Ramón Ábalo
Ni apenas asumió hace cuatro años Celso Jaque la gobernación de Mendoza, se dispuso de inmediato a cumplir con su promesa electoral de terminar con la delincuencia comenzando con al menos un 30% del exterminio delictual. No lo dijo, pero seguro que tenía “in mente” imitar a aquel lord mayor de Nueva York que denominó a su tarea antidelictiva "seguridad cero".
Y por ello nombró a un abogado de la vieja estirpe conservadora (PD), Carlos Alberto Aguinaga al frente del ministerio de seguridad quien, a su vez, designó como su segundo a Carlos Rico, un desconocido, hasta ese momento, policía retirado, destinado a ser el factor principal en la lucha contra el crimen. Pero, como dice el Chapulín Colorado, no contaban con el olfato afilado de los organismos de derechos humanos, agudizados sus sentidos en viejas lides que devienen desde 1974, cuando ya el genocidio se detectaba en los crímenes que comienza a ejecutar la triple A, aunque ya en1972 se produce un caso emblemático y preanuncio del genocidio. Tal el caso de la desaparición de los esposos Verd-Palacio, en San Juan en aquel año. Es que ya en aquellos tiempos de comienzo de la década, el enfrentamiento de la izquierda y la derecha al interior del peronismo empezaba a cobrarse sus víctimas. Las formaciones especiales de la tendencia revolucionaria (la izquierda), ya andaban a los tiros con la derecha incrustada en las poderosas conducciones sindicales del peronismo ortodoxo.
Fue tan fuerte la arremetida contra el ex policía que a los 120 días de haber asumido Jaque, tuvo que despedir a Rico lo que precipitó también la renuncia de Aguinaga. En su defensa, tanto Aguinaga como Rico, solamente admitían que el pasado de Rico durante la dictadura tuvo que ver con una cátedra en el D2 sobre lucha antisubversiva. Los organismos aseguraban que la actividad académica de Rico se circunscribía a la tarea eminentemente represora, como sería la de enseñar la aplicación de la picana eléctrica, el submarino, el acoso sexual a las mujeres, las violaciones, todo ello como fundamento práctico de la teoría de "aniquilar al enemigo".
La semana pasada, Rico fue llamado por Bento para que haga sus descargos, pero se postergó para este lunes 7 del corriente, por cuestiones electorales de Bento, ya que este también tiene competencia en esas cuestiones. Son tan fuertes las pruebas que contiene el caso, que Rico podría quedar detenido y ser juzgado y condenado en el marco de crímenes de lesa humanidad.
262 criminales juzgados
Con los condenados recientemente en Mendoza más los dieciséis represores que actuaron en la Escuela de Mecánica de la Armada donde funcionó el mayor centro clandestino de detención y exterminio, entre ellos los ex marinos Alfredo Astiz y Jorge el Tigre Acosta, ya son 282 los criminales que fueron condenados. La mayoría lo han sido en juicios finalizados en el 2010 y 2011, en todo el país. Por su parte, son 802 los procesados en causas abiertas por episodios de terrorismo de estado, de los que aproximadamente la mitad ya cumple prisión preventiva y ya tienen elevación a juicio oral y público. Actualmente hay más de catorce juicios en curso, entre procesos orales y escritos, y ya se fijó la fecha para otros diez juicios orales.
La Quinta Pata, 06 – 11 - 11
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