lunes, 26 de octubre de 2009

Celso el aceitoso

Viviana Demaría & José Figueroa

Un demagogo es en primer lugar un hipócrita, dado que formula promesas que sabe de imposible cumplimiento, que solo están dirigidas a saciar sus propios intereses manipulando las decisiones de los demás y en segundo lugar es un cínico porque no duda en utilizar falacias, omisiones, estadísticas fuera de contexto, entre otras artimañas para el logro de sus fines.

En definitiva, el demagogo, es un ser lúcido aunque despreciable, porque es a través de dichas intrigas que obtiene el favor popular. Posee esa “maldad insolente” de la que habla el tango Cambalache…y ya no hay quien lo niegue.

Primer acto: De gusano a mariposa y viceversa
El primer escenario en el que el Gurú Braga Menéndez debió poner en juego el vigor de sus poderes, fue al intentar la primera gran metamorfosis: hacer de un ilustre desconocido un reputado famoso. De hecho lo logró mediante la creación de un slogan – que no por grotesco – dejó de ser irrefutablemente cierto: “Pregunten en Malargüe”. Un año después, la imagen de Don Celso gozaba de un increíble 56.8% de popularidad. En el ranking nacional de los gobernadores fue el primero peor posicionado (categoría que en menduco básico se enuncia como reputación “No Positiva”)

Segundo acto: El Gran Simulador
Ahora bien, convengamos que hay diversas correlaciones posibles entre estos ingredientes, y en consecuencia variados resultados. Por ejemplo ¿qué sucede (en Mendoza) cuando se combina, a) una altísima proporción de insolencia con b) un escaso porcentaje de lucidez? Veamos…

En el 2007 - un ignoto candidato en campaña - declaraba esta desmesura: “Ya tenemos el mapa del delito de Mendoza. Dos años nos llevó…trabajé con expertos del País Vasco, Inglaterra y Estados Unidos…para implementar este plan hemos acordado con Cristina un presupuesto especial...así, en 6 meses, anunciaré la disminución del delito en un 30%...esto, para empezar”.

El 30 de octubre del mismo año, a horas de haber culminado los comicios, el factótum de la operación mediática que llevó al Sillón de San Martín al entonces casi anónimo Contador Público, develó la oprobiosa verdad que subyace en esta historia: que “La propaganda del mapa del delito fue clave para que Jaque ganara las elecciones de ayer” y testificó estar “orgullosísimo de haber colaborado para su triunfo”. Es decir, quien ganó las elecciones fue el Gurú. Fernando Braga Menéndez en dicha oportunidad, dijo una verdad incómoda: que el “Mapa del Delito” fue una ficción publicitaria.

Entonces, si la premisa que sostuvo el eje de la campaña fue falaz, todo lo que se desprendió de ella fue categóricamente una farsa: el diagnóstico, el apoyo económico, las propuestas preventivas, y el célebre exabrupto delirante de aquella mentada reducción del 30%.

Tercer acto: La imagen es todo
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Si nos apoyamos en la idea oriental de crisis (que significa al mismo tiempo peligro y oportunidad), podemos entender la lógica del último simulacro gubernamental.

Tres eslabones conforman esta ingeniería marketinera:
* El primero sostiene: se inventa otro slogan (el estímulo) cuya finalidad sea crear un flujo de información que distraiga la mirada de los aspectos negativos de la gestión.
* El segundo sostiene: se crea un grupo de elite integrado en su mayoría por funcionarios pertenecientes al gobierno que fingirán debatir durante un mes engordando una discusión bizantina, lográndose así ganar un espacio en el mercado de la opinión pública
* El tercero sostiene: se implementa una campaña de prensa que difunda el producto, tornándolo visible, en este caso el viraje desde la negativa acefalía gubernamental hacia una ilusión pública de acción positiva.

