La enorme cantidad de abordajes a temas que indagan los distintos medios desde perspectivas diversas – a menudo en diametral oposición – conducen a que si se sigue solo a uno de tales medios, se cae – obvio – en un modo falaz de parte del receptor de apropiarse de lo informado. Si se tiene el tino de consultar a dos o más medios para justipreciar una información dada, se incorporara al juego, entre otros factores, la diversidad pero asimismo una dosis importante de confusión. Un lector avezado en la lectura entre líneas podría, de algún modo, salir airoso del trance. En cambio alguien ansioso de conocer el mundo y no menos inteligente que el lector avezado, se enfrentará a problemas más agudos en cuanto al otorgamiento de una deseada verosimilitud. De cualquier manera, la tarea es ardua para ambos.
Un ejemplo diáfano lo tenemos si nos acercamos a diario, por un lado, a las versiones digitales de
. El resultado es que aparecen dos o más representaciones de la realidad distintas, explicables con algo de esfuerzo subjetivo por supuesto, aunque el producto esté labrado con el mismo material factual. El necesario programa oficialista
llama con frecuencia a esa división el “país virtual” y el “país real”. Distinguirlos depende de la localización ideológica (y de una pizca de sentido común) de cada quien.
* * *
La semana pasada publicamos en
La Quinta Pata dos artículos concernientes a la situación en Siria: uno tomado de
La Jornada mexicana, de Guillermo Almeyra y titulado “
Sobre la dictadura siria ”, y otro del polémico y radicalizado profesor universitario estadounidense, James Petras, extraído de su
propio sitio : “
El sangriento camino hacia Damasco: la guerra de la triple alianza contra un estado soberano ”, con traducción propia(1). Situados a la izquierda del espectro ideológico, y aunque los dos autores compartan la noción de la existencia de una agresión imperialista a la nación siria, parten aguas en la apreciación del régimen del presidente Bashar Al Assad. Petras habla de su gobierno como legítimo e insiste en la soberanía inviolable de la nación que gobierna; Almeyra argumenta que este presidente no es un más que un ex dentista con antigua práctica en Londres, devenido a instancias de su padre, en sanguinario dictador. El profesor estadounidense prefiere enfatizar los atroces crímenes del opositor “Ejército Libre de Siria”, en tanto que el periodista argentino/mexicano, ataca con similar severidad los supuestos excesos del gobierno de Al Assad.
Pedro Brieger, el pasado 3 de marzo en su columna de
Marca de Radio , señaló sin hesitaciones que el gobernante sirio era represivo y sanguinario. Juan Gelman – si quedan periodistas/poetas creíbles él es paradigma – en la
contratapa de
Página 12 del 4 de marzo, comienza su nota así: “El gobierno sirio no cesa de reprimir brutalmente a sus opositores…”, para continuar con una reflexión inteligente acerca de por qué no han intervenido todavía las potencias occidentales.
TeleSur ,
Prensa Latina y la
Red Voltaire , casi en soledad, dan cuenta de las atrocidades de los insurrectos, omitiendo – supongo porque creen que no existen – las del oficialismo. Respecto a las posiciones de estos tres medios, hace más de un año, en otro
artículo , señalaba que la escritora iraní radicada en España, Nazanín Amirian, se quejaba en
Rebelión de que “europeos y latinoamericanos de izquierda saltan de inmediato al ruedo cuando estallan contradicciones trascendentes entre islamistas y estadounidenses, en favor de los primeros…con tal que haya antiimperialismo, basta. La historia…enseña que con esa postura se termina apoyando a movimientos y regímenes teocráticos profundamente conservadores… que terminan aniquilando a sus aliados izquierdistas y retrotraen a sus propios pueblos a épocas pre-modernas”. ¿Se estará convalidando el accionar de un horror inaceptable con el mero objetivo de otro horror idéntico que en definitiva dejaría todo como está?
En la vereda de enfrente, la seria y objetiva
BBC de Londres carga con su arsenal completo de imágenes y tintas –
varias de ellas muy sospechadas de haber sido fabricadas para la ocasión – contra el régimen de Assad. En una entrevista fuertemente editada del sábado 17 de marzo, el progresista (según desde dónde se observe) Robert Fisk manifestaba consternado que el antiguo dentista no iba a caer “tan pronto como nos gustaría” porque, entre otros factores, cuenta con apoyos que lo sostienen y no actúa como Khadafi, Mubarak o Ben Alí. La mayoría de las cadenas hegemónicas de occidente, se hacen eco de los rasgos despóticos de la administración siria, de sus inenarrables excesos y del heroísmo (acrítico y descontextualizado) de la oposición.
El impetuoso Petras se quejaba de que los intelectuales de avanzada en sus variadas denominaciones y desde sus cómodas poltronas metropolitanas, convalidaban el asalto imperialista a Siria. La reconvención sugiere reflexionar sobre un término de moda, “la funcionalidad” propia e involuntaria que allana el camino hacia peores estados de situación, y ni qué hablar de ideas regresivas.
¿Deberían las izquierdas del mundo presentar un frente común, al menos en el inocuo plano del pensamiento, frente a la crisis siria y a la luz de las experiencias libia, iraquí y afgana? Este tardo-capitalismo global, con sus aluvionales avenidas informáticas, ¿conduce al desprevenido pero sediento de saber lector a posiciones pasivas y cómplices ante un hecho elemental, que a lo sumo se limitan a la desorientación, al grito de horror, a la rabia nada más que consternada?
(1) Hay también una traducción del artículo de Petras en
La Haine , probablemente basada en la nuestra, sin mención de la fuente.
La Quinta Pata, 18 – 03 – 12
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