domingo, 23 de mayo de 2010

El Bicentenario, cruzado por pasiones y debates políticos de ayer y hoy

Emilio Marín

Aunque los medios monopólicos y la oposición política se empeñen en bajar el nivel político de los debates por el Bicentenario, hoy existe un mejor ámbito para esas discusiones y para señalar las asignaturas pendientes.

Lástima grande que se nos fue Mercedes Sosa. Seguro que ella habría estado con sus amigos León Gieco, Fito Páez y Lito Nebbia, entre muchos otros, mezclando folclore con rock nacional en los escenarios donde el viernes comenzó a festejarse el Bicentenario. Don Atahualpa Yupanqui, desde Cerro Colorado, también habría sido de la partida. Como el Gordo Troilo, el maestro Pugliese y el Polaco Goyeneche. Incluso Julio Sosa, porque esta conmemoración también aceptaba uruguayos y otras nacionalidades de la Patria Grande. Por eso se escucharon los cantos de Jaime Roos y Gilberto Gil.

Si hasta en el desfile militar de ayer había unidades militares de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela, subrayando – como había ocurrido en abril en Caracas – la cualidad latinoamericana de la fecha argentina.

El gobierno de Cristina Fernández tiene bastante que ver con el éxito y significado de estos festejos. No tanto por lo que organizó bien en estos días sino por todo el tejido previo de relaciones latinoamericanas y caribeñas, en el Mercosur y Unasur.

Se sabe que los gobiernos suelen ser más generosos y amplios en la política exterior que en la doméstica. Y el de Cristina no ha sido la excepción. Eso se verá en la cena del 25, donde Hugo Chávez, Rafael Correa, Pepe Mujica, Evo Morales y el vicepresidente de Cuba estarán sentados a la mesa. Álvaro Uribe, el fascista de Colombia y algún otro momio del subcontinente, dejarán sus sillas vacías.

La diferencia con el Centenario está a la vista. En 2010 están de visita muchos presidentes progresistas y populares, y artistas del mismo signo. En cambio en 1910 vino la Infanta Isabel de Borbón y en la exposición de la Sociedad Rural Argentina le obsequiaron un par de caballos de raza. La Argentina se vanagloriaba que solo sangre europea corría por sus venas e inspiraba los diseños de grandes edificios y monumentos.
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El "granero del mundo" molía a palos y metía plomo caliente en un proletariado que empezaba a mostrarse levantisco en ciudades y campos. La "Generación del ´80" ya había concretado la susodicha "Campaña del Desierto", un desierto extrañamente muy poblado, y aniquilado a buena parte de los indígenas.

Los Martínez de Hoz y demás parientes patricios de la Rural se adueñaban de esos amplios territorios y un cierto tiempo después se preciarían de ser "casi una perla en el collar de Su Majestad", con el tratado Roca-Runciman.

Y allí está otra diferencia entre las dos conmemoraciones. Los descendientes políticos de ese patriciado, como Mauricio Macri (aunque su familia descendió de los barcos), llegan al 25 de mayo de 2020 con los ojos en compota por varios golpes recibidos en la causa por espionaje. El más directo representante de los oligarcas de los dos siglos pasados, José A. Martínez de Hoz, era fletado por orden judicial a la cárcel de Ezeiza, justo cuando comenzaba la fiesta del Bicentenario. Mejor imagen y contraste sobre el ayer y hoy, imposible.

Dos Tedeum
Otro elemento que habla bien de las luchas populares argentinas, en relación a la situación existente un siglo atrás, es la presencia de las comunidades indígenas.

Como quedó dicho, Julio A. Roca masacró en el sur de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro, para que Julio A. Roca (hijo) firmara en 1933 el infame tratado con Inglaterra.

Pero aún así los pueblos originarios no fueron desaparecidos. La estatua al genocida en Diagonal Sur –según Osvaldo Bayer es la más alta de la Capital, el cronista tiene sus dudas si no le gana el monumento a Bartolomé Mitre, cerca de avenida Libertador – vio pasar a una multitud el jueves 20 de mayo. Iba en dirección a la Plaza de Mayo, festiva, numerosa, con sus vestidos típicos, cantando y feliz, pese a venir desde tan lejos, incluso desde los pagos mapuches y tehuelches donde la fusilería de Roca cometió genocidio.

A la cabeza de los reclamos de tierra apta para sus cultivos y animales, defensa de la cultura, contra la discriminación y la contaminación ambiental, por un país plurinacional (seguramente influidos por el ejemplo de la Bolivia de Evo Morales), esos pueblos se asomaron a la plaza cinco días antes del festejo grande. Obviamente quisieron decirle al país que ellos estaban antes en estos lares que los españoles y los criollos, y la inmigración europea posterior.

