domingo, 11 de julio de 2010

¡A marchar, a firmar! Y a rezar…

Virginia Biella
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¡Hemos sido capaces de marchar, hemos sido capaces de reunir miles de firmas! En defensa de la familia (así en singular, como si solo una fuera la legítima) y de la “ley natural” (que parece ser la de las mayorías y que mencionamos cuando nos conviene, sin saber realmente a qué nos referimos).

Habría que seguir firmando y marchando, por cierto…

Podríamos firmar y marchar para decir con mucha energía que no tener abrigo, no tener comida, no tener hogar que sustente, no acceder fácilmente a la medicina no es una ley natural… Aunque nuestros ojos ya se hayan acostumbrado a ver esos casos.

Podríamos firmar y marchar para expresar que muchos chicos comienzan el camino de la droga para no tener hambre. Y para no ver, o para no sentir, o para escapar de una realidad que no quieren...

Podríamos firmar y marchar para decirle a la sociedad que los menores son el tesoro mayor que tenemos, y que los chicos pobres están en serio peligro…

Podríamos firmar y marchar para expresar que en nuestra Mendoza, tan ordenada y tan conservadora de las buenas costumbres, existe retraso mental por desnutrición… Y que eso es evitable.

Podríamos firmar y marchar para decir que la evasión fiscal de muchos de nosotros se traduce en mayores necesidades e injusticias…

Podríamos firmar y marchar para pedir juicio a los que implantaron a fuego y sangre un modelo económico que despojó a muchos argentinos de lo básico…

Podríamos firmar y marchar para pedir justicia y no caridad. Porque la caridad no cambia la realidad. Sólo atenúa algunos síntomas. Aunque tanto nos guste la palabra. Y tanto la usemos…

Pero además de reunir firmas, y de marchar, creo que los creyentes de cualquier credo que habitamos esta provincia, deberíamos rezar a nuestro Dios…

Rezar a nuestro Dios para que nos ayude a ser menos discriminatorios y más comprensivos de las diferencias…

Rezar a nuestro Dios para que nos ayude a entender que los creyentes de cualquier credo no tenemos derecho de imponer nuestras creencias a quienes no las comparten… Y mucho menos desde leyes civiles.

Rezar a nuestro Dios para que nuestra sociedad - que se dice mayoritariamente cristiana - viva como enseñó Jesús…

En síntesis, además de marchar y firmar, deberíamos rezar a nuestro Dios para que nos ayude a ser una sociedad menos hipócrita.

* Docente jubilada, DNI 5 915 081.


La Quinta Pata, 11 – 07 – 10

La Quinta Pata

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