Los estudiantes se mantienen en las calles de todo Chile y convocaron a una marcha con el objetivo de protestar para que se reprograme el cronograma de clases, y así evitar que miles de estudiantes universitarios y de secundaria pierdan el año escolar. Los estudiantes que encabezaron junto a profesores la marcha y concentración por la educación de ese jueves en Santiago cifraron en 180 mil los asistentes a la protesta que comenzó en la USACH, avanzó por la Alameda hasta Manuel Rodríguez y terminó en el Parque Almagro. La manifestación se desarrolló sin incidentes hasta su término en cuyas inmediaciones sucedieron algunos enfrentamientos con los carabineros donde hubo 50 detenidos y 24 policías heridos, dos de ellos graves.
Tras cuatro meses de protesta estudiantil hay adolescentes en huelga de hambre, la policía asesinó un adolescente de 16 años y suceden continuas marchas de miles de manifestantes. Asimismo el respaldo al mandato de Piñera ha caído.
Los estudiantes, movilizados desde mediados de mayo, solicitan al gobierno que se congele el envío al congreso de los proyectos de ley relativos a la educación, que se asegure la transparencia en el diálogo, que se aplace la fecha de cierre del primer semestre universitario – programada para el 7 de octubre – y que no se entreguen recursos públicos a las instituciones que lucran.
Camila Vallejo, presidenta de la CONFECH, declaró que la manifestación "es una señal de que mantenemos, además del nivel de gente en la marcha tenemos un nivel de convencimiento muy alto, esto es permanente".
La derecha chilena sabe que para defender los intereses de los empresarios educativos y salvaguardar los pilares heredados por la dictadura no puede dar su brazo a torcer. Su última carta para sacar a los estudiantes de las calles fue un supuesto llamado al diálogo, e insiste en impulsar su agenda educativa de reducción de tasas de interés y reparación de deudas. A la par está impulsando una campaña de presión económica y académica a los estudiantes en lucha. Planteó que 70.000 secundarios tendrían que repetir el año escolar y que de continuar la movilización, las becas no podrán ser renovadas. Los rectores hacen este trabajo en las universidades, amenazando con corte de beneficios y corte de salarios a profesores y funcionarios. Presionan para que volvamos a clases y así el movimiento pierda fuerzas. La represión también continúa, vemos desalojos de liceos, expulsiones, sumarios en las universidades y amenazas de todo tipo.
Mientras en Santiago, Valparaíso, Puerto Montt, Concepción y otras ciudades trasandinas miles de estudiantes protestaban, en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Sebastián Piñera, informaba a los asistentes de la asamblea que "en Chile, nuestros estudiantes han salido a las calles por una causa noble, grande y hermosa". Todo aquello que Piñera criminaliza en Chile, ante los ojos del mundo, lo santifica.
Fortalecer la organización política El gobierno no ha podido calmar el ánimo de lucha. Una gran cantidad de estudiantes votaron en sus asambleas la educación gratuita como piso mínimo de sus reclamos. Muchos resisten la política desmovilizadora de los rectores y son estos mismos los que presionaron para que en el CONFECH la mayoría de las universidades se pronunciaran contra de una negociación que no ponga en el centro esta demanda.
A su vez los secundarios se mantienen en una lucha muy fuerte. Han resistido la represión, los desalojos, las detenciones, la represión de los empresarios educativos, las amenazas de pérdida del año. Son los secundarios uno de los sectores más combativos, que han combatido en las barricadas y que ahora plantean no bajarse hasta triunfar en las demandas. Al contrario de lo que creía el gobierno, su política ha endurecido al sector más combativo del movimiento estudiantil que puede empezar a cobrar mayor importancia y protagonismo político, lo que implicaría un salto en el proceso.
Diferentes sectores de base de la organización estudiantil acusan a los dirigentes de la CONFECH porque, aparentemente, en estas últimas semanas, luego de la enorme demostración de fuerzas del 24 y 25 de agosto, estaban "enfriando" la lucha. Se los acusa por "no moverse" por el asesinato de Manuel Gutiérrez, de "sentarse en la mesa de diálogo sin poner siquiera condiciones" y de tratar de bajar el paro nacional del 8 de septiembre. El sector disidente de la dirección del CONFECH, compuesto por diversas organizaciones, no ha salido a proponer ningún tipo de alternativa aún a esta situación.
La lucha contra la educación de mercado y por la educación gratuita, es fundamental para avanzar a cuestionar los pilares de este régimen de la derecha y la Concertación heredado de la dictadura, para acabar con la represión, con el trabajo precario, con las privatizaciones, las desigualdades, la impunidad patronal.
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Tres estudiantes fueron internadas
Tras 67 días un grupo de estudiantes siguen en huelga de hambre exigiendo que la ACES ingrese a la mesa de diálogo por la educación en Chile. Tres compañeras fueron internadas con un cuadro de hipoglucemia. Tres estudiantes se encuentran hospitalizadas por su estado delicado tras la huelga de hambre que emprendieron en reclamo al gobierno de Chile por la democratización de la educación en este país. El diputado y presidente del Partido Comunista chileno, Guillermo Teillier informó que "Están con un estado muy debilitado. Sin embargo, su estado anímico y claridad son firmes", al visitar a las compañeras en el hospital San Borja Arriarán, donde permanecen internadas.
Las menores, identificadas como Johanna Choapa, Maura Roque y Karla Fernández, la última de 15 años de edad, cumplieron 66 días sin ingerir alimentos y requirieron asistencia médica por un cuadro de hipoglicemia.
Los y las estudiantes secundarios en huelga de hambre, se instalaron indefinidamente, junto a la Casa Central de la Universidad de Chile. Exigen, para deponer su ayuno, incluir a la Aces (Asamblea Coordinadora de Estudiantes secundarios) en el diálogo de los estudiantes con el gobierno.
Los huelguistas no están ni un minuto solos, los acompañan apoderados y estudiantes secundarios y universitarios que los apoyan en este "campamento" que levantaron en plena Alameda. Para demostrar que tienen respaldo de la ciudadanía, los jóvenes están reuniendo firmas junto al toldo donde se instalaron, para llevarlas al ministerio de educación y a la Unicef (Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia), en busca de ser tomados en cuenta.
Esta es la primera vez que en la región del Maule se realiza una huelga de hambre enmarcada en las movilizaciones estudiantiles. En esta ocasión los estudiantes de la UCM, Curicó, decidieron comenzar con la huelga ya que acusan una total intransigencia de parte del rector.
Agencia Walsh, 24 – 09 – 11
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