Hasta para opositores con algo de sensatez, el mensaje de Cristina Fernández de Kirchner no debía ser rechazado en bloque, como si fuera todo malo. Es el caso de Ricardo Alfonsín, que debió recordar esa verdad de Perogrullo a algunos cobistas y defensores de la candidatura de Ernesto Sanz, que tienen el punto de vista de rechazar en bloque todo lo que venga del gobierno.
El hijo del ex presidente, por ejemplo, no rechazó la idea de la Asignación Universal para madres embarazadas. Sanz, como se recordará, dijo el año pasado que el pago de la AUH era dinero que se iba "por la canaleta del juego y la droga".
Los legisladores de la oposición criticaron del mensaje la falta de propuestas relativas a la inflación y la inseguridad. En realidad hubo ausencia relativa del primer tópico pero no del segundo. Y esta semana la ministra Nilda Garré se despachó con una serie de propuestas democratizadoras en materia policial, ante los cadetes de la Federal. Allí se insistió en que se había terminado el tiempo del "autogobierno" de la policía; que la democracia controlará a las fuerzas de seguridad, cortando todo vínculo con el delito, sobre todo el mayor (narcotráfico, robo y desguace de automotores, etc.).
El final de tareas policiales en materia de documentos y pasaportes liberará más efectivos para asignarlos a tareas propias, dijo la ministra. La reforma llegará hasta el hueso, se supone, en materia de formación de los cadetes, con cambios drásticos en el contenido de los programas y los docentes de las escuelas policiales. Los derechos humanos y las garantías de los ciudadanos estarán en el centro de esa formación, se aseguró en el mensaje de la ministra de Seguridad.
¿Querían propuestas? Allí tuvieron y en número importante. Claro que Mauricio Macri, Eduardo Duhalde y otros opositores acérrimos, cuyos modelos policiales son el Fino Palacios y Pedro Klodzyck respectivamente, dirán que eso es más del mismo "garantismo". El candidato del peronismo más derechoso cuestionó la reforma diciendo que "el flagelo de la inseguridad no se ataca cambiando de comisarios". Sigue enamorado de esos comisarios de la "Mejor Maldita Policía del Mundo".
En la visita a Expoagro, la feria de los diarios Clarín y La Nación, esos dos presidenciables del PRO y el Peronismo Federal, más sus colegas Elisa Carrió y Pino Solanas, tuvieron oportunidad de retozar junto a los popes de la Mesa de Enlace Rural. Los gobernadores Hermes Binner y Daniel Scioli, que participaron de la inauguración, bien podrían ser parte del cuadro sojero por sus posiciones pasadas y actuales. El ministro de Agricultura Julián Domínguez hizo equilibrio en esa muestra para quedar bien con unos y otros, por lo que fue elogiado profusamente por Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria.
Difícil oficio el de equilibrista, sobre todo cuando se actúa bajo la carpa del circo de Expoagro, cuyo dueño es Héctor Magnetto.
Motivo extra de bronca A esta altura del partido, es obvio que entre los fuertes productores y exportadores de soja, y la presidenta de la Nación, hay una fosa ideológica, además de diferencias políticas y quizás hasta cuestiones personales. Los vencedores tácticos del Rosedal de Palermo, el 17 de julio de 2008, imaginaron que la caída de Cristina sería cuestión de días, como luego lo relató Hugo Biolcati con el propietario rural Mariano Grondona, por el canal 26 de Alberto Pierri. Y no solo que no fue así sino que hoy buena parte de los argentinos simpatizantes del "campo", han cambiado de opinión. Se dieron cuenta que Biolcati no es de los "gringos que trabajan de sol a sol". También tomaron nota de las extraordinarias ganancias de este sector y de los beneficios de que el estado los grave. Y encima salieron a la superficie las condiciones deplorables en que tienen a muchos de sus empleados, sumidos en la informalidad cuando no en la cuasi esclavitud.
La presidenta no dedicó mucho tiempo de su mensaje del 1 de marzo a cuestionar a los fuertes productores sojeros. Pero les marcó la cara con dos menciones: que había alta evasión y poca contribución a la recaudación general del país; y que existía la esclavitud laboral en el campo.
Con esos dos sopapos fue suficiente para que la Mesa de Enlace montara en cólera, que aún le dura, como se puede deducir de sus quejas en Expoagro.
Lo peor es que no reconocen la existencia de las condiciones de trabajo deleznables. El ex titular de la Sociedad Rural y dirigente del PRO, Luciano Miguens, defendió los mismos puntos de vista de Mario Llambías y el energúmeno de Gualeguaychú sobre la "especificidad" de la labor agraria. Así justificó esa superexplotación rural, llegando al extremo de decir que eran falsas las imágenes y fotos obtenidas en los allanamientos a los campamentos de las multinacionales.
