No hay flojo que no se venda por una sucia moneda

Humberto Kadomoto

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Las "enormes y sustanciosas mega ganancias de las mega mineras" han sido siempre una fuente inspiradora de "nuevos negocios" para numerosos gobernantes de nuestra patria. Lamentablemente esa esquizofrenia minera, los hace perder de vista el verdadero rol para el que fueron elegidos por los vecinos.

El Estado no debe convertirse en una Sociedad Anónima para recaudar más. Si toma la decisión política de obtener más ingresos, jamás debe hacerlo participando de una actividad en el cual su rol fundamental es el de controlar.

Un gobierno que debe obligatoriamente controlar una actividad tan contaminante como la mega minería, NO DEBE SER SOCIO de las empresas, ya que de esa forma se estaría controlando a sí mismo, primer principio prohibido por cualquier norma de auditoría.

El Estado Provincial es responsable de todos los controles de los emprendimientos mineros: ambientales, impositivos, legales, sociales, etc. Al involucrarse directamente en el negocio perderá totalmente la objetividad necesaria para garantizar a los habitantes de Chubut su derecho a un ambiente sano, limpio y sin contaminación, evitando el deterioro de la calidad de vida y el saqueo liso y llano de su patrimonio. Si el gobierno se "asocia" en estos emprendimientos dejará a las comunidades libradas a la relación - mayores ganancias, al menor costo, en el menor tiempo posible - que tienen estas empresas.

La primera experiencia de este tipo la realizó la provincia de Catamarca, hoy una de las más pobres de la Argentina. Pero muy bien no les fue. El propio gobernador Eduardo Brizuela del Moral sintetizó hace un tiempo atrás que " Catamarca tuvo realmente una gran esperanza en estas explotaciones mineras, PERO éstas no se han dado en la forma en que lo habíamos pensado". Catamarca es socia del yacimiento Bajo la Alumbrera junto a la Universidad de Tucumán. A pesar que esta minera ha sido denunciada por contaminación reiteradamente e incluso su vice presidente estuvo procesado, SIEMPRE fue apoyada por el gobierno y la Universidad. Las causas contra la minera no están resueltas y mientras tanto Alumbrera continúa contaminando y saqueando.
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En Santa Cruz se creó la empresa Fomicruz, para asociarse con las mineras en el emprendimiento Cerro Vanguardia, lo que serviría para obtener mayor participación en el negocio minero; asegurar la contratación de personal y proveedores locales y asegurar una mejor calidad de vida para todos los habitantes y la protección y defensa del patrimonio natural, cultural y social. Recientemente la Legislatura de la provincia de Santa Cruz aprobó una ley creando una "zona de exclusión de la minería" para proteger los pocos lugares sin contaminar que le quedan. Al ser socios "no se animaron" a prohibir la minería contaminante.

Claro que además de la contaminación que han dejado, el negocio solo ha sido para las mineras extranjeras, ya que el mineral que sale de Santa Cruz sin procesar, cuadruplica el valor en el país que lo procesa y luego obtienen diversos componentes de aquel material, que para nuestro país se exporta como “escoria” junto con el oro o la plata declarada. Además, estas megamineras se llevan enormes ganancias de nuestro país por el solo hecho de sacar el material por los puertos patagónicos, cobrando los reembolsos que durante años alcanzaron un 12 % mientras pagaban solo un 3 % de regalías.

Y sin haber creado ninguna empresa asociada, el gobierno de San Juan, con el clan Gioja a la cabeza, representa la "mejor forma asociativa" con las mineras..., o mejor dicho: "para las mineras". Teniendo como abanderada a Barrick Gold, las mineras y los Gioja emprendieron el mejor negocio posible: durante el año 2009 San Juan recaudó en total 8 millones de dólares por las liquidaciones de Barrick Gold. Sin embargo estas cifras resultan irrisorias si comparamos que la mina Veladero de Barrick facturó 600 millones de dólares en el mismo periodo. Y con esos 8 millones Barrick logró hasta el veto de la ley de glaciares a nivel nacional.

