domingo, 11 de enero de 2009

En Santa Fe se juega en 2009 parte de la política nacional

Emilio Marín

Aunque la política argentina es especialmente cambiante, hay indicios de que Santa Fe podría ser este año un distrito clave en la medida que allí van a chocar Carlos Reutemann y Hermes Binner.

Al ex corredor de Fórmula 1 y actual senador lo han tentado para que encabece las listas del justicialismo provincial en 2009. Néstor Kirchner lo ha apalabrado para tal misión, con el objetivo de rescatar para el PJ lo que fue una provincia tradicionalmente suya.

A tal punto es importante ese rescate, que Kirchner ha pasado momentáneamente por alto la "traición" de Reutemann a la hora de votar la resolución 125. No ha sido tanto por la "comprensión" de los intereses de clase del fuerte productor sojero con banca en la Cámara Alta sino por ese interés "supremo" de que la buena imagen de "Lole" traccione votos en 2009.

Eso de imagen positiva da pie a la amarga reflexión de que muchos argentinos son desmemoriados. Reutemann era gobernador cuando los sucesos de diciembre de 2001, que se cerraron con la muerte de 39 argentinos y la fuga en helicóptero de Fernando de la Rúa. Los muertos fueron 9 en Santa Fe, entre ellos Pocho Leprati, "El ángel de la bicicleta" al que canta León Gieco. Que ese político se haya reciclado de menemista a duhaldista y luego a kirchnerista, con ese bochorno de 2001 y el drama de los inundados de mayo de 2003, y que sea el "mejor candidato" del PJ, es toda una postal de amnesia grupal.

El agraciado se tomó de la mano de Kirchner pero llegó hasta el hombro. Alentado por la misión provinciana, declaró que "ahora" le gustaría ser candidato a presidente en 2011. En 2003 arrugó pero hace más de una semana dijo estar listo para el desafío. Típico en él, empezó por poner condiciones y luego desandar en parte el camino, creando nebulosa, al declarar que "ni siquiera sé si voy a ser candidato en Santa Fe".

Entre los requisitos puestos figuró que Kirchner bajara de la lista de candidatos del PJ a Agustín Rossi, titular del bloque de diputados, demasiado progresista para el paladar sojero de "Lole" y con el que tuvo varios encontronazos durante el cuatrimestre del lock out. Dentro de poco se sabrá si le aceptaron esa condición.
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Por su parte Hermes Binner juega de local en la provincia y cuenta con el intendente socialista de Rosario, Miguel Lifschitz. El mandato de gobernador le acarreará cierto desgaste por promesas no cumplidas pero llega con logros en la columna del "haber". No le será fácil al PJ recuperar la plaza, de allí los titubeos del oportunista Reutemann, que no se decide en bajar a pista.

Quizás uno de los mayores inconvenientes para el casi seguro candidato socialista provenga de una aliada, inestable política y emocionalmente. Elisa Carrió no querrá saber nada con ser desplazada de la candidatura central de oposición al kirchnerismo y hará lo que pueda para obstaculizarlo. Una sería candidatearse en Capital Federal para mantener presencia política y no dejar correr solo al santafecino. Ya se sabe que para Carrió el peor enemigo no es sólo Kirchner sino también Julio Cobos, Felipe Solá y Mauricio Macri. ¿Qué le hace agregar a Binner a esa lista?

Crisis partidaria y política
De los dos sectores que competirán con más chances en Santa Fe, el que tiene una situación interna relativamente mejor es el socialismo. Es que la mayoría de sus cuadros y militantes se agrupará en torno a Binner-Rubén Giustiniani, que están recorriendo el distrito y el país. Esta semana estuvieron muy contentos en un campamento de la juventud en los valles calchaquíes de Salta. Allí hicieron declaraciones donde dejaron negro sobre blanco que su adversario central es Reutemann.

Excepción de la pequeña corriente interna del diputado Ariel Basteiro, cercano al kirchnerismo y sancionado en el último congreso del PS, el grueso del partido tirará para el mismo lado.

El panorama es muy diferente en el justicialismo santafecino y en el orden nacional. ¿Reutemann agrupará a todo ese espectro? Es muy dudoso e improbable, porque la corriente de Agustín Rossi no sólo no quiere bajarse de una posible lista de "unidad" sino que pretende cargos en correspondencia con el rol jugado en la política nacional. Y esto es resistido por Reutemann, como quedó dicho. ¿Podrá Kirchner convencer a todos los sectores?

Aunque el ex presidente no es muerto en vida, como lo pintan Morales Solá y demás plumas que teorizan sobre el "poskirchnerismo", es cierto que su fuerza está debilitada. Y por lo tanto encuentra dificultades para hacer en Santa Fe y otros distritos problemáticos un armado como mejor le place, lo que lo devuelve con más asiduidad al conurbano bonaerense, por ahora su segura retaguardia.

