sábado, 14 de noviembre de 2009

Tercerización laboral: la esclavitud del siglo XXI

FeTERA
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La tercerización o outsourcing (“externalización”), considerada por el modelo neoliberal como uno de los grandes conceptos de la globalización contemporánea, no es otra cosa que la desnaturalización de la esencia de lo que es ser trabajador. Las condiciones de los tercerizados son las condiciones de aquellos que no tienen futuro, de aquellos que no pueden aspirar a jubilarse en su oficio, que los obligan a cambiar rutinariamente de trabajo; de aquellos que no tienen identidad laboral firme, no tienen experiencia en organización sindical, en definitiva de aquellos que están dentro de la categoría de trabajo esclavo.

La tercerización es la contratación de tareas a otra empresa, tareas que si bien hacen a la actividad de una empresa, no son el núcleo del negocio, por lo tanto salta a la vista que el núcleo del negocio es la ganancia desmedida, en desprecio a la vida de los trabajadores y en clara destrucción de las reivindicaciones laborales.

En el terreno, que como trabajadores de la Energía conocemos en todos sus matices y especialidades, vemos que empresas como Edesur, Edenor, Edelap, Camuzzi y muchas otras, durante más de 14 años han logrado ganancias irracionales, a costilla del empobrecimiento de los trabajadores, a costa de la explotación laboral.

Esta afirmación se basa en el hecho cierto de que solo en Edesur y Edenor, empresas multinacionales de la energía, tienen aproximadamente 9 mil trabajadores tercerizados. Todas las multinacionales del gas, de la electricidad y del petróleo tienen esclavos como mano de obra barata para asegurar sus ganancias, que después giran al exterior, con el nombre de “dividendos” para “los accionistas”.

Los trabajadores tercerizados de empresas como Edesur, Edenor y otras, ganan cinco veces menos que los trabajadores de planta y sin embargo, llegan a ser más del 67,7 por ciento de la mano de obra .

Esta modalidad de contratación -nacida en el boom del modelo neoliberal, en la década de los 90- fue vendida como la panacea para la recomposición salarial y para tener la posibilidad de elegir la empresa que más convenía a “los intereses de los trabajadores”. Pero, en realidad, ha logrado imponer el modelo de la desigualdad, del fraude laboral, tener miles de trabajadores con salarios reducidos y sin derechos, explotados y no conforme con pagarles la quinta parte del salario que les corresponde, con no reconocer el convenio colectivo del sector, con tenerlos en empresas que ni siquiera pagan las horas extras, ahora los está echando.
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El trabajo del sector tercerizado está divido en pequeñas empresas que contratan trabajadores, quienes hacen la misma tarea que sus compañeros de planta en las empresas de distribución y comercialización de energía, pero que tienen menos salarios y menos derechos. Estas empresas realizan fraude laboral.

Por otro lado, además de explotar a los trabajadores, incrementan las tarifas del “servicio” eléctrico, que para ellos se convirtió en una mercancía que les rinde buenos tributos.

Edesur, en junio de este año, giró al exterior $65.500.000 y aumentó hasta en un 700% las tarifas, no realizó ninguna inversión, despidió a sus trabajadores y dejó de realizar el mantenimiento necesario para sostener el sistema eléctrico, que está en peligro de colapsar.

Cuando los trabajadores se organizan…
Estas empresas que tercerizan y las que se prestan a este juego perverso, funcionan con el miedo de los trabajadores, el miedo al que los han sometido para paralizarlos. Les han hecho creer que si se organizan no volverán a trabajar en ninguna otra empresa.

Por todo esto es importante rescatar el coraje de los compañeros de Leveltec de Capital Federal y de los de Leccentro en Lomas de Zamora, quienes rompieron el miedo, se organizaron en la CTA, se afiliaron a la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA-CTA) (Leveltec) y lograron, el 28 de julio, después de un mes de lucha permanente y de crecimiento organizativo, la reincorporación de los trabajadores contratados de EDESUR y despedidos por Leveltec SRL de manera arbitraria.

Edesur está controlada en un 56,35 por ciento por Distrilec, sociedad a su vez participada por la española Endesa en un 51,50 por ciento y la brasileña Petrobras en 48,50. El restante paquete está en poder de dos firmas de Endesa (Enersis y Chilectra) y una mínima parte la tienen los trabajadores. La italiana ENEL, uno de los grupos eléctricos más importantes del mundo, acaba de comprar el control de Endesa. Las inversiones se expanden por España, África, Colombia, Brasil, Perú y la Argentina.

La tercerización como sistema de contratación es el problema a superar.

* Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina.

Agencia CTA, 13 – 11 – 09

La Quinta Pata

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