viernes, 6 de noviembre de 2009

Ya salió el Nº 7 de Río de Palabras

En este número: Más caos, menos control, de Marcos Meloni.


Más caos, menos control

Para poder sobrevivir en estos días hay que patear, correr, pisar. Podemos hablar de tolerancia, de respeto. Podemos hablar. Nadie escucha. Todos nos quejamos por h o por b. Por las razones que sean, justificadas o no. Motivos que llevan a pensar el porqué de tanta rabia.

La lista es larga. La intolerancia es bien pesada. Las consecuencias son crueles y cada vez más injuriosas. Nos acostumbramos a este medioambiente de constante discriminación y violencia social. Todos nos molestan. Pero es de aquellas personas que nada más les quedan las calles para poder ganar el peso de quiénes nos interesa hablar. Personas reducidas a estrechas veredas, caminos largos. Pasillos de todo tipo.

No hace mucho tiempo atrás, en la ciudad capital de Mendoza, el actual intendente, haciendo alardes de su nueva gestión sanitaria, propició una muestra de gran intolerancia con los vendedores callejeros. Los efectos fueron varios. Las voces se hicieron oír. Represión y un rato de pantalla. Parcialmente mostrados, los hechos y las posiciones, evidenciaron un enorme rechazo de gran parte de la sociedad a este grupo de trabajadores sin locación. Se apoya a la limpieza. Frase publicitaria y eslogan de la gestión que más radicaliza las diferencias entre lo aceptado y lo desechable. No hay diálogo ni espacios de debate. Las calles y veredas deben ser espacios de libre tránsito, dicen los más ofendidos. Mientras otros luchan para poder trabajar.

Deberán ocupar aquellos lugares viciados, sucios, abandonados y en lo posible periféricos. El costado norte indeleble. La razón necia de un mandato, de varios cargos. Una brecha social cada día más ancha y profunda. Se busca acorralarlos. Limitar de modo paulatino su presencia. Arrinconadas, mujeres bolivianas con ajos. Perseguidos, jóvenes con gorras, medias o películas truchas. Maltratados e ignorados toda clase de discapacitado o rehabilitado. No se busca razonar, darle sentido a tan tremendo estado de las cosas. No se generan salidas. Solo se los echa, como si fueran los culpables de esta realidad.

Las crisis económicas nos afectan a todos. Sin importar quien esté en el poder y qué modelo económico impongan. Sin embargo no todos salen perdiendo. La mayoría si. Como si esto fuera poco deben soportar la exclusión desde varios flancos. Quién quiere ponerse en la piel de aquellas personas que día a día pelean las calles, las tratan de domar. Para poder tener una mínima seguridad que nada tiene de segura.
¿Quién se anima?

Río de Palabras Nº 7, 06 - 11 - 09

La Quinta Pata

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