Ramón Ábalo
Cuando escuchábamos los testimonios de, por ejemplo, Rosa Gómez, Luz Faingold, Fernando Rule, Pablo Seydel, Rubén Blanco (fallecido recientemente), Silvia Ontiveros, Lucy Allegrini, Eugenio París, Angel Bustelo, víctimas que coincidieron en afirmar los padecimientos sufridos en las mazmorras del D-2, o sea el organismo de inteligencia de la policía mendocina, nos sentíamos igualmente heridos, lastimados, destrozados y torturados espiritual y anímicamente. Y mucha bronca y odio.
Son centenares los torturados, maltratados, asesinados, violadas/dos, secuestrados y desaparecidos en ese ámbito. De las investigaciones que realizamos y transcribimos en la primera edición de nuestro libro El terrorismo de estado en Mendoza, en 1997, afirmábamos, de acuerdo con los organismos de derechos humanos respecto al caso de Miguel Angel Gil: "...había sido detenido el 22 de febrero de 1976...En el expediente que obra en el Juzgado Federal No. 1, del Dr. Roberto Burad ...surge la participación evidente de seis personas que intervinieron en sesiones de interrogatorios y torturas en el D-2 de la policía. Los seis a quienes se les imputa intervención evidente en la muerte de Gil son el comisario Pedro Sánchez Camargo, el comisario Agustín Oryazábal, el subcomisario Luis Eduardo Smaha Borzuk y otro policía de apellido Funes...En cada expediente de los casi 200 desaparecidos, los casi 1.200 presos, las decenas de asesinatos, tienen un listado similar de culpables. Decenas y decenas de culpables del genocidio... Entre 1974/75 y 1983, ocuparon en diversos periodos la jefatura de la policía de Mendoza, titulares e interinos, fueron responsables de gran parte de la represión. Eran los que mandaban y tuvieron la máxima conducción y las decisiones contra las víctimas. De ninguna manera podrían invocar desconocimiento y menos inocencia. Esta es la lista: vicecomodoro Julio César Santuccione; subjefe Ramón A. Arrieta Cortez; jefe UR II José Martínez Blasco; subjefe Jorge N. Calderón; vicecomodoro Alcides París Francisca; subjefe Raúl A. Ruiz Soppe, vicecomodro Mario A. Laporta; subjefe Nicolás R. Spinelli; subjefe Calixto Cuesta García; coronel Alberto R. Olivera; subjefe Augusto S. Grecco; y comisario general José Naman García. Este fue nombrado jefe de policía (1983) por el gobernador Felipe Llaver. Por la presión y denuncia de los organismos de derechos humanos, debió renunciar, meses después del 10 de diciembre de 1983. Había sido director de la cárcel durante la dictadura y denunciado por ex-presos políticos porque la había convertido en un campo de concentración y torturas.
De ser declarado el D-2 organización criminal, sería el segundo, ya que el primero lo ha sido la Esma. Primeros puestos de un ranking de la barbarie "procesista".
La Quinta Pata, 02 – 09 – 11
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