Ramón Ábalo
Lo que deje el resultado electoral de este domingo poco alcanzará para apostar a resultados que devendrán de la jornada de octubre. Estas primarias, en el mejor de los casos, podrían dejar margen para análisis superficiales, solamente para los que gustan de las volteretas del azar. Obviamente, la visión se centra en los dos partidos tradicionales, o sea el PJ y la UCR, aunque en el escenario la sorpresa la instalaría una fuerza política que se desprende de la llanura puntana, o sea de la próxima provincia de San Luis. Hace varios años que tienen fuerte presencia electoral en nuestro medio los Rodríguez Sáa, ahora con el Alberto, sucesor en el poder provinciano de su hermano el Adolfo, ambos constructores de un poder feudal en lo político e institucional, maquillado de populismo peronista en un espacio de tiempo que abarca desde el mismo momento de la recuperación de la democracia.
Supieron captar con toda intensidad lo que desde siempre le viene departiendo la llamada promoción económica, en íntima sociedad especulativa y "trucha" con los sectores empresarios privados que se "instalaron" allí. Todo fue una especie de "cuento del tío" y lo único visible fueron los millones que dejaron para las arcas privadas y feudales las que se conocen como "fábricas con rueditas", en clara alusión a los galpones "abastecidos" con mercancías industrializadas en las matrices de territorios foráneos, llegadas en centenares de camiones (las rueditas) mensualmente. Pero no fueron torpes ni angurrientos ultras y algo desparramaron para la realización de ostentosas obras públicas, como accesos y rutas de doble vía, iluminadas de un extremo al otro, barrios para los sectores populares, algunas fuentes de trabajo bien remuneradas, corporizaron sueños colectivos de los puntanos mediante una dorada "San Luis, la meca del cine", todo con una férrea y monopolizada conducción de los dichos hermanos como asimismo el monopolio de los medios comunicacionales. Allí nadie "chilla" ni desentona con las decisiones de esa suma de poder. En los años del que "se vayan todos" los hermanos se quedaron nomás y consolidaron poder, pasando por situaciones algo grotescas en tiempos dramáticos, como la del Adolfo, que fue presidente de la nación por algunas horas y también por algunas horas fue un famoso universal, al estilo de Show Match, cuando declaró que "la deuda externa no se paga". Miles de mendocinos, encandilados por esta especie de "espejitos de colores" puntanos puede que lo coloquen en algún lugar del podio, incluso en el segundo escalón.
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