domingo, 26 de septiembre de 2010

La (im)parcialidad del periodismo nuestro de cada día

Soledad Gil
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El sentido común dominante indica que el periodismo es objetivo, imparcial y neutral. La prensa hegemónica se dedicó a vaciar de contenido político e ideológico a la práctica periodística, mostrándola como una actividad que se desarrolla “por fuera” de las disputas por el poder. Por tanto, los medios de comunicación aparecen como entes abstractos, desprovistos de materialidad y, en consecuencia, los mensajes difundidos y el sentido común construido, son tomados como algo natural y universal.

Si bien, dada la coyuntura política, estas nociones han comenzado a ser cuestionadas, la prensa hegemónica sigue apelando a la supuesta objetividad e imparcialidad del periodismo con el fin de mantener el orden dominante.

Desde el modelo de la Intencionalidad Editorial, afirmamos que el periodismo no está por fuera de la disputa por el poder, al contrario, está inserto en ella y a través de sus procesos puede mantener el orden existente o puede transformarlo. Asimismo, sostenemos que el periodismo es objetivo porque remite a fuentes contrastables y comprobables, y necesariamente parcial porque siempre hay una toma de posición frente a los hechos.

En este sentido, la actual prensa hegemónica, que responde a los intereses de los sectores dominantes, enmascara su parcialidad mostrándola como universal. Las construcciones discursivas, las fuentes consultadas y la utilización de algunas de las reglas de la propaganda propiamente dicha, conforman los mecanismos por medio de los cuales el periodismo oculta esa parcialidad.

En el orden de lo simbólico, toda práctica periodística manipula el discurso, es decir, sujeta y contiene la deriva del sentido construido sobre los temas que trata, de acuerdo a los intereses que defiende. Los medios hegemónicos encubren esa intencionalidad. Por ejemplo, cuando construyen informaciones acerca de los derechos de las mujeres, lo hacen respondiendo (y ocultando) a los intereses patriarcales. Se basan en estereotipos que reproducen la desigualdad de las mujeres en la sociedad. Esto se constata desde las secciones en las que se publican las noticias hasta las fuentes que se utilizan. En un alto porcentaje, las voces consultadas para informar acerca de problemáticas de las mujeres son de varones y es constante la apelación al mito Mujer = madre.

Convencidos/as de que esta práctica atenta contra el Derecho Humano de todos/as los/as ciudadanos/as a estar informados/ as, promovemos un periodismo que dé cuenta de su involucramiento en la disputa por el poder y de su posicionamiento político e ideológico. Los medios de comunicación son actores y sujetos sociales concretos. Por ello, y como todo/a sujeto/a, la imparcialidad es prácticamente imposible.

*Licenciada - Coordinadora del Observatorio de Periodismo y Derechos Humanos, UNCuyo.

Río de Palabras 30, 23 – 09 – 10

La Quinta Pata

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