Además hay que contar con la política nacional para ver la evolución de las chances de Reutemann en su pago chico. Los peronistas antikirchneristas que están en pleno operativo "retorno" a la disputa por la candidatura presidencial, van a poner palos en la rueda del ex piloto. Solá, Francisco de Narváez, Mario Das Neves y otros, han salido a pegarle porque lo consideran apadrinado por el ex presidente. Sería coherente que estos dirigentes tiren clavos miguelitos en las rutas santafecinas al paso de "Lole".

Incluso si se diera el milagro de una lista justicialista unida, sería un rejunte o cóctel explosivo sin ningún porvenir en el mediano plazo. Eso ocurre en el partido de gobierno a nivel nacional, que parece una bolsa de gatos saltando en todas las direcciones. Eso aquí y en cualquier país donde ocurra no tiene otra lectura: existe una crisis política. El país no camina por el abismo de 2001, pero con la contra de la durísima crisis internacional, que no existía entonces.

Pulso bajo y operetas por mayor
Hoy tendría que haber arribado a Cuba la presidenta de la Nación, en un viaje que se vino postergando desde 2003, cuando gobernaba su marido. La agenda convenida entre las dos cancillerías había preparado visitas de Cristina Fernández a un centro de biotecnología en La Habana, a la Asamblea Nacional y una entrevista con su colega Raúl Castro, sin descartarse una posible reunión con Fidel Castro.

Todo ello en el marco de la firma de acuerdos para conformar una empresa mixta de biotecnología, con aporte cubano en la materia; y transferir tecnología en agroalimentos, por parte argentina.

Todo eso, más el resultado objetivo de acercar posiciones tras cinco años de vaivenes en la relación bilateral, daría un balance más que positivo para ambas partes.

Ese acercamiento molesta a los amigos de Estados Unidos, que son bastantes en nuestro país y con poder de fuego mediático. Por eso, con la nave insignia de "Gaceta Ganadera", comenzaron a bombardear la posibilidad del viaje presidencial desde el primer día (cuando Cristina aceptó la invitación de Castro en la Cumbre del Grupo de Río en Costa de Sauípe, Brasil).

Justo cuando los dos gobiernos estaban tanteando el terreno para un aterrizaje suave de aquellas turbulencias de 2006, la derecha mediática pintó el panorama como que Argentina capitulaba en deuda cubana (caso del diario de negocios fundado por Julio Ramos) y que la comitiva debía poner a la contrarrevolucionaria médica Hilda Molina en el avión de regreso a Buenos Aires pues en caso contrario se habría entregado la causa de los derechos humanos (la "tribuna de doctrina" dixit).

Pese a esas y otras campañas de prensa, el viaje presidencial a la isla iba viento en popa hasta que una presión baja de Cristina, con deshidratación y principio de anemia -según el boletín médico-, la dejó en Olivos. Consciente de las habladurías y de la mencionada campaña, la jefa de Estado insistió hasta último momento en viajar.

Al final el consejo médico pudo más. Pero para que no celebren en vano los detractores de la relación con Cuba y Venezuela, se ha confirmado que el periplo se hará dentro de una semana.

Hablando de cuál había sido el trastorno de la mandataria, en uno de los voceros de la oposición se publicó ayer: "Causas. Suele producirse en personas con trastornos de la regulación de la presión arterial, ante situaciones que llevan a la deshidratación, como es el calor excesivo. También puede ser resultado de situaciones de estrés emocional intenso o el efecto secundario de ciertos medicamentos".

Detrás de una descripción que aparentaba cierta asepsia política se podían adivinar entrelíneas algunas opiniones sobre el estado de la presidenta. De aquí en más van a seguir con más atención los partes médicos y los interpretarán a su manera. Aunque es obvio que Cristina no es Evita y que su salud es buena, no faltarán los extremistas que reivindiquen a los gorilas que en su campaña golpista de mediados de 1952 hicieron pintadas con la consigna de "Viva el cáncer".

Una parte de esos opositores a ultranza anidan en el partido del campo, que en asamblea de Carbap en Tapalqué decidieron parar a partir del 1 de febrero, agregando cada semana un día más de paro y adoptando diversas metodologías, sin descartar el corte de rutas. El odio visceral (y de bolsillo, que es una de las vísceras más sensibles de los propietarios rurales) de los sojeros y ganaderos debe ser otro de los motivos de cavilaciones de Reutemann. Muchos opinólogos creen que el campo unido lo votaría pero "Lole" no está seguro de recuperar esos votos sino abjura del ex presidente y rompe con él.

La Arena, 11 – 01 – 09

La Quinta Pata

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