domingo, 17 de octubre de 2010

“Buenos días, venimos de la universidad”

Ernesto Espeche
*
Universidad, comunicación y ley de Medios I. ¿Cómo será la enseñanza de la comunicación tras el fin de los monopolios? ¿Qué papel asumirá la universidad pública frente al nuevo escenario mediático? Especialistas debatieron esto, y más, desde Mendoza.

El XII Congreso anual de la Red de Carreras de Comunicación Social y Periodismo (REDCOM) no podía continuar con el tono de los anteriores. Este año la dinámica política obligaba a avanzar hacia nuevos debates. Así, cerca de ochocientos docentes, investigadores y estudiantes se reunieron en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) entre el 7 y el 9 de octubre.

La aprobación parlamentaria de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) en octubre del año pasado modificó el tablero. Por un lado, materializó un viejo reclamo de los actores universitarios abocados a la enseñanza y la investigación de los procesos mediáticos. De hecho, el rico debate previo a la sanción legislativa tuvo una fuerte presencia de las universidades nacionales: estudiantes, docentes y autoridades participaron masivamente en cada uno de los foros que recorrieron el territorio nacional.

Por otro lado, a partir de esta normativa se imponen nuevas discusiones teóricas, políticas, académicas y curriculares para sostener y dar sustentabilidad al nuevo escenario.

El cambio paradigmático es evidente. Hasta ahora las casas de estudio habían resistido el avance extraordinario del conglomerado mediático de los poderes fácticos. La tarea era teorizar en las aulas y denunciar públicamente las limitaciones a la libertad de expresión que se desprendían de la concentración de las estructuras comunicativas: “Las universidades interpelamos por años a los poderes públicos para terminar con la ignominia del decreto ley sancionado por la dictadura (ley 22.285)”.

En adelante se imponen otros desafíos: “hoy la democracia nos interpela, se trata de formar comunicadores comprometidos con la LSCA, es decir, con el ejercicio pleno y popular de la palabra recuperada”.
Leer todo el artículo
El espíritu de la nueva normativa se materializó en el contenido del congreso. Se constituyeron 35 mesas temáticas, en cada una de las cuales se abordaron aspectos específicos en torno a la formación de los profesionales que intervendrán en el futuro diseño de las políticas de comunicación.

En la mesa de apertura quedó plasmado el carácter del Congreso. La Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y Radio y Televisión Argentina Sociedad del Estado (RTASE) estuvieron presentes en las intervenciones de Gustavo Bulla y Alejandro Verano. Ambos funcionarios tienen, además, una dilatada trayectoria en el campo académico. Se sumaron el rector de la UNCuyo, Arturo Somoza, el decano de la FCPyS, Juan Carlos Aguiló, el presidente de REDCOM, Fabián Biciré y el politólogo Alberto Isuani.

Durante las jornadas se analizaron en profundidad los tres ejes de la actividad universitaria y su relación con el nuevo marco. Así, la docencia, la extensión y la investigación fueron pensadas desde las nuevas coordenadas que definen la potencialidad de la LSCA.

La docencia no podrá, se dijo, sostener un divorcio entre la teoría y la práctica, entre la academia y el oficio. Para ello deben rediseñarse los planes de estudios y las parrillas de contenidos. Se trata de definir cuál es el perfil que tendrán los futuros egresados. Evidentemente, se convino, no se trata de formar profesionales para un escenario que tiende a agotarse a medida que la LSCA se implemente en su totalidad. El desafío, ahora, es la producción de nuevos contenidos, desde una ética y una estética diferentes.

La profesionalización, entonces, necesita pensarse de acuerdo a los espacios plurales que abre la ley y a las adecuaciones tecnológicas que deben acompañar este proceso. Se incorporan nuevos actores, como los movimientos sociales, las organizaciones comunitarias, los sindicatos, los Estados provinciales y municipales. Es así que la comunicación comunitaria, popular y alternativa, y la comunicación pública, aparecen como contenidos centrales a mediar en las nuevas estructuras curriculares.

La extensión debe potenciarse, esto es, sumarla como condición de cursado y aprobación de las diferentes materias. Es indispensable, se señaló, que las universidades capaciten a los medios comunitarios en la gestión de recursos y la producción de contenidos. En eso las carreras pueden hacer un gran aporte, recuperando las mejores tradiciones de la universidad pública en su vinculación con los sectores populares. “Habrá que salir a los barrios, a las escuelas, a las organizaciones, para apoyar el nacimiento de nuevos medios”, se sostuvo.

La investigación tendrá el desafío de sistematizar las nuevas condiciones para la producción y circulación de mensajes. Se necesitará de nuevas herramientas teóricas, de nuevos encuadres filosóficos. Es el momento, se acordó, de abrir nuevos interrogantes que den lugar a nuevas formulaciones.

Ya no bastará con desenmascarar los intereses ocultos del autodenominado “periodismo independiente”. Se necesitan herramientas novedosas que orienten la construcción y ejecución de líneas editoriales para dar visibilidad a las identidades de los múltiples actores sociales que, ahora, son sujetos de derecho.

Hoy los ámbitos de enseñanza superior aparecen como espacios propicios para contribuir a la democratización informativa. Pero esa capacidad no obedece a un desarrollo autónomo de los “claustros” educativos. Más bien responde a una dialéctica que conjuga un nuevo Estado comprometido con la ampliación de derechos de las grandes mayorías y una revitalizada participación colectiva.

Frente a este impulso, se agudiza la resistencia de los sectores aliados a las corporaciones mediáticas. En ese sentido, el congreso de las carreras de comunicación alerta sobre los riesgos de un aislamiento academicista y hace un llamamiento a participar de modo activo de la contradicción que define el momento político: “Democracia o monopolio”.

Ya pudo percibirse una señal en ese sentido: la enorme mayoría de las carreras de comunicación social y periodismo se sumaron a la Corriente por una Comunicación Nacional y Popular, con el claro objetivo de sostener el rumbo iniciado con la LSCA.

El carácter de la relación entre ciencia y política sobrevuela, desde siempre, los pasillos de las facultades: “Las definiciones políticas asumidas por las universidades en este congreso no atentan contra el objetivo estratégico de potenciar la calidad de la producción científica”, se deslizó en el cierre del encuentro para salir al cruce de las alarmas encendidas por las pretendidas élites ilustradas.

* Doctor en comunicación. Director de la carrera de comunicación social de la UNCuyo.

APM, 17 – 10 – 10

La Quinta Pata

No hay comentarios :

Publicar un comentario