¿Será distinto en Chubut? Bueno, si el gobierno de Chubut pretende participar como “socio” de las empresas que quieran explotar la minería en el territorio provincial, estará haciendo lo mismo que Catamarca y Santa Cruz aunque pretenda disimularlo; por lo tanto el resultado será el mismo obtenido en esas provincias: contaminación y saqueo.

¿Y saben por qué?
Porque del otro lado del mostrador, las mega-mineras llevan muchos años en el negocio, no solo en la Argentina y utilizan al máximo tres componentes: a) El alto nivel de corrupción, ineficiencia y falta de patriotismo de muchos funcionarios gubernamentales; b) La desgraciada presencia de los pseudo empresarios que denuncia Atahualpa Yupanqui al comienzo, que por dinero son capaces de vender a su madre y c) El enorme poder económico que ostentan, que les permite "adquirir" todo tipo de leyes, reglamentaciones y beneficios a su medida y “comprar” todas las voluntades que hagan falta.

Decir no a tiempo es actuar sabiamente, pensando que en el futuro, el agua, la tierra y el aire limpios, valdrán mucho más que el oro, la plata, el cobre o el plomo.

Y hablando de limpieza, qué ejemplo de limpio proceder ha dado la Universidad Nacional de Córdoba, a diferencia del vergonzoso comportamiento de la Universidad Nacional de Cuyo, con Somoza a la cabeza.

El reciente rechazo por parte de la Universidad Nacional de Córdoba, de los fondos procedentes de Minera La Alumbrera de aproximadamente 3,5 millones de pesos provenientes de las utilidades de esa explotación, no fue la ocurrencia deliberada de unos pocos, argucia falaz que se pretende infundir desde diversos ámbitos interesados a la opinión pública; menos aún cuando se hace cada vez más evidente el descontento generalizado ante las devastadoras consecuencias ambientales, sociales y económicas del modelo extractivo exacerbado, que pretende imponer el poder político-económico de manera compulsiva por sobre la voluntad popular y la veracidad científica.

Para resolver esta cuestión, previamente los responsables llevaron a cabo un largo proceso de debate e investigación académica, por lo que de ninguna manera puede tildarse de apresurada, condicionada o infundada esta decisión ejemplar e histórica; y menos aún, decir que responde a algún tipo de presión, más allá de la creciente demanda de participación popular para la toma de decisiones.

Resulta llamativamente digno de destacar en estos tiempos de desidia y negligencia lo sucedido en Córdoba: "Coincidimos en subrayar el proceso de construcción de consenso que derivó en la propuesta aprobada, como así también la honestidad intelectual de los participantes y el ejercicio de respeto por las diferencias y los puntos de vista disímiles que se fueron presentando en torno a la temática". Todo un ejemplo y esfuerzo mancomunado de vocación democrática y voluntad soberana de autodeterminación, puesto en práctica dentro del marco de una institución independiente al servicio de la comunidad.

La resolución del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba es contundente y lapidaria: "... se ha verificado empíricamente y lo sostiene la amplia mayoría de los informes recogidos por este cuerpo, que la actividad minera que se desarrolla a cielo abierto, con la utilización de procedimientos químicos para la extracción de metales, daña severamente el ambiente y, en consecuencia, a los seres humanos y a sus comunidades".

Y en particular menciona: "... que las actividades productivas de Minera La Alumbrera tienen impactos socio-ambientales de corto, mediano y largo plazo, entre los cuales puede mencionarse el alto consumo de recursos naturales estratégicos y energéticos y los efectos negativos en las cuencas de varios ríos" .

Sirva de ejemplo en este y otros temas de cómo se deben abordar, a través de procesos de participación genuina, los problemas de la ciudadanía, con la firme convicción de aportar soluciones.

Y re-leamos a don Ata:
Detrás del ruido del oro
van los maulas como hacienda,
no hay flojo que no se venda
por una sucia moneda,
mas siempre en mi patria queda
criollaje que la defienda


*DNI 17.823.940


Cortesía de Caran Turineti, 12 – 01 – 10

La Quinta Pata