domingo, 12 de agosto de 2012

Juntando

Rolando Lazarte

Hacía días que no escribías. No en el papel, al menos. Ibas guardando pedazos de vida. Rincones de las ciudades por donde pasaste. Pedazos de aeropuertos. Rostros. Miradas. Gestos. Calles. Plazas. Multitudes. La terminal de Retiro. Los vendedores ambulantes. La torre de los ingleses. La visita a Alma. El almuerzo en el restaurante. El ómnibus a Mendoza. La llegada a la terminal del Sol. El parque. El rosedal. Parecía que el tiempo no había pasado. Hay veces, cuando vengo a Mendoza, que todo parece haber retrocedido al punto inicial. Al comienzo de todo. Todo vuelve al principio. La iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Las librerías. La avenida San Martín. Los cafés. Papá. El lago. El club de Regatas. Los botes, los remeros, la isla. Todo volvía al punto original. Después de tantos días sin escribir en la hoja, todo está escrito y de a poco va viniendo a la hoja.

* * *

Cuando vengo
A veces me viene una cosa,
un sentimiento en Mendoza,
como de tristeza.
La vida que no fue, la vida que
podría haber sido.
La vida que se ha ido.
¿Qué sé yo de la vida que no fue,
la vida que se ha ido, la vida que
podría haber sido?
No fue, se fue, se ha ido.
Es esta la vida que tengo
y cuando vengo a Mendoza
es toda la vida que tengo
Esta que está aquí,
que me entra en los pulmones
en invierno, primavera y verano.
Otoño y las flores
Las hojas, el lago
Potrerillos y Puente del Inca
San Martín y Peatonal
Colón y San Martín
El parque y vos.


La Quinta Pata, 12 – 08 – 12

La Quinta Pata

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