domingo, 14 de diciembre de 2008

El viento los amontona

En el fútbol, que es un comercio, hay más ética que en la operatoria política de la partidocracia nacional. Porque si un icono juega para Boca no es que no pueda a pasar a River, pero al menos transición y transacción no resultan tan fáciles. El dirigente futbolero que vende puede quedarse sin cabeza y el futbolista traspasado, si no se cuida, también: hoy las barras son bravas. En el fútbol se sienten obligados a cuidar las formas, o mejor, a engañar a la gilada sobre las formas de amor a la camiseta. En cambio el político Borocotó no tuvo reparos en cambiar la suya. Su acción devino en un neologismo argentinísimo: “borocotización”. Nada nuevo, esto, en la politiquería, salvo la naturalización léxica de un ejercicio doloso. En el fútbol el que obra así se llama “vendido”. Hoy por hoy, la borocotización sigue en pleno vuelo ya que la metafísica CC Carrió y el higiénico PRO Macri se disputan el pase del PJ Solá para incrementar las posibilidades de ganar el campeonato electoral 2009. Quieren, amontonando oportunistas y reaccionarios, desbancar a los Kirchner, quienes a su vez acaban de sumar al facho de Aldo Rico al arco justicialista. ¿Quién dijo que izquierdas y derechas se han extraviado? Pareciera que sí, pero no. Aún existen. Sin embargo, la izquierda no está entre estas sabandijas que amontona el viento.


La Quinta Pata

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