Cecilia Rovito
Ciudad de Buenos Aires. Si Posse es educación, estamos en problemas. Abel Posse, el “destacado intelectual” según la justificación del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para avalar la designación como ministro de educación, fue citado por dos represores y rompió el record de rechazos del arco social y político.
Es un “destacado intelectual”, fueron las repetidas justificaciones que el macrismo esgrimió para justificar la designación de Abel Posse como ministro de educación, tras la renuncia de Mariano Narodowski, por el escándalo de las escuchas telefónicas.
Este “intelectual destacado” no ha recibido ni una, tan solo una, muestra de apoyo a su nombramiento desde el sector académico, escritores, docentes, ni siquiera un tímido testimonio favorable de un padre.
En cambio, dos represores hoy en el banquillo acusados de crímenes de lesa humanidad como ex miembros del Grupo de Tareas 3.3 de la ESMA, lo han citado directa o indirectamente.
Conviene repetirlo para probar si nuestro asombro ante el horror está devaluado: el flamante ministro de educación de la Ciudad de Buenos Aires fue citado por dos paradigmas de la represión de la última y más sangrienta dictadura militar.
Primero fue el represor Alfredo Astiz, el “ángel rubio de la muerte” parafrasea León Gieco en sus Mensajes del Alma. Astiz mantuvo, durante el juicio, un libro entre sus manos y una vez finalizada la audiencia lo blandió provocadoramente a los familiares de los detenidos - desaparecidos.
Ese libro, “Volver a matar” de Juan Bautista “Tata” Yofre, fue recomendado horas antes en una entrevista radial por Posse porque, según el ministro, contiene “otra visión” de los años 70.
Leer todo el artículoEl prefacio del libro que llevaba el represor, y que había sido elogiado por el hoy ministro de educación de la Ciudad, dice en su prefacio: “Ellos pretendieron hacer de nuestra tierra otra Cuba, y nosotros se lo impedimos con mucho sufrimiento” y este “narra el inicio de la ‘guerra popular prolongada’ que las organizaciones terroristas declararon a todos los estamentos del Estado Nacional, bajo la inspiración del castro-comunismo”.
Y luego fue el tiempo del represor Luciano Benjamín Menéndez. En su defensa, el represor citó partes del artículo de opinión que Posse escribiera para el diario La Nación.
En la nota “Criminalidad y cobardía”, Posse acusa a la política del gobierno que “prohijaron el vandalismo piquetero, el desborde lumpen, la indisciplina juvenil”. Y desembozadamente llama a la represión. “Reprimir es obligación del Estado” dejando de lado “la visión trotskoleninista de demoler las instituciones militares y la policía, como vengándose de los años setenta, cuando una minoría se alzó contra el Estado para imponer una revolución socialguevarista, ajena y aislada”.
La Ciudad en problemas: No a Posse como ministro
Sindicatos docentes, agrupaciones sociales y políticas, legisladores porteños y los padres de los jóvenes muertos en Cromagnon han conformado un amplísimo arco de rechazo a la designación de Posse.
Organizaciones sociales y sindicatos docentes iniciaron una campaña para exigir la salida del ministro. Desde Plaza de Mayo hasta Liniers, a lo largo de la Avenida de Mayo y luego sobre Rivadavia, instalarán mesas de difusión y recolección de firmas de rechazo al nombramiento de Posse.
Además, el viernes a las 18 harán una marcha junto a organizaciones sociales, de derechos humanos y partidos políticos para pedir la salida de Posse, y el sábado próximo a las 11, la agrupación barrial Nueva Comuna continuará con la campaña de recolección de firmas que impulsa la renuncia de Posse, con una actividad central que se realizará en la esquina de la Av. Corrientes y la Av. Scalabrini Ortiz
En tanto, docentes, estudiantes y graduados de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA emitieron una declaración en la que consideran que “Abel Posse no debe ser Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires”.
“Que sepamos, Abel Posse no redactaba directamente los discursos de los genocidas de las Juntas militares de la dictadura de 1976, aunque no se privó de participar en ella desde oscuros rincones. Sin embargo, parece haberse decidido a redactarlos ahora, treinta y tres años después”, dice el documento.
Red Eco, 18 – 12 – 09
La Quinta Pata
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