críticos la han catalogado como una novela histórica; aunque sus esencias encuentran un firme basamento en lo filosófico.

Concierto Barroco (1974) es exponente de la riqueza cultural de la fusión hispanoamericana. Mientras, El recurso del método (1974) y La consagración de la primavera (1978), reafirman la madurez y la dimensión literaria del escritor. La primera es la ruptura del mito del hombre ordenado y conservador; la segunda, un mosaico en el que se describen los cambios políticos y sociales ocurridos en Cuba a partir del triunfo revolucionario de 1959.

Alejo Carpentier es uno de los más significativos autores del siglo XX. Sus estudios de arquitecturas iniciales lo dotaron de una sólida formación que le permitieron describir gráficamente a La Habana y bautizarla en su producción investigativa y literaria como “la ciudad de las columnas”. Su visión y proyección del barroco americano, desde lo histórico, lo imaginativo y lo literario, es obligada referencia para las diversas identidades de todo el continente americano.

La Jiribilla, 27 – 12 – 08

La Quinta Pata

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