Roberto Vélez
Los K., cobistas, radicales y demócratas, comparten lo esencial de la reforma nacional: acotar las posibilidades de las fuerzas menores o emergentes.
Contrariando la voluntad de los legisladores nacionales y de un acuerdo parlamentario, la Presidente vetó dos artículos. Neutralizando los positivos efectos que devenían de ellos.
No hay ahora posibilidad de participación electoral sin personería definitiva. Los avales ya no son suficientes. Ni la tolerancia en el tiempo a la espera de las afiliaciones.
Además se exige la renuncia de los ciudadanos por vía de telegrama. Y fotocopias de los documentos de identidad.
Simultáneamente, cuestiones importantes que operan como trampas fraudulentas, no están en la agenda. Solo discuten los partidos con representación parlamentaria. “Cocinándose en su propia salsa”. Las minorías no participan. Aunque tengan reconocimiento electoral.
Coincidirían en cuanto al desdoblamiento de las elecciones. El temor fundado de que los K y Jaque hagan una mala elección, lleva a algunos intendentes del PJ a coincidir con la separación. No es que comulguen con un criterio electoral democrático. Solo especulan animados por una cuestión de cálculo. Lo que pese a todo, en cuanto a conclusión respecta, es bueno.
Sabido es que Fayad desdobló las elecciones en la Ciudad, básicamente para anular las pretensiones cobistas de dejarlo sin Concejales propios.
Un año antes habíamos planteado formalmente la necesidad democrática del desdoblamiento. La nota solo llegó a la Mesa de Entradas de la legislatura. Nadie se dio por enterado de la iniciativa.
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