Alfredo Saavedra
El Internet enterrador de periódicos La amenaza de que los grandes periódicos en uedan sucumbir ante el auge del Internet quedó en evidencia mente cuando a la subasta de la compañía Tribune Co. se presentó solo un “pujador” para adquirir la cadena que comprende al Chicago Tribune, Los Angeles Times y el diario Newsday, cuyos inversionistas han estado al borde de un ataque de nervios por la caída de sus acciones en los últimos tiempos, sin que se visualice un proceso de recuperación.
A la subasta solo concurrió el legendario inversionista de Chicago, Sam Zell, quien pagó $8.2 billones por la adquisición de la mencionada cadena, cuyos accionistas por medio de sus directores se han mostrado muy irritados por el descenso en utilidades de esos grandes diarios. Situación agravada por el escándalo del magnate de la prensa Conrad Black, castigado con prisión por fraude precisamente en las cortes de Chicago. EI señor Black, después de 30 años en el negocio, vendió centenares de periódicos en Estados Unidos y Canadá, cuando veía venir una tormenta con la disminución de ganancias en la prensa en papel, con los inversionistas en esa industria afligidos por la popularidad de los "blogs" del Internet, sitios que están asumiendo el papel de la prensa tradicional.
Lo anterior figura en amplio y bien documentado reportaje del importante rotativo Toronto Star, con la firma del periodista David Olive, quien dice que aunque los reportes sobre la inminente defunción de los periódicos suelen ser exagerados, no deja de causar preocupación, en particular con sucesos ligados al fenómeno, como son algunos despidos masivos en diversas empresas de la información en papel. Eso agregado a la caída en la venta de periódicos, en una baja que en los Estados Unidos, durante las dos últimas décadas registró una disminución de diez millones en su circulación, período durante el cual desaparecieron 150 periódicos.
Dentro del fenómeno, el año pasado, Knight Ridder Inc. la segunda cadena de periódicos más grande de Estados Unidos, vendió sus activos por debajo de su valor real, debido a un estado de agitación entre los accionistas determinado por la disminución en el valor de las acciones. En igual forma la empresa New York Times Co. aceptó una depreciación de un cuarenta por ciento del valor nominal de las acciones del Boston Globe, adquisición por la que pagó hace seis años un billón de dólares. Dice el reportaje que la sabiduría convencional aconseja aceptar el hecho incuestionable de que los periódicos tradicionales están muriendo por causa del Internet, todo ello determinado por la migración de lectores a los sitios informativos del sistema electrónico. Porque además las empresas periodísticas han sido afectadas por la absorción del anuncio c1asificado en casi un tercio de su totalidad por empresas gigantes del Internet como Craiglist.com y Monster.com, arrastrando con ello en su servicio a la industria de la publicidad concentrada en la prensa en papel.
Leer todo el artículoSeñala el artículo que otro factor que le ha quitado lectores a los periódicos es el hecho de que los sitios de información por el Internet cuentan con una tecnología que favorece la preferencia del público, como es por ejemplo el uso del video, la interconectividad y sobre todo la actualización al minuto de las noticias, sin contar que en lo que se refiere a política varios medios del Internet han cobrado relevancia al ser tomados como fuentes de consulta por los partidos y sus candidatos. Prueba de esa influencia es el caso del sitio Taking Points Memo (conocido como TPM), con unos cien mil lectores diariamente. EI periodista Josh Marshall, veterano diarista que opera este sitio, recientemente contrató seis periodistas con trabajo de tiempo completo para analizar los millares de correos electrónicos recibidos en sus oficinas que son los que proporcionan claves para la elaboración de las noticias.
EI éxodo de los periodistas para los "websites" informativos se debe a que los periódicos tradicionales están perdiendo su capacidad de penetración, en perjuicio para su presencia como promotores de opinión y sobre todo su estabilidad, con lo que las denominadas audiencias están dando más atención a los sitios del Internet, señala el reportaje de Olive. Sin embargo eso no significa que sea inminente la desaparición de la prensa tradicional, indica el reportaje, puesto que tendrán que pasar muchos años más para que se opere una real implantación de los sitios electrónicos como medios de información para un público que todavía no está habituado al uso de las pantallas.
A ello se agrega, indica el autor, que si bien es indiscutible la presencia en el Internet de publicaciones con la seriedad y estructura del mencionado sitio TPM y otros, también es verdad que proliferan páginas cibernéticas que no cuentan con la capacidad técnica de esos "blogs" importantes, lo cual ha dado lugar a la improvisación y falta de profesionalidad. Vitriólico, David Olive, dice que en esas condiciones son millares de sitios operados por un solo individuo, que generalmente trabaja en "pijama" en su casa, con audiencias que no van más allá de cinco personas, incluyendo a la esposa y los hijos, y hasta la suegra forzada un poco a leer.
Para tranquilidad de los nostálgicos por la prensa tradicional, el reportaje dice que la tecnología en la producción de periódicos progresa también y no es remoto que haya sorpresas que puedan originar innovaciones que hagan más atractivos los periódicos, en servicio de los millones de lectores que en el mundo entero prefieren tener en sus manos algo tan tangible como lo es un diario, en lugar de sentarse frente a un monitor al cual tal vez no están acostumbrados.
La nota rubrica el hecho de que el cambio del Internet por los periódicos tradicionales también tendrá el servicio adicional de prestar una notable contribución en los esfuerzos por mejorar el medio ambiente, pues será favorecida la naturaleza con la preservación de los bosques, que hoy caen en forma masiva para alimentar la industria del papel que sirve para imprimir periódicos.
La Quinta Pata, 03 – 10 – 10
La Quinta Pata
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