Adriana Meyer
La propuesta para evitar que se repitan casos como los de Patti y Bussi fue presentada en Diputados en marzo, pero aún no fue abordada. La diputada Victoria Donda pedirá su tratamiento hoy.
Cinco meses pasaron desde que llegó a la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados el proyecto de ley para impedir que accedan a un cargo público los involucrados en delitos de lesa humanidad. Y cinco veces se suspendió la reunión para tratarlo junto con las comisiones de Justicia y Derechos Humanos. Por eso, su impulsora, la diputada Victoria Donda, pedirá que sea tratado “sobre tablas”, es decir, sin que haya obtenido despacho de comisión. “Veremos si hay decisión política de debatirlo, no puede pasar el año sin que sea llevado al recinto. Todos se horrorizan cuando Luis Patti consigue una banca, hoy es la oportunidad de evitar que algo así vuelva a pasar”, dijo Donda.
El tiempo transcurrido sin una ley que bloquee a los represores la posibilidad de ser candidatos fue capitalizado en este proyecto que resume varias de las ideas de propuestas anteriores: más allá de la modificación de la ley de Ética Pública, ataca el asunto de raíz proponiendo un cambio en el Código Electoral y en la Ley Orgánica de los Partidos Políticos.
Un grupo de organismos de derechos humanos firmó una solicitada pidiendo “el tratamiento urgente del proyecto de ley para inhabilitar a responsables de crímenes de lesa humanidad”. Suscripto por Abuelas de Plaza de Mayo, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, el Centro de Estudios Legales y Sociales, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Herman@s e HIJOS Capital, el texto señala que el proyecto “refleja el consenso mayoritario para plasmar en una ley la resolución definitiva a la afrenta que significa para la joven democracia argentina que personas vinculadas con el terrorismo de Estado ocupen cargos públicos”. A criterio de estos organismos, “en contradicción con toda la legislación nacional e internacional en materia de derechos humanos, hoy en Argentina existe un vacío legal que permite que genocidas como Bussi y Patti intenten utilizar las instituciones democráticas como refugio y garantía de su impunidad”. Y enfatizaron que, con vistas al próximo año, que será electoral, “es imprescindible contar con esta herramienta legal contra la impunidad”.
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