domingo, 16 de enero de 2011

El caos organizado

Rodrigo Farías

El día 17 de diciembre pasado, el director de Tiempo Argentino, Roberto Caballero, anticipó que se podrían estar orquestando hechos de violencia para el día 20 en la estación Constitución de la ciudad de Buenos Aires. Caballero destacó que el conflicto podría desatarse por una sobreventa general de tickets que harían colapsar el sistema de transporte y este hecho sería el detonante de un caos organizado políticamente por Eduardo Duhalde. Que simultáneamente, por otra parte, le serviría como el bautismo de su campaña electoral que propone como principal eslogan “restaurar el orden frente al caos que vive el país” y que no se “debe tener miedo al hablar de represión”.

Si bien el lunes 20 no ocurrió nada, el pronóstico se hizo realidad 3 días después. Constitución explotó no por la sobreventa de tickets sino por un corte de los servicios realizado por trabajadores tercerizados del Roca, que se encontrarían liderados por dirigentes del Partido Obrero, con quienes el Gobierno tenía sin embargo prevista una mesa de discusión para el día siguiente en el Ministerio de Trabajo.

Luego de una espera de 6 horas, azuzados por el intenso calor, un grupo de “pasajeros” hubieron “explotado” de manera espontánea y desorganizada, según el relato de las corporaciones mediáticas que comulgan con la oposición seguricida que reclama por la instauración del “orden” a como dé lugar. De esta forma el conflicto de Constitución fue presentado amarillistamente por parte de los servicios “periodísticos” del canal TN como un campo de batalla, un conflicto producido entre la “gente”, o mejor, los “consumidores” y las fuerzas de seguridad. Relato que luego obtuvo su consecuente refuerzo por parte de las poco sutiles líneas de del brazo gráfico del monopolio Clarín.
De esta forma la red empresario corporativa de Clarín intenta vender una historia que se cae por su propio peso, desconociendo cualquier tipo de operación de índole político que se hallara detrás de estos incidentes que son caracterizados por la cadena monopólica como de carácter “espontáneo”. Ocultando así la incidencia del ex presidente Eduardo Duhalde sobre quien caen francas sospechas de participación en el tejido de este conflicto, que como se mencionó anteriormente, ya se conocían indicios de su armado para tres días antes.
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No pasaron 12 horas de los incidentes para que las calles de la Capital Federal y varios municipios de Buenos Aires se vieran tapiadas, oportunamente, por afiches con la imagen de Julio Cobos montada sobre un elemental eslogan titulado “Argentina en paz” y en donde se expresa que “el progreso necesita la paz social”.

Frente a estos hechos se puede observar cómo la oposición administra la rentabilidad política y comunicativa que puede apañar el caos. Cobos, radical de derecha, coincide con Duhalde, peronista de derecha. El primero, Cleto, sin cualquier tipo posible de discurso, lo cual implicaría ordenar oraciones de cualquier índole, instiga a la “paz” de manera publicitaria aprovechando las vicisitudes contextuales que les son provistas por sus pares opositores. Mientras que Duhalde no teme expresarse tal como él es, de manera brutal, proponiendo la represión como la forma más eficiente de proveer paz social. El ex presidente queda emparentado casi en una unidad identitaria con el Jefe del Gobierno porteño, Mauricio Macri, quien tampoco ha carecido de facticidad y brutalidad en su oratoria.

La Quinta Pata, 16 – 01 – 11

La Quinta Pata

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