Estimad@ Lector@: Desde el 7 de octubre hasta la fecha, Ud. puede encontrar 64.300 entradas en Google referidas a “Mendoza + castración química”. Piense en esto detenidamente. El Presidente de Francia, Nicolás Sarcozy, largó el tema al ruedo en agosto del 2007. Y al día de hoy sólo ha llegado a la insignificante cifra de 81.400 entradas en la web. Cataluña, con el mismo tema cuenta en su haber con 10.600 entradas. Si nos vamos a México, en el distrito de Chihuahua, la misma temática acaricia la cifra de 10.900. En Polonia, donde este procedimiento con todos sus cuestionamientos ya se implementa, aparece en la web 4960 veces.

Observando los efectos en sólo 23 días, las comparaciones resultan sumamente odiosas, preocupantes y sospechosas.

Cuarto acto: Arráncame la vida de un tirón
Para hablar en serio, es necesario un interlocutor válido. ¿Por qué este no es el caso? Podríamos explayarnos incansablemente, pero sólo nos remitiremos a enumerar algunas razones.

* Si acaso el Código Procesal Provincial permitiera hacer lo que la Constitución Nacional expresamente prohíbe, habría que derogarlo por insanablemente nulo.

* Si acaso se tratara de ingeniería política, esto es, tener una mayoría que lleve este disparate al parlamento nacional, convocar a una Asamblea Constituyente para reformar la Constitución en la parte de garantías, reformular el Código Penal de la Nación, y así luego poder implementar a nivel provincial este mamarracho, tendríamos que aceptar que deberíamos denunciar todos los Pactos Internacionales de Derechos Humanos. De esa forma quedaríamos fuera del Orden Jurídico Internacional.

* Si acaso se tratase de política criminal, es la ley (y solo ella) quien debe decir si en casos de violencia sexual nos encontramos frente a un enfermo o ante un sujeto de derecho.

* Si acaso fuese una cuestión de enfermedad – desde el paradigma que plantea el gobernador – sería aceptar que la culpa radica en el órgano. Esto implicaría reducir a la condición humana a la pura carne, desdeñando los vectores de poder que se ponen en juego en situaciones de violencia sexual. Así, dentro del orden de la enfermedad, la cuestión de la voluntad para decidir (o la inoculación para desactivar farmacológica o químicamente los factores de criminalidad o la pena privativa de la libertad) estaría entre signos de interrogación ya que la misma enfermedad teñiría la decisión tomada.

* Si acaso estuviésemos frente a un sujeto de derecho que ha cometido un delito, le caben todas las consideraciones de la ley: tanto el cumplimiento de la pena como el ejercicio de las garantías. En este caso, la cuestión de la voluntad para decidir si recibir o no el tratamiento, también se vería cuestionada. Porque alguien que se encuentra obligado a elegir entre la severa privación de la libertad o la exposición a un experimento, no puede decirse que elija libremente.

* Si acaso todo este intríngulis fuese únicamente una cuestión de voluntad – aun en el absurdo escenario de que la decisión estuviese dirigida a inclinar la balanza para el lado en que el Estado se retractase de la pena impuesta – es imprescindible recordar que “La autonomía personal del individuo no puede esgrimirse como fundamento de una renuncia a derechos fundamentales”.

Quinto acto: La risa, remedio infalible
- Freddy, mi imagen se ha ido al demonio… ¿Podemos hacer algo, como en el 2007?
- Don guorri Celsius, tengo la respuesta a tu sufrimiento… Aquella vez fue lo del Mapa del Delito, ¿rimember? ahora arrójale al pueblo el hueso de la castración química y tendrás al mundo entero hablando de ti. Lo dijo el franchute Sarcozy, ¿cómo vas a ser menos que él?
- ¿Crees que dará resultado, Maestro? ¿No es muy arriesgado?
- ¡Por favor, debes tener un poco de amor propio! Deja todo en mis manos… Con una ayudita de mis amigos, todo saldrá OK.
- (Visiblemente emocionado) ¡Gurú, eres la luz que me ilumina! ...Snif…snif… ¡Oh, maldita sea! me estoy convirtiendo en un tonto sentimental…


La Quinta Pata, 25 – 10 – 09

La Quinta Pata

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