El otro motivo de bronca extra de Biolcati y sus socios fue que, en coincidencia con el discurso presidencial, la AFIP realizara 117 allanamientos por evasión fiscal en cerealeras, empresas fantasmas y estudios de abogados vinculados a aquellas.
Para los dirigentes de la Mesa se trató de una maniobra gubernamental perfectamente orquestada: mientras CFK hablaba, la dependencia de Ricardo Echegaray actuaba. Ojalá fuera cierto porque no es un pecado sino todo lo contrario que la palabra presidencial sea acompañada de hechos.
Lo cierto es que los sabuesos de la AFIP centraron sus investigaciones sobre Nidera, Cargill, Bunge y Noble SA, que habrían evadido por medio de "sociedades pantalla". Luego la dependencia suspendió del Registro de Operadores de Granos a las agroexportadoras estadounidenses ADM Argentina SA, Cargill SA y Alfred C. Toepfer.
En "El secreto de tus ojos" el personaje de Guillermo Francella dice que de lo único que no se cambia es del equipo de fútbol del que uno es hincha. Debería agregarse que los directivos de la Sociedad Rural tampoco mudan de equipo: siempre están pateando contra el arco de las mayorías.
Roces con Washington Un asunto sobre el que debería reflexionarse en la Casa Rosada y el Palacio San Martín es el de las relaciones argentino-estadounidenses. Es que la dura realidad contrasta y desmiente el tono tan amigable que la presidenta de la Nación se esmera por imprimirle a ese vínculo.
Por ejemplo, CFK sigue básicamente la línea del Departamento de Estado en relación a Irán, demonizado como un país "terrorista". Y, atento a los gestos positivos hacia Washington, la presidenta silenció en la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata las críticas que otros presidentes querían formular contra la administración Obama a raíz de las revelaciones de WikiLeaks. Los cables no dejaban lugar a dudas sobre la injerencia de los diplomáticos norteamericanos en Buenos Aires, Caracas, La Paz, Quito, etc., pero en la reunión no se pudo ventilar el asunto porque la anfitriona no lo juzgó pertinente.
¿Cómo pagó el Diablo? Primero, con la gambeta de Barack Obama a la Argentina, en el viaje que emprenderá este mes por El Salvador, Brasil y Chile.
Segundo, fletando un avión militar con armas y drogas prohibidas, que no pudo pasar los controles de la aduana en Ezeiza.
Finalmente, con la difusión de un informe de la DEA y el Departamento de Estado donde se acusa a Argentina de ser el segundo de la región, detrás de Brasil, en el consumo de cocaína. Los cargos se completaban con la afirmación de que desde el país se fletan 70 toneladas de droga hacia Europa, cada año.
El caso del avión militar fue bien manejado por el canciller Timerman, aunque lamentablemente el caso podría cerrarse como una mera infracción aduanera. El próximo jueves la aduana contestará al juez en lo penal económico, que está desesperado por cerrar la causa, tal como desea Hillary Clinton. Parece mentira que después de semejante delito le devuelvan las cosas al Norte: allá, con el mismo delito, la tripulación del avión habría ido a parar a Guantánamo.
Por su parte el ministro Aníbal Fernández, sin minimizar el drama de la droga fronteras adentro, refutó el informe estadounidense y apeló a un reporte de Naciones Unidas que ubica al gobierno argentino entre los que han hecho progresos en esa lucha contra la muerte.
El jefe de Gabinete polemizó con ese informe. "Nos quieren tildar como la oveja negra de la situación cuando la realidad es que ese número (de 600 mil usuarios argentinos) es el pedacito final que se le cayó a alguno del bolsillo chiquito porque lo otro lo están consumiendo ellos", declaró.
Que el imperio, principal consumidor de droga del mundo, señale con el índice a Argentina, mueve a risa. Igual que intervenga en esta discusión, secundando a Washington, el empresario de negocios poco transparentes Francisco de Narváez. Al menos Duhalde se abstuvo de opinar, aunque de los libros de Hernán López Echagüe ("El otro" y "El regreso del otro") se desprende que "El padrino" sabe mucho de este negocio.
La relación con EE UU demanda de gestos firmes del gobierno argentino. Uno sería destruir el material que se quiso ingresar ilegalmente a Ezeiza. ¿Se atreverá a tanto, Cristina? Sería bueno para que los yanquis no se hagan los rulos.
La Arena, 06 – 03 – 11
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