domingo, 24 de enero de 2010

¡Teléfono Julio Cobos! Tu “concertación a la chilena” no fue positiva

Marcelo Padilla

¿Por qué Chile? Es la pregunta que pienso en voz alta luego de los resultados del ballotage del domingo pasado que consagró al candidato de la derecha Sebastián Piñera como presidente del hermano país. Es una pregunta y un reclamo, una pregunta con dolor. ¿Por qué Chile? 20 años de “Concertación” en el gobierno luego de la dictadura de Pinochet no sirvieron para instalar “un concepto” en la ciudadanía. Nada casi. Formas casi. Alguno que otro planteo social y atención en salud y vivienda a los más pobres; a la mayoría de los chilenos no les bastó. La tibieza. Sí. Alta tibieza.

No dejaron entrar en la renovación política a Ominami en la interna de la concertación y así están. Piñera mostró su patrimonio, ostentó sus laureles individuales, bravuconeó con tres banderitas para profundizar “la libertad” y le alcanzó, para decirles a los chilenos que el éxito depende de los exitosos. No ya de los que imponen “por la razón o por la fuerza” como reza la moneda de 100 pesos. No. La derecha chilena debió mostrar más que formas: la caja, empresas, clubes de fútbol. Piñera es el Macri “en serio” de los chilenos. “Yo tengo la vaca atada y, les aseguro, que la seguiré teniendo” pareciera decir el presidente electo. No es poco como señal política y cultural para la región. Y el modelo de Cobos, la concertación entre socialistas y demócratas cristianos, se hundió una noche no positiva y sin éxito. ¿De dónde te agarrarás Julio? Del “Pepe” Mujica no, de Lula no te da, De Evo, ni hablemos. Tal vez, de tu par de Paraguay, quién sabe. ¿De dónde entonces para extrapolar un modelo de referencia?

Atrás queda la heroica resistencia a pura metralla de Salvador Allende en La Moneda, los gritos de dolor de Víctor Jara torturado en el Estadio Nacional, el llanto-bronca musical de los Parra y la rebeldía del rock de los prisioneros; los cadáveres que barrenaron en el Mapocho, se mueven. ¿Es que tendremos que decirte “Chau Chile”? ¿Acaso has entrado en el pasado vestido de futuro pavoneando la obturación de la memoria? Tu cobre está en la mira por estos días. Y en las poblaciones de laburantes, si la remembranza se tapa con piscos y cervezas, si la pena es una canción de Intillimani o de Violeta, les digo: no están solos. Las penas no son de ustedes solamente, hermanos chilenos, también es mía y nuestra. Valpa canta tangos en el puerto y no se equivoca. ¿Una tanguedia que intente la terapia?
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La derecha explícita será gobierno en Chile y parece advertir su estadía para una década al menos. 2020. Partidos en dos los chilenos, Bielsa los une con “la roja” exitosa hasta la primera rueda del mundial de Sudáfrica (la especialidad de Bielsa) Un embole. La oligarquía chilena, la burguesía trasnacionalizada, y, la ya clásica clasemierda, festejan en Santiago. Traidora clasemierda nacida al calor del proceso democrático, parida como emblema inédito de ascenso y movilidad social. Entregaste tu dignidad por el “modelo de éxito de otros” para golpear la puerta que no te abrirán jamás. Cada clase mierda tiene su zanahoria. En Chile se llama Piñera. En Argentina se llama Cobos. En Paraguay se llama Federico Franco, Vicepresidente de Lugo. En Honduras se llama Michelleti. En Colombia se llama Uribe. En Bolivia, las fuerzas destituyentes de Santa Cruz.

Concertación: Democracia Cristiana y socialistas que no tuvieron coraje para juzgar a los asesinos de su pueblo. No se la jugaron y dejaron que la legitimación de lo peor de Chile haga gala del blef del milagro chileno. Chile es cobre y mineral, pescadores de mar adentro, laburantes de los caminos. ¡Qué dolor Chile! Se les instaló la represión ideológica con éxito a tal punto que nadie llora ni mama. La esperanza se llama mapuches, estudiantes, sindicatos. La base de Ominami, no puede aflojar. Construyan hermanos una alternativa a lo malísimo conocido.

El modelo educativo es uno de los más excluyentes en América Latina. No hay educación gratuita a partir del secundario. Excepto en algunos pueblos pobrísimos donde el que más tiene es el dueño de la botillería del barrio o el dueño del almacén.

En los últimos 20 años, nació una incipiente clase media heterogénea que quiere “más libertad de mercado” (un 30%). No obstante, sólo un 20% de la población vive “exageradamente bien”. Subsiste, un 50% de chilenos. Y encima ahora, con Piñera, llegó el cambio.

MDZ Online, 24 – 10 – 10

La Quinta Pata

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