Entre los dirigentes de esa movida indígena andaba Milagro Sala, de la organización Tupac Amaru, repartiendo saludos de "Jallala" (salud). Es de imaginarse la grima del senador Gerardo Morales que la acusó falsamente de ser violenta y dueña de Jujuy, de consuno con Elisa Carrió, que llegó a mentir con que el grupo de la jujeña portaba armas para matar a la oposición en defensa de Néstor Kirchner. ¿Qué dirán ahora que ha quedado ampliamente demostrado el carácter pacífico y muy representativo de la agrupación tupaquera?

Esos políticos de la UCR deberían aprender a callarse la boca. Pero no aprenden. Lo demostró Ernesto Sanz, quien cuestionó la Asignación Universal por Hijo diciendo que esa plata se iba "por la canaleta del juego y la droga". Ante la repulsa a la "gorilaza" – incluso en su propio partido – salió a aclarar y oscurecer con la muletilla de que sus dichos "fueron sacados de contexto".

La mayor parte de esos opositores, incluso los pocos que no son creyentes, pondrán cara compungida el 25 en la Catedral, para que el obispo Jorge Bergoglio les ponga presente. El cardenal estaba furioso porque la presidenta armó el Tedeum oficial en Luján, con monseñor Agustín Radrizzani. Y arremetió con su convocatoria a la Catedral, donde se despachará con un discurso político antes que religioso. Y de carácter opositor, por supuesto. Julio Cobos estará allí para zalamearlo y ganar cámara, junto al decadente Macri. Si aún viviera estaría allí el obispo Lué, el que abogó en el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 para que no se formara un gobierno patrio. ¿Por qué bando habría votado Macri, de haber estado en ese Cabildo? Atento a su condición de monopolista y su lema de "inserción de Argentina en el mundo", se puede conjeturar que lo hubiera hecho por la continuidad del virrey Baltasar Cisneros.

Islas irrenunciables
En un aniversario "redondo" de la Nación Argentina no podía estar ausente la cuestión Malvinas, parte del territorio ocupado por una potencia extranjera y convertida en un enclave colonial y base militar en el Atlántico Sur.

En el planteamiento de este asunto la presidenta estuvo perspicaz y valiente, al hacerlo ante los líderes latinoamericanos y europeos reunidos el 18 de mayo en Madrid.

Sin sobreactuaciones, y hasta con modestia, pidió a la parte británica avenirse a reabrir negociaciones sobre soberanía tal como resolvió hace años la ONU. El Foreing Office y el flamante gobierno conservador de David Cameron contestaron por nota de un funcionario de segunda categoría. Allí ratificaban lo que consideran sus derechos en las islas y ponían como criterio superlativo el "principio de autodeterminación" de los pobladores.

La jefa de Estado consideró públicamente "un error" del gobierno británico el conducirse de esa manera y lo juzgó como un caso de "doble estándar", donde algunos países centrales pueden ignorar las resoluciones internacionales y a los de la periferia se los coacciona a cumplirlas, aún por la fuerza.

Vale la pena apuntar que el cipayismo de algunos medios monopólicos los llevó a cuestionar los reclamos de la mandataria argentina, supuestamente por haberlos hecho en el ámbito "menos oportuno". No entienden que cuando están en juego los intereses nacionales no hay ámbitos malos o buenos: hay que defenderlos con firmeza e inteligencia en todas partes.

Y Madrid era un muy buen lugar para mentar a Malvinas, pues estaban reunidos 60 países de nuestro subcontinente y la Unión Europea, incluido la Inglaterra que el poeta español León Felipe llamó "Vieja Raposa".

La polémica con los ingleses por las Malvinas, va a seguir. Cristina también cuestionó en el foro madrileño la exploración ilegal de nuestros recursos petroleros, a cargo de cuatro empresas británicas con licencias unilaterales de los usurpadores. Una de éstas, la Rockhopper, anunció en la primera semana de mayo que había encontrado crudo de alta calidad al norte de Malvinas.

Ese fue un nuevo disparador del diferendo entre los dos países, que sumó otro incidente cuando el Foreing Office citó al Encargado de Negocios argentino en Londres para cuestionar los decretos del PEN que adoptaron medidas para controlar o dificultar la navegación alrededor de las islas.

Seguramente Jorge Taiana hará otro tanto con la embajadora Shan Morgan, lo que será mucho mejor que abrirle amigablemente el centro de capacitación de misiones militares para la paz, en Campo de Mayo, como hicieron los militares argentinos tiempo atrás.

En suma, Malvinas está en el centro del debate del Bicentenario. Los sostenedores de esta postura son muchos y van más allá del kirchnerismo. En tanto la oposición, cuyos diputados viajaron en plena polémica a Londres invitados por el Foreing Office, no se distingue precisamente por su patriotismo.


La Arena, 23 – 05 – 10

La Quinta Pata

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