Continúa el ciclo de cine-debate "Proletari@s" en la Biblioteca San Martín (Remedios de Escalada 1843 de Ciudad). Mañana miércoles (21/10) a las 19:30 proyectaremos el film La huelga (1925, URSS, 79 min.), de Sergéi Eisenstein. Panelista: Jorge Hidalgo. Entrada gratuita. Organiza: La Hidra de Mil Cabezas.
Se ha dicho innumerables veces, y con toda razón, que este film —segunda realización del extraordinario director letón Sergéi Eisenstein (1898-1948)— es revolucionario. Lo es, sin duda, en sus aspectos formales. No en balde Стачка (Stachka) es considerada, a la vez que una película pionera del cine soviético y del cine mundial, un hito fundamental en la gestación del lenguaje cinematográfico. Todavía hoy los estudiantes del séptimo arte tienen que analizar —como ejemplo paradigmático de montaje— la célebre secuencia donde Eisenstein alterna las tomas correspondientes a la represión policial de los huelguistas con imágenes de un matadero en plena faena de degüello. Pero el film también es revolucionario en su contenido, en su trama misma. Y lo es no solo porque asuma resueltamente un posicionamiento obrerista y anticapitalista en su intento de plasmar el curso típico de toda huelga parcial y reivindicativa en la Rusia zarista, sino también —y sobre todo— porque quiere, con su desenlace, demostrar la necesidad perentoria de la revolución. Para Eisenstein, la huelga no es más que un comienzo, el primer peldaño de una larga y empinada escalera que el proletariado debe ascender íntegramente para alcanzar su emancipación. A la luz de esta tesis, nada tiene de sorprendente que, en la filmografía del gran cineasta soviético, La huelga (1924) sea sucedida de inmediato por El Acorazado Potemkin (1925) y Octubre (1927), largometrajes centrados en las revoluciones rusas de 1905 y 1917 (respectivamente). Subyace a esta trilogía un riguroso leitmotiv fáctico-real de inspiración marxista-leninista. En este esquema general, en este doble drama (drama de la historia primero, drama histórico del cine después), La huelga y su tema —el gran ciclo huelguístico ruso de 1901/4— sólo constituyen un primer acto.
La Quinta Pata, 20 – 10 